miércoles, 15 de diciembre de 2021

VIVIR

 

 El viaje de la vida

 


Quizás sea un problema tener mucho donde elegir, pero uno necesita tener opciones, cuando voy por la calle siento eso, un montón de posibilidades, cosas que veo de las que no sé nada pero que están ahí, esperándome, como una oportunidad. Coger de aquí y de allí. La vida está hecha de retales que componen la pieza.

Las cosas importantes dependen de instantes intrascendentes, una mirada, un gesto, estar en un sitio concreto a una determinada hora, un día exacto.

Un hola, un adiós, decir la palabra exacta en el momento en el que hay que decirla y tu vida cambia, en un ¡zas!, en un instante y dejas de ser el que podías haber sido para ser otro, varían tus costumbres, los bares donde vas, lo que comes, los viajes que hagas, las personas con las que te relacionas, los libros que leas, hasta tus hijos sufrirán esa influencia.

Un buen profesor influye en que elijas letras o números. Un buen maestro de lengua deja en ti, para siempre, una huella, estímulo o atracción para saborear la lectura, esa comunicación tan grata con distintos autores y personajes por ellos creados.

    La vida se asemeja a un viaje en tren. Con sus estaciones y cambios de vía, algunos accidentes, sorpresas agradables en algunos casos, y profundas tristezas en otros. Al nacer, emprendes el viaje llorando y luego nunca deseas que termine ese viaje, te aferras a todos los recursos para hacer más largo ese viaje: Nos subimos al tren y nos encontramos con nuestros padres, creemos que siempre viajarán a nuestro lado, pero en alguna estación ellos se bajarán; nos dejan seguir el viaje, de pronto nos encontraremos sin su compañía y su amor irremplazable.

Algunos abordarán el tren para realizar un simple paseo, otros más, vivirán momentos de oscuridad o tristeza durante su viaje, y siempre encontraremos a quienes estén dispuestos para ayudar a los más necesitados. el viaje continúa, lleno de desafíos, retos, sueños, fantasías, alegrías, tristezas, esperas y despedidas… ¡Ah! y pasiones. La vida sin pasiones es mera supervivencia.

Tratemos de tener una buena relación con todos los pasajeros, busquemos lo que cada uno de ellos tiene para ofrecer. Cada una de esas personas dejan algo en tu corazón, que recordarás a lo largo de ese hermoso viaje

El gran misterio enigmático para todos, es que jamás sabremos en que estación nos tocará descender, tampoco donde bajarán nuestros compañeros de viaje, incluso de quien viaja sentado a nuestro lado.

A veces pienso en el momento que me toque bajar del tren, ¿quizá sentiré nostalgia, temor, alegría, angustia?, será doloroso y triste separarme de mis hijos dejándolos que sigan solos, de mis amigos y compañeros de viaje.. Pero me aferro a la esperanza de que, en algún momento, tendré la gran emoción de verlos llegar a la estación principal con un equipaje que no tenían cuando iniciaron su viaje.

Hagamos que nuestro viaje en este tren tenga significado, que haya valido la pena, “vivamos de manera que cuando llegue el momento de descender, nuestro asiento vacío deje lindos recuerdos a quienes continúan su viaje en el tren de la vida”.


      Seguimos viajando y viviendo sin conocer nuestra parada final, y llega otra Navidad, es por lo que, desde este humilde blog, aprovecho para desearos a todos los que nos visitáis: “Feliz Navidad” y un 2022 cargado de salud y felicidad ¡ah! y con muchas ganas de seguir viviendo, viajando en este tren que es nuestra vida y dando sentido a ese viaje.

 

 

¡FELIZ NAVIDAD!





sábado, 13 de noviembre de 2021

Los pueblos de la provincia de Valladolid (1895). Autor: D. José Ortega Rubio.

 

Datos históricos sobre San Román 

    

       D. José Ortega Rubio (1846-1921) fue un historiador de prestigio que vivió en los pasados siglos XlX y XX. Regentó la catedra de Historia de la Universidad de Valladolid y más tarde la de la Universidad Central de Madrid. Entre su abundante fondo editorial que publicó se encuentra: “Los pueblos de la provincia de Valladolid” (1895). En él refleja, con buena fuente investigadora, la historia de algunos pueblos de la provincia. Una vez en mi poder dicho libro, tengo a bien compartir con los lectores de este blog su contenido, así como algunos hechos históricos que desconocíamos de nuestro pueblo.

 Transcripción de lo relativo del libro a San Román de Hornija:

     Tocando con la provincia de Zamora, en un valle árido donde crecen algunos álamos, chopos y negrillos, se halla dicha villa que dista de Valladolid 52 k. y 934 m., y tiene 1068 almas.

El rey visigodo Chindasvinto comenzó a reinar el año 642 y dejó la corona a su hijo Recesvinto el 649, muriendo el 653. En tierras de su patrimonio y junto a la confluencia del río Hornija con el Duero, no lejos de Villalar, edificó un monasterio donde descansasen los huesos de su mujer Reciberga, que murió el 646, y también los suyos. Afírmase por algunos cronistas que el monasterio, dedicado a San Román, monje de la orden de San Benito, fue fundado por San Fructuoso, con el favor y ayuda del rey Chindasvinto.

"El monasterio de San Román, dice el cronista citado, tiene su asiento a dos leguas distante de la ciudad de Toro, llamada en la antigüedad Sarabis, cabe un arroyo pequeño, cuyo nombre es Ornisga, que va a entrar en el Duero, allí vecino; por eso este monasterio tomó el nombre de Ornisga, y corrompiéndose el vocablo, le llaman ahora Ornija.

Más adelante añade: "De la fundación y de que el rey Chindasvinto lo eligió para su sepultura hay expreso testimonio de San Ildefonso, y es el que describe la fábrica antigua, diciendo que el rey se enterró dentro de la iglesia en un gran sepulcro que está cuadrado por todas partes. Hoy se ven gran crucero, con cuatro brazos iguales, las cuales tienen entre si harta proporción y representan haber sido una cosa grandiosa. En el crucero se conservan muchas columnas de diversos géneros de mármoles que se trajeron de partes muy distantes. El rey Chindasvinto entiendo estuvo enterrado en este crucero; pero como después se desbarató la forma de esta iglesia, y para ensanchar la capilla mayor se dio otra traza, pusieron al rey en una capilla pequeña, pero muy devota, donde se ve una reja de extraña y antigua labor, y unos pilares de jaspe torneados, que todo muestra ser reliquias de la riqueza y primor que debió de tener en un tiempo el sepulcro; pero ahora no hay más en aquella capilla, sino lo dicho y una sepultura de mármol blanco (que no tiene inscripción al presente) donde está el rey depositado.. Ambrosio de Morales escribe lib. XII, capitulo XVIII, que en un libro gótico antiguo (que él vio) del secretario Miguel Ruiz de Azagra, estaban los epitafios del rey y de la reina llamada Reciberga, su mujer, que falleció muy joven el año 646. El epitafio, dice otro escritor, que se puso en el sepulcro de esta Reina, se atribuye en un libro gótico a San Eugenio el Segundo: pudo ser que lo compusiese el mismo rey, porque su afecto a los libros y estudios es argumento de que era versado en ellos.

En la primera capilla del Cristo de la Red, hoy de San Roque, aparece una tumba, y encima la siguiente inscripción: Si daré pro morte gemmas licuisset et aurum, Nulla mala poterant Regum dissolvere vitam; Sed quia sors una cuneta mortalia quassat, Nec pretium redimit reges, nec fletus egentes. Hinc ego te, conjux, quia vincere fata nequivi, Funere perfunctam sanctis commendo tuendam. Ufc cum flamma vorax veniet comburere térras, Coetibus ipsorum mérito soeiata resurgas. Et ñuño cara müú jara Reciberga valeto Quodque paro feretrum Rex Chindavintus, amato, Annorum breviter restat edioere summam,Qua tenuit vitara simul et connubia nostra. Foedera conjugii septern feré duxit in annos, Undecies binis sevum cum raensibus octo. Pervetustum hoc epitaphium in membrana olim insoriptum, ao in frustula scissum, lapide polito, amore Patrise ductus, feoit insculpe re Joachim Barbagero.

Aunque Chisdasvinto murió en Toledo, se mandó enterrar en dicho monasterio al lado de Reciberga, y los huesos que se descubren en la tumba se reputan de Chindasvinto y de su mujer.

El monasterio con sus tierras y habitantes se agregó por Alfonso III el Magno, en el año 894 al de Tuñón (Asturias). La iglesia conservó mucho tiempo, según cuentan, su primitiva forma de cruz griega; pero luego sufrió diferentes reformas, construyéndose por completo á mediados del último siglo, y por cierto que en su fábrica no dio pruebas de su talento artístico el lego Fr. Juan Ascondo: Algunos fragmentos, incrustados en la nueva obra, permiten apreciar el carácter y belleza de la primitiva fundación, como son algunos capiteles y una pila para el agua bendita. "En el soportal de la antigua casa, dice el Sr. Cuadrado, en la sacristía, en la columnita que sostiene el pulpito, además de varias basas, observase magníficos y elegantes capiteles muy semejantes a los corintios, con diversas series de hojas y acanaladas fibras, en que todavía no se descubre muy degenerado el arte del Bajo Imperio al paso que en algunos fustes campean las estrías en espiral tan aceptas a las construcciones latino-godas.

Dos preciosas y antiguas urnas del relicario están adornadas con guerreros a caballo, águilas, leones coronados, liebres, cigüeñas etc. El retablo del altar mayor es sencillo, admirándose en él un cuadro que representa a San Román, Mártir. Se halla firmado por Felipe Gil, Año de 1797. Los otros retablos, como también las esculturas v pinturas, son medianos. En la parte exterior de la capilla de San Roque he visto dos lápidas con su correspondiente inscripción; pero su contenido no se puede leer, porque las letras se encuentran muy gastadas por la injuria del tiempo.

Trasladaré aquí lo que escribía el Sr. García Somolinos en el año 1849. "Destruido hoy casi en su totalidad el monasterio, sólo se conserva parte de la iglesia, y en ella, una pequeña capilla con el sepulcro donde se hallan los restos mortales de los fundadores. En lo antiguo, y cuando ocupaba el medio de la nave mayor de la iglesia, ostentaba magnificencia y grandeza: hoy está en la capilla llamada del Santo Cristo de la Red, sin otro recuerdo que el escudo y urna que representa la lámina. Unos tableros dados toscamente de blanco, ocultan una gran urna de alabastro sencilla, que guarda las cenizas de los Reyes; sobre ella se ve un paño negro, de vara y media de largo y una de ancho: en el centro un escudo con el fondo blanco, y en él nueve estrellas en tres órdenes; tres azules, tres blancas, y las tres restantes de uno y otro color, rematando en una corona al parecer ducal. A los lados del escudo hay dos pequeñas tarjetas también blancas, con letras pajizas, bastante deslucidas; en la del lado derecho se lee: Reciberga Regina. Requiescat in pace. Amen; en la del izquierdo dice lo mismo con sólo la diferencia del nombre que es del rey Chindasvinto. Sobre el paño negro hay un marco grande de madera dorado, contiene un tarjetón de pergamino, y en el mal latín que se lee, sin haberlos alterado en nada, los siguientes versos escritos en letra gótica. En el mismo marco, en su parte inferior, se lee que fue renovado en 1820 por uno de los monjes. Nueve años después de la descripción del Sr. García Somolinos, el Ilmo. Sr.  D. Joaquín Barbajero, obispo de León, mandó quitar la urna, el escudo y las tarjetas, sustituyéndolo todo con una hermosa lápida de mármol, y en ella la inscripción latina de que ya se dio noticia.

       La mencionada iglesia se levantó en el sitio que estaba el monasterio. Añade el Sr. Cuadrado: "Una pila del agua bendita parece excavada en la venerable lápida de la dedicación del templo, la cual, copiada por Morales, dice así: Hic sunt reliquise numero sanctorum, sancti Romani monacbi, sancti Martini episcopñ sanctse Marinee virginis, sancti Petri apostoli, sancti Johannis Baptistse, sancti Aciscli, et aliorum numero sanctorum,,. 'Recuerdos y bellezas de España, pág. 182. Ed. de 1861.

     ¿Dónde se halla el tarjetón de pergamino? Cuando el autor de este libro estuvo en la villa, 5 de Octubre de 1891, no pudo encontrarlo, y los vecinos del pueblo ignoraban la reforma que hizo el Sr. Barbajero, hijo preclaro de San Román.

Debo a la amabilidad del Sr. D. Teodosio Torres, arquitecto provincial, que en el mes de Junio de 1894 visitó la villa, los siguientes datos: "Los antiguos restos artísticos que pertenecen a la primitiva fábrica del monasterio, aunque separados completamente de la edificación, son seis capiteles de mármol blanco. Dos de 0m90 de lado en el cimacio, unidos por sus collares, forman la actual pila de agua bendita: el de abajo invertido hace de peana, y en el de arriba se ha vaciado la taza; cuyo vaciado, según cuentan, se llevó a cabo por uno de los propietarios del monasterio en la época de la desamortización. El capitel superior es una imitación del corintio de los romanos; la disposición de las hojas, tallos y volutas es la misma, aunque en el conjunto faltan la armonía, gracia y movimiento del original: el inferior es de las mismas dimensiones, y en el adorno del tambor faltan las volutas y tallos de donde arrancan, estando simétricamente revestido por tres filas de hojas de acanto, que, como las del primero, son más abultadas que las del modelo, tanto en el picado como en los nervios y penachos de sus extremos. Las dimensiones de dichos capiteles y lo selecto del material son prueba evidente de la importancia de la fábrica. Otros tres capiteles, que vienen a tener próximamente la mitad del tamaño de los dos primeros, sirven de sostén, con fustes también de mármol a las carreras y zapatas de un pequeño soportal inmediato a la iglesia. Varía la original estructura y decoración de ellos, dejando de ser una imitación de los romanos: sólo uno conserva algún rudimento de las volutas; pero en lugar de estar formadas con hojas y tallos, son una especie de cables retorcidos. El sexto capitel es el más pequeño, viniendo a ser, como los primeros, una reproducción del corintio, y el fuste, destinado a sostener el púlpito, lo adornan estrías espirales que cambian de dirección a la mitad de su altura: esta forma de estrías se conservó en la arquitectura cristiana de las monarquías asturiana y leonesa. Estos restos artísticos y arqueológicos son muy escasos, pues en Castilla sólo se conservan los capiteles de las iglesias de Santa Leocadia en Toledo y los de San Juan de Baños en la provincia de Palencia.

El haberse encontrado únicamente capiteles y fustes de columna indica que la iglesia de San Román debió construirse conforme al tipo de las basílicas de Roma, que a su vez fueron imitación de los templos paganos. Como es sabido, estas construcciones constan de tres naves paralelas, sin crucero, sostenidas por arcadas sobre columnas, las cuales, con los capiteles correspondientes, constituyen la única decoración y el miembro más importante. Los mencionados primeros capiteles, con algunos que se han perdido, debieron emplearse en la edificación de una iglesia latina, no teniendo por tanto la forma de cruz griega, según opinan reputados escritores, entre otros, el doctor Morales, el cual ya describió un templo diferente al primitivo. Cuéntase también que este monasterio sobrevivió a la invasión sarracena; pero no existe en España una sola fábrica de los godos, incluso la iglesia de San Juan de Baños, ya mencionada, única que pudiera ofrecer alguna duda.

Por mi parte diré que en el cementerio he visto la llamada capilla, la cual no es otra cosa sino una habitación grande y construida hace poco tiempo: en ella se encuentra un antiguo retablo. Aunque se halla deteriorado e incompleto, las 14 tablas del frente y las dos de cada uno de los lados, merecían ocupar puesto preferente en la iglesia del pueblo.

En el archivo de la pobre casa consistorial solamente se conserva una escritura del año 1587, habiendo desaparecido todos los documentos antiguos del pueblo de San Román, edificado bajo el amparo y protección del monasterio, se sabe muy poco. Durante el reinado de Alfonso X el Justiciero, pertenecía al conde Álvaro Núñez. "Et porque este conde Alvar Núñez había alcanzado muy gran tesoro de los tiempos que hubo de ver la hacienda del Rey, y lo tenía todo ayuntado en el castillo de Oterdefumos, y en el lugar de San Román que era suyo del Conde, el Rey fue a Oterdefumos, y envió a San Román, y fallaron que tenía grandes cuantías de oro y de plata y de dinero y se lo trajeron todo al rey. Y en cuanto el Rey estaba en Oterdefumos mandole que le trajesen y el Conde Alvar Núnez fue condenado a muerte,, ocurrió este hecho en el año 1327, y todos los bienes del conde Álvaro Núñez pasaron a ser realengos. En el año 1354 se hallaban en San Román, preparándose a la lucha con Pedro I el Cruel, los infantes D. Fernando y D. Juan de Aragón; y en la iglesia del pueblo se encontraba depositado el cadáver de D. Juan Alonso de Alburquerque.

Durante la guerra de sucesión, los Reyes Católicos, cuando pusieron formal bloqueo a Toro, en la famosa batalla del mismo nombre, entre partidarios de Isabel la "Católica" y Juana "La Beltraneja", mandaron que se situase en San Román el capitán Pedro de Velasco con alguna fuerza.

Por último, una partida absolutista que se levantó en la villa el 20 de Noviembre de 1848, fue deshecha al poco tiempo.

Carece de importancia un molino de harinas que hay en el pueblo.

  

viernes, 15 de octubre de 2021

El analfabetismo en España

 

El analfabetismo virtual

 

Hice las prácticas del servicio militar por IPS el año 1967, en aquella época la mili era obligatoria. en un destacamento cuartel situado en Tarifa (Cádiz) en lo que se llamaba "La Isla de las Palomas", aunque fue isla en su tiempo ya se había hecho un largo puente que la unía a Tarifa. Dada mi profesión me asignaron organizar las aulas de alfabetización, que desde hacía tiempo que no funcionaban por la falta de entendimiento entre el coronel jefe de dicho destacamento y el capellán que las organizaba. Surgieron de entre las distintas compañías muchos analfabetos, casi siempre procedentes de cortijos muy abundantes en dicha región militar. lo que motivo que los distribuyéramos en 3 aulas, según el nivel de cada uno. Regentábamos tales aulas dos maestros que hacían la mili normal y yo que hacía los 4 meses de prácticas, como antes he dicho, de lo que se llamaba entonces "Milicias Universitarias". Nuestra misión era enseñar a leer y escribir a esos grupo de soldados que no leían ni escribían o tenían dificultades para hacerlo. La mili les sirvió para introducirse en un mundo que por circunstancias sociales, económicas o laborales les había sido vetado. Un muro que les privaba no solo del acceso a la cultura, sino que les limitaba la capacidad de comunicación. El analfabetismo es una inhumana mutilación de las personas. 

Cierto día, al terminar la clase, observo a uno de mis alumnos quedarse en actitud de remolón con el objetivo de querer decirme algo a solas. Dirigiéndose a mí me pide, por favor, que si podía escribirle una carta a su esposa porque él tenía serias dificultades para expresar lo que quería decirle.  Por supuesto que sí, le dije, una o las que hagan falta, pero antes de licenciarte tienes que ser tú quien las escriba. Me sentí halagado por la confianza que mostraba hacia mí en un tema tan personal, pero al mismo tiempo sentí una gran pena y rabia por el hecho de que situaciones así pudieran suceder aún en aquel año mil novecientos sesenta y siete. Él me exponía sus sentimientos y deseos y yo les daba forma en aquellas cartas. Percibí en sus ojos esa humillación y vergüenza que le supuso tomar esta decisión que yo traté de solventar con la máxima discreción y el mayor respeto. Detrás de esa carta le escribí algunas más. Él fue perdiendo la vergüenza y consiguió, todo satisfecho, escribir al final, a mi lado, una sencilla carta a su esposa.  

Ateniéndonos a los últimos datos publicados por la UNESCO España tiene en la actualidad una tasa de alfabetización del 98,44%. Su tasa de alfabetización masculina es del 98,93%, superior a la femenina que es del 97,97%. Mirando el ranking de tasa de alfabetización vemos que España está en el lugar 38 del mundo respecto a esa tasa de alfabetización.  

En España hay 669.400 personas analfabetas funcionales de más de 16 años, es decir, el 1,7 por ciento de la población, y de ellos, sólo 12.800 están cursando algún tipo de estudio que les permitirá dejar de serlo.  

Se considera que una persona es "analfabeta funcional" cuando no puede leer y escribir frases simples sobre su vida cotidiana, según refiere el Instituto Nacional de Estadística (INE). Es decir, que es incapaz de utilizar su capacidad de lectura, escritura y cálculo de forma eficiente en las situaciones habituales de la vida y 23.400 jóvenes españoles de entre 16 y 29 años no pueden hacerlo porque son analfabetos.  

Las personas analfabetas no saben leer ni escribir, mientras que los analfabetos funcionales, que son los que contabiliza en España el INE, lo pueden hacer hasta un cierto punto; es decir de manera poco eficiente.  

Según aumenta la edad así aumenta el número de analfabetos y así las personas limitadas por su analfabetismo de entre 30 y 49 años son 94.200. De los que tienen entre 50 y 70, hay 139.300 que son analfabetos funcionales y la cifra asciende a 399.600 entre los mayores de 70 años.  

Es decir, que en España, en los tiempos actuales, casi 700.000 personas no tiene capacidad de resolver de una manera adecuada situaciones de su vida cotidiana como rellenar una solicitud para un puesto de trabajo, entender un contrato o leer el periódico.  

Yo, he conocido a gente mayor que firmaba con huella digital sobre el papel y no por hidalguía, como tenían a gala los señores en la Edad Media.  Otros solo aprendieron a hacer un garabato de su firma y cada vez que tenían que hacerlo les suponía una tortura con sudores de tinta.

En los años cincuenta más del catorce por ciento de la población era analfabeta en España, superando casi en la mitad el número de mujeres al de hombres. Con las campañas de alfabetización de los años 1963 a 1970 descendió al nueve por ciento. Por diversas causas todavía hay cerca de setecientos mil analfabetos funcionales en nuestro país, que es una noción más amplia que la de saber firmar o leer mecánicamente. El concepto de analfabetismo es difícil de precisar y ha variado con el transcurso de los años. Para la UNESCO son analfabetos además de los que no saben leer y escribir, los que no comprenden un texto sencillo ni consiguen exponer de forma elemental hechos de su vida cotidiana

 

Probablemente esta precisión conceptual se ampliará. La evolución vertiginosa de los medios técnicos y la informática así lo exigen. Este tiempo de ordenadores, de teléfonos móviles, de tabletas, de redes sociales ha dejado en fuera de juego a muchos ciudadanos, sobre todo de edades medias y avanzadas. No vale decir que esas son cosas de la juventud cuando a través de ellos podemos acceder a innumerables fuentes de información: pedir cita médica, rellenar formularios, solicitar plazas del IMSERSO, certificados de vida laboral, hacer la declaración de la renta, chatear con amigos y familiares, consultar estado de cuentas bancarias, hacer transferencias, etc. Si no queremos engrosar el número de analfabetos digitales en las próximas estadísticas tendremos que familiarizarnos con esas nuevas tecnologías de ratón y teclado.

viernes, 10 de septiembre de 2021

50 años de vida de la panadería “JOGARI”



Medio siglo horneando


Moises y Elena horneando
Moises y Elena horneando


Allá por 1981 un matrimonio emprendedor de San Román de Hornija: Joselino y Matilde deciden abrir una panadería, así como la elaboración de dulces típicos de su pueblo: mantecadas, bollos y pastas. Arduo proyecto ya que desconocían los pormenores del horno, aunque pronto fueron asimilando dicha labor artesanal y mejorando día a día su proyecto de panadería JOGARI, nombre comercial formado por las dos primeras letras del nombre y los dos apellidos del fundador: JOselino-GArcía-RIco.

Los creadores de esta empresa familiar de panadería ya fallecieron, pero en la actualidad su hijo Moisés y su esposa Elena continúan manteniendo viva la llama de esa antorcha que se encendió en 1981. Siendo acreedores, con merecimiento, del evento por cumplir el presente verano 50 años de historia, medio siglo ¡casi nada!.

Es mucha la proyección comercial que Moisés y Elena han dado a la antigua panadería JOGARI, aparte del pan y los tres típicos dulces “sanromaniegos” que en un principio horneaba su fundador, hoy, elaboran variedad de productos de pastelería: brazo gitano, pasteles, tartas, empanadas, hojaldre, palmeras, cocadas, pelusas etc.  Además su comercialización la realizan a nivel de toda la comarca.

   Como consecuencia de esta onomástica el Ayuntamiento les ha concedido una merecida placa conmemorativa de los 50 años de existencia, así como un agradecimiento del pueblo de San Román, ya que gracias a su trabajo y esfuerzo comemos los "sanromaniegos" pan reciente y de buena calidad, muy lejos del pan que producen las grandes superficies alimentarias horneando masa congelada.

    Hoy, JOGARI continúa luchando por aquello en lo que cree, con la misma pasión como requieren la calidad de sus productos. Después de medio siglo de innovación y compromiso, siempre persiguiendo un reto: la mejora de la calidad de vida alimentaria y saludable de los “sanromaniegos”. Esta empresa familiar, a través de estos 50 años de vida, ha sabido adaptarse a un mundo en permanente transformación y a una clientela cada vez más informada y exigente.

     JOGARI  forma parte de la historia gastronómica de nuestro pueblo y con sus 50 años de vida  es un referente para muchos “sanromaniegos”

Desde este blog, siempre atento a lo que ocurre en nuestro pueblo, nos hacemos eco de esta onomástica felicitando a los actuales propietarios y deseándoles que sigan con ese esfuerzo e ilusión que les caracteriza, para conseguir, día a día, ese espíritu de superación.  


domingo, 15 de agosto de 2021

Aquel estanco de mi pueblo.

 

 Del tabaco picado a los cigarros hechos

 

    La primera vez que me mandó mi padre al estanco fue para comprar un cuarterón de tabaco y un librito de Zig-Zag. Creo que hice ese recado satisfecho, en primer lugar por novedoso y también porque contribuía con ello indirectamente a algo que, en aquella época, era propio su consumo en los hombres, y esta última actitud, aunque un poco machista, no sé porqué, me identificaba con ser un hombre adulto y sentirme ya mayor. ¡Cómo han cambiado las formas a través de los tiempos! Hoy, según estadísticas, el consumo en mujeres ha aumentado considerablemente.

Otro día, con eso de que se decía que los niños éramos un “quitaperezas”, me mandaron otro recado y al mismo lugar a comprar un timbre móvil. Pregunté a mis padres que para qué servía eso, si era otra marca de tabaco. Ya lo verás cuando te lo den. Yo, en principio, también lo asociaba con algún accesorio de bicicleta, pero me dieron un sello sin Franco. Mi padre lo pegó en un papel, mojado previamente por su lengua. Ni sonó ni se movió. Más tarde me enteré que era para dar autenticidad a cualquier documento de entonces.

Había en San Román una única expendeduría de tabacos y timbres de modo oficial. La regentaba un Sr. viudo que se llamaba Dionisio “el estanquero”, ubicada muy cerca de la plaza, en una calle que partía de ésta y se llamaba calle Plaza. Cuando llamabas a la puerta acudía a despacharte a un mostrador de madera situado a la izquierda de un gran portal.

Cuando terminó la guerra civil la concesión de estos establecimientos se realizaba para “amparar a los que habían luchado en los campos de batalla o sufrido más directamente las consecuencias de la guerra. Del bando triunfador, se entiende. Tenían derecho preferente a regentarlas las viudas y huérfanas solteras.  Las transmisiones hasta el año 2005 se hacían solo entre los familiares de tercer grado de parentesco, como máximo. Algunos beneficiarios los arrendaban a terceras personas, aunque esa modalidad no estaba recogida en la ley.

En la posguerra el consumo de tabaco era sometido también al racionamiento. Tenían los fumadores derecho, mediante cupones, a un número limitado de tabaco de picadura. A tal racionamiento no tenían derecho las mujeres, se suponía una actividad mal vista en el sexo femenino. No puedo imaginarme, si alguna mujer hubiera tenido tal vicio, en aquella época, las peripecias que pasaría para su adquisición y consumo, la sociedad la consideraría un ser varonil y deplorable.

El gran fumador que necesitaba más picadura que la ley le permitía en dicho racionamiento, empleaba ciertas mañas o estratagemas, para ello hacía inscribir en tal racionamiento al cuñado, hermano, primo o vecino que no fumaban y así su abastecimiento era compatible con su consumo. Hay que hacer notar que el tabaco de aquella época era más natural que el actual. El tabaco de hoy busca un buen aroma, así como buena combustión a base aditivos y otros componentes como la nicotina y alquitrán; está demostrado que todos ellos son elementos cancerígenos.

A la caída de la tarde cruzaban la plaza en dirección al estanco los hombres que regresaban del campo. Iban en busca del sustento en tabaco para la jornada siguiente. Algunos se presentaban con la ropa de faena, barba incipiente y una larga faja negra o blanca liada alrededor de la cintura. Les servía de abrigo y protección para tantas inclinaciones a la tierra y para mitigar el peso de las cargas y el empuje de los brazos sobre la mancera. Cubrían sus cabezas con sombreros de paja o gorras negras, según la estación. Los colores de sus vestimentas eran oscuros, como mucho grises o marrones, es lo que añadía años a su apariencia de edad. Aquellos hombres, podrían tener cincuenta o sesenta años, a mí, como observador infantil, me parecían ancianos. Compraban tabaco picado y libritos de envolver, algún mechero de mecha o de martillo y piedras para la chispa en forma de pequeños cilindros.

En la actualidad, se compra tabaco ya hecho en cigarrillos y es poca la gente que compra el tabaco en los estancos, casi siempre lo compran en los bares o en las máquinas automáticas situadas en los anteriores con un pequeño incremento sobre su valor oficial. Observamos un consumo mayor entre el género femenino, tal vez sea como consecuencia de una forma de liberarse la mujer en estos tiempos de igualdad de género.

Los cigarrillos y el tabaco sin humo matan a cientos de miles de personas cada año. La nicotina y otras sustancias químicas nocivas causan muchas enfermedades, como problemas cardíacos y algunos tipos de cáncer. Si fumas, te dañas los pulmones y el corazón cada vez que enciendes un cigarrillo. También puede dificultar el flujo de la sangre por el cuerpo; por eso los fumadores a veces se sienten cansados y de mal humor. Cuanto más tiempo fumes, peor será el daño. Fumar es una de las peores cosas que puedes hacerle a tu cuerpo. Sin embargo, todos los días, aproximadamente 3200 niños y adolescentes comienzan a fumar

El 19,8 % de la población española mayor de 15 años ha admitido que consume tabaco a diario. Con ello, desde 2009 es la primera vez que desciende el consumo en un 20 %.  Estos datos aparecen en la Encuesta Europea de Salud en España (EESE) correspondiente a 2020, elaborada por el Instituto Nacional de Estadística (INE). La muestra de la encuesta sobre consumo de tabaco se realizó durante 22.000 personas durante un año, desde julio de 2019 hasta julio de 2020. En ese lapso de tiempo se produjo el confinamiento.




domingo, 11 de julio de 2021

Vivencias tristes y alegres de los vecinos de la calle Alhucemas de San Román.

 

Sentimientos opuestos


Los vecinos de la calle Alhucemas de San Román de Hornija vivimos, hace pocos días, escenas de dolor y tristeza por el fallecimiento de Mari Pili, hija de nuestro vecino Justo. La muerte de Mari Pili nos conmovió, así como al resto del pueblo, en primer lugar por su juventud, así como, por no poder llevar a cabo sus proyectos de sacar adelante esa familia que tanto la necesitaba. Desde aquí queremos manifestar nuestro sentimiento de dolor por tal pérdida, así como unirnos en el sentimiento con Justo y familia.

   Por otro lado, en estos días, nuestra calle se alegra de otro hecho antagónico al anterior: nuestro vecino Remigio Celemín cumplió 100 años el pasado jueves día 8. Lo bueno del ser humano es saber conjugar los sentimientos tristes y los alegres que nos depara esta vida. Remigio, aprovechamos desde aquí para felicitarle.

  Remigio me manifiesta que carece de dolor alguno y disfruta de una inmejorable salud física y mental. No todo el mundo llega a esa longevidad centenaria poseyendo esa memoria tan privilegiada. Siempre que yo he querido revivir un hecho remoto sobre nuestro pueblo, que permanecía oscuro y olvidado para otros mayores del pueblo, he acudido a Remigio que con toda fidelidad y detalle me rememora el pasado de su época.

Esa memoria de Remigio también ha quedado manifiesta como aficionado al tute, llevaba la cuenta de todos los tantos y jugadas que proyectaba el juego. Así mismo, me cuenta sus grandes aptitudes como actor. En aquella época de su juventud, San Román poseía un movimiento cultural de amigos y aficionados al teatro. Representaban comedias de grandes dramaturgos españoles en las que él intervenía. Aun recuerda algún diálogo de alguna obra que representó.

También hacemos extensiva esta felicitación a su hija Pilarín, que con cariño y comprensión vela por Remigio estos últimos años. Tal vez, Tina, tu difunta madre, te agradecerá desde el cielo este buen comportamiento con tu padre. 

          

Celebrándolo con su hija y nieta



Anécdota sobre nuestra calle:

Un día me contaba Luis Lobo, vecino que falleció en 1992, poeta y gran humorista, una anécdota a modo de chascarrillo en la que reflejaba a todos los vecinos de la Calle Alhucemas de esta manera. En su recuerdo tengo el placer de constatar:

Alfio y Luis Lobo quieren presentar ante el ayuntamiento un proyecto de mejora de la Calle Alhucemas, pero antes se lo presentan al resto de vecinos que dan su consentimiento así:

¡Vale!

¡Justo!

¡Y si entramos en litigió acudiremos a Remigio!


domingo, 20 de junio de 2021

Las campanas de mi pueblo

 

El tañer de las campanas


Hace pocos días estuve en mi pueblo, no pude escuchar el repique de las campanas, quizá se quedaron roncas de tanto encordar a nacidos del pueblo y fallecidos en otros lugares por la pandemia que venimos sufriendo. Creo que el pueblo y la persona que las toca hace un gran homenaje y recuerdo a todos aquellos que, por distintas circunstancias, no pudieron morir en el lugar que vieron su primera luz.

He oído el tañer de muchas campanas en muchos de los lugares por los que he pasado a lo largo de mi vida, pero las de mi pueblo suenan de forma muy diferente y más entrañables que todas las demás. Es un sonido que desde pequeño te acostumbras a él y te familiarizas llevándolo dentro de ti como algo tuyo.

     Los distintos toques de las campanas son un código o lenguaje para comunicarnos algo entre los ciudadanos. Así había distintos toques según la ocasión.

Para Ir a misa. Se conocen como señales y se dan tres, la primera media hora antes del inicio de la celebración religiosa, la segunda un cuarto de hora antes y la tercera un minuto antes.

     Repicar. Es un toque armónico y continuado que suena constante durante el desarrollo de una procesión, o el primer toque de la misa de un día festivo. También repicaban en las bodas.

Toque de muerto. Anuncia el fallecimiento de una persona. Dos campanas doblan de forma pausada e intercalando sonidos graves y menos graves.  También se tocaban en funerales.

Toque de arrebato o de fuego. Constante y alocado, las campanas suenan rápidas y anuncian una emergencia que solicita la colaboración de los vecinos. Las he oído repiquetear muy deprisa, y angustiadas en el silencio de la noche tocando a asamblea cuando se producía algún incendio. Entonces la gente corría hasta la plaza para informarse, e inmediatamente acudían a la casa que estaba ardiendo con cubos formando una cadena humana desde el pilón o la fuente más próxima.

Toque del fallecimiento de un bebe. En nuestro pueblo se anunciaba con el tañido que producía una campana pequeña que llamábamos “Pascualeja” que emitía un sonido un poco más agudo. En aquellos tiempos rara era la semana que no falleciese algún niño/a. La pediatría no estaba tan adelantada como en la actualidad y los más débiles fallecían al nacer.

Campanas las de nuestro pueblo que saben llorar cuando lloramos, acompañándonos en nuestro dolor, con sonidos lentos y tristes que invitan al sollozo cuando algún ser querido se nos va. Desde la altura de la torre derraman su eco lastimero que el viento hace llevar y mecer hasta los más recónditos rincones de nuestro pueblo ¿Por cuántos habrán doblado o encordado?

Pero lo mejor de nuestras campanas es su sonido alegre y cantarín en las fiestas y celebraciones. Su repiqueteo jubiloso y envolvente vuela raudo entre el aleteo de palomas que huyen despavoridas por el incesante golpear del badajo sobre el bronce, invitándonos con su repique a ser partícipes no sólo de los actos religiosos, sino también de aquellos de divertimento y regocijo como son las fiestas patronales de agosto, “Nuestra Señora. y San Roque”, que los sanromaniegos hacemos gala de saber divertirnos, haciendo partícipes de ello a los  forasteros que nos visitan ya que ese compartir nuestras fiestas forma parte de nuestra idiosincrasia.

Hoy, ya no hay campaneros de badajo, la tecnología también ha llegado a las campanas y ese tañer cotidiano se realiza actualmente de forma electrónica, aunque su toque con sus distintos formatos sigue marcando la vida de nuestro pueblo, avisando con su tañido todos los sentimientos que la vida nos depara.



La torre y sus campanas


jueves, 20 de mayo de 2021

EL Cocido

 

Gastronomía tradicional

 

      ¡Como no recordar el “cocido”!, comida típica del mundo rural en el pasado siglo. Creo que los que nos tocó vivir aquella época no nos podemos olvidar de aquel recurrido y monótono menú del cocido. 

El cocido era el menú principal de las comidas en los pueblos en aquella época, que aprovechaba los recursos que nuestras familias tenían a su alcance. Hay que hacer notar que el mundo rural carecía de los medios de congelación que hoy existen, ni siquiera las tiendas lo tenían, es por lo que había que aprovechar la conservación de los alimentos en salazón, en aceite, o  en tripa con pimentón para embutidos; es decir conservábamos, para todo el año, la primera fuente de alimentación que generaba la matanza del cerdo.

El componente principal del cocido era el garbanzo, legumbre que se sembraba para el consumo familiar. Se trillaba en la era y se aventaba con bieldos. Recuerdo que en cada era se dejaba un rincón de está para él, lejos de la trilla y parva de los demás cereales. La finalidad era protegerle a que fuera pienso de las mulas, muy apreciado por ellas; para ello se alambraba dicha zona impidiendo el acceso de aquellas. La forma de aventarle era en forma artesanal, parece ser que las aventadoras no eran muy propicias para separar su paja, generalmente más dura y gruesa que la de los cereales. Se aprovechaba un día de considerable viento y las mujeres participaban activamente en una segunda limpieza con cribas, para ello volcaban de las cribas lentamente los garbanzos desde la altura que sus brazos permitían, y con la ayuda del aíre separaban de éstos las últimas pajas.  

     Un cocido completo era muy nutritivo y dependía su composición del nivel económico de sus comensales, ya que a los garbanzos se les podía acompañar de chorizo, tocino, espinazo, morcillas y alguna que otra carne fresca como de gallina, oveja y algo de berza, si era su tiempo. En San Román, nuestro pueblo, desconocemos las razones del porqué no se hacían morcillas, tan apreciadas en otros lugares.

El primer plato consistía en una sopa del caldo generado por la cocción de todos sus componentes; en un principio ese caldo se mezclaba con pan migado, más tarde apareció la pasta del fideo que sustituyo al anterior por ser más apetitoso. El segundo plato eran los garbanzos, que en algunas zonas se acompañaban con berza u otras verduras. El tercer plato, y último, lo formaban los productos del cerdo antes mencionados, así como carne fresca de gallina o de oveja. ¡Ah! Se me olvidaba el relleno, a veces sustitutorio de la carne, que a veces escaseaba. En nuestro pueblo era de forma ovalada, en otros lugares tenía forma de bola. Su elaboración llevaba los siguientes componentes: huevos, ajo, aceite, pan rallado o pan duro.        

Esa continuidad diaria del cocido se nos hacía aborrecible. Ahora el día que toca cocido lo celebramos, degustando sus sabrosos platos con gula manifiesta, a pesar de que el actual cocido es realizado en ollas a presión o ultrarrápidas, no siendo comparable su sabor a aquel que se hacía en pucheros de barro y a fuego lento.

       Tres platos que son un goce para los sentidos. La sopa, que ya por sí sola reanima a los desfallecidos, los garbanzos con su dotación de proteínas, vitaminas, minerales y fibras. Y el final de fiesta con chorizo, carne y tocino, de ese que con un leve toque de cuchara se estremecía. 

En España encontramos, según regiones, distintos tipos de cocido: madrileño, maragato,  lebaniego (de Cantabria), castellano, extremeño, puchero andaluz, puchero canario, puchero valenciano, escudella catalana y el bullit mallorquín. Todos ellos solamente varían en cuanto a alguno de sus componentes, que siempre están en función de lo que produce su entorno. Quizá el más original y curioso sea el de la Maragatería leonesa ya que se sirve en sentido inverso, comienza por las carnes y termina con los fideos.  

El cocido es uno de los guisos más tradicionales de nuestra gastronomía. Consiste en cocer en una olla ingredientes como legumbres, verduras, carnes y embutidos, elaborando un plato muy nutritivo e ideal para entrar en calor. Es calórico, no vamos a engañarnos, pero entre sus virtudes está que con sólo una cucharada podemos trasladarnos a esos días de infancia con la familia reunida alrededor de la mesa. Cuando nuestra madre o abuela ponía al fuego su cocido, el frío del invierno se llevaba con más alegría.

.      Si nos remontamos en el tiempo hasta tiempos históricos, podríamos considerar que el primer cocido se preparó ya en la prehistoria, pues una vez que el hombre dominó el fuego decidió cocer carnes y frutos en una olla con agua para hacerlos más comestibles.


Cocido Castellano