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jueves, 15 de febrero de 2024

El campo se levanta

 

Tractorada

 

Aquellos que nacimos en un pueblo y a la vez hijos de labradores, sabemos muy bien lo sacrificada que es la profesión de agricultor, siempre mirando a la climatología de la cual depende un alto porcentaje el éxito de la recolección. Bien es cierto que el trabajo físico que realiza actualmente el agricultor ha evolucionado a mejor, gracias al progreso y la ayuda de las máquinas. Hemos asistido al tránsito del arado romano, con la mano en la mancera y tirado por mulas, a los tractores, del carro al remolque, de la siega con la hoz a las actuales cosechadoras, así como mejora en calidad de semillas. Todas estas mejoras traen consigo altas inversiones para el agricultor, ante unos precios bajos de lo que produce, lo que hace que, en la actualidad, no ve rentabilizado su esfuerzo y lucha por mantener la supervivencia de sus explotaciones.    

En las ciudades la gente vive más ajena a los problemas de la agricultura v la ganadería. Solo llegan noticias a ellas cuando las ovejas atraviesan Madrid, cuando hay una subida brutal en los productos del campo –ejemplo el aceite de oliva-,  o cuando los agricultores se manifiestan en sus calles con tractores. Ahora lo están haciendo por España y por Europa para ser oídos ante esta injusticia. Creo que el sector primario que representan y sustentan merece concienciar a la población, a Gobiernos y Comunidad Europea de la importancia de su existencia como fuente de la alimentación de la población.    

 Trabajar con la incertidumbre de no saber cuál va a ser el resultado de su esfuerzo es penoso.  Irrita que los precios los marquen unos señores que no pisan el campo ni se manchan las manos con la tierra. Es frustrante que los fabricantes de la maquinaria, fertilizantes y combustibles suban desmesuradamente los precios y lo que el labrador recibe en la venta de sus productos sea irrisorio.

Desconcierta la maraña de leyes y reglamentos a que están sometidos. Están indignados por la competencia desleal, ya que las exigencias de producción que les imponen quedan exentas y no se aplican a los productos importados de países extracomunitarios. Sin agricultura y ganadería nos faltaría el sustento diario, con las cosas de comer no se juega.

Los agricultores españoles son una parte fundamental de la economía y la cultura de España. El país cuenta con una gran diversidad de cultivos, desde olivos y viñedos, cítricos, cereales, frutas  y hortalizas. La agricultura genera un considerable número de las principales industrias del país y emplea a una parte significativa de la población rural. Sin embargo, los agricultores españoles se enfrentan a desafíos importantes, como la competencia internacional, los cambios en las políticas agrícolas de la Unión Europea, las fluctuaciones en los precios de los productos agrícolas y las condiciones climáticas extermas, como la sequía. Muchos de ellos luchan por mantenerse a flote y mantener sus negocios rentables.

Además, en los últimos años, ha habido un creciente interés en la agricultura sostenible y orgánica en España, lo que ha llevado a algunos agricultores a adoptar prácticas más respetuosas con el medio ambiente y a buscar métodos de producción más éticos y responsables.

En resumen, los agricultores españoles desempeñan un papel crucial en la economía y la sociedad del país, pero se enfrentan a una serie de desafíos que requieren atención y apoyo continuo por parte de los gobiernos y la sociedad en general.

La "tractorada" en España es un término que se utiliza para referirse a las protestas actuales organizadas por los agricultores, con la movilización de tractores y otros vehículos agrícolas en diversas carreteras y autopistas, para expresar su descontento y exigir cambios en las políticas agrarias o en otras áreas que afecten a su sector. Estas protestas suelen ser una respuesta a una serie de problemas y preocupaciones que sufren los agricultores y ganaderos españoles. Algunas de las causas comunes de estas protestas podríamos resumirlas en estos puntos:

    -Precios bajos de los productos agrícolas: los agricultores se enfrentan a precios bajos en el mercado para sus productos, lo que puede afectar su rentabilidad y capacidad para mantener sus negocios.

2   -Competencia internacional: La competencia de productos agrícolas importados de otros países, a menudo con costos de producción más bajos, puede afectar la capacidad de los agricultores españoles para vender sus productos a precios competitivos.

3   -Políticas agrarias de la Unión Europea: Cambios en las políticas agrarias nacionales o de la Unión Europea pueden tener un impacto significativo en la forma en que operan los agricultores y en su capacidad para acceder a subsidios o apoyo financiero.

     -Crisis climáticas y desastres naturales: Eventos como sequías, calor excesivo a destiempo pueden afectar negativamente a los cultivos y la producción agrícola, lo que lleva a pérdidas económicas para los agricultores.

5    -Exigencias burocráticas: Los agricultores a menudo se quejan de una carga excesiva de regulaciones y trámites burocráticos impuestos por la Comunidad Europea que dificultan su trabajo y aumentan sus costos operativos.

6    -Por último, combatir o subsanar las diferencias excesivas de lo que percibe el agricultor o ganadero y el precio que esos productos adquieren en el mercado.

   Estas son solo algunas de las causas más comunes que pueden llevar a los agricultores españoles a organizar tractoradas, para hacer oír sus demandas y presionar cambios en las políticas que afectan a su sector.    

Tomen las medidas necesarias quienes tienen poder y medios para hacerlo y ofrezcan un futuro de esperanza para el campo.


Tractorada en Madrid

viernes, 15 de julio de 2022

El incendio en el bosque




Todos contra el fuego

 

 

             En esta época proclive a incendios en esta ”piel de toro” que es la geografía española, dado el calor y la sequía de nuestros campos, no podemos dejar de tratar el tema de los fuegos y sus causas que tanto nos acechan.

 

Denominamos fuego al conjunto de partículas o moléculas incandescentes de materia combustible, que son capaces de emitir calor y luz visible, siendo producidas por una reacción química de oxidación acelerada. Las llamas son las partes del fuego que emiten luz visible, el humo son esas mismas partículas, pero que ya han dejado de emitir dicha luz.

El fuego es considerado uno de los cuatro elementos, y junto al aire, el agua y la tierra ha sido venerado en casi todas las regiones, incluso se le han ofrecido sacrificios en diversas culturas por considerarlo purificador.

Realmente, nadie inventó el fuego, ya que es uno de los cuatro elementos básicos de la naturaleza. El fuego ha existido durante millones de años, y una de las primeras manifestaciones se daba cuando los rayos de una tormenta caían sobre los árboles de los bosques y creaban incendios o cuando un volcán estallaba en erupción. Así pues, los hombres primitivos sabían utilizar el fuego, pero en un principio desconocían la forma de encenderlo y crearlo, por lo que era un elemento muy preciado.


El dominio del fuego ha sido, sin duda, uno de los mayores descubrimientos de la historia y que supuso un cambio radical en el desarrollo de la sociedad. En otros momentos y épocas históricas, el fuego ha jugado un papel fundamental: las familias y miembros de las tribus se reunían en torno al fuego para contar historias y transmitir conocimientos, se utilizaba en todo tipo de ceremonias y ritos, se utilizaba para cocinar alimentos, para forjar herramientas, para ahuyentar animales y peligros, etc.

 

Hasta que se crearon las cerillas, los mecheros y demás formas de crear fuego y la llama, las teorías apuntan a que nuestros antecesores aprendieron a utilizar el fuego frotando palos o golpeando piedras. Por ello, el dominio del fuego se consideró un gran avance para la sociedad y, según los científicos, creen que se logró en la Edad de Piedra Temprana por el Homo Erectus. El dominio del fuego en este periodo no solo sirvió para calentarse durante los fríos días de invierno, sino que también sirvió para mejorar la dieta permitiendo cocinar carnes y vegetales. Así, esta mejora en la alimentación también provocó una mejora en el cerebro y una evolución positiva. Además, el uso del fuego también permitió a los hombres defenderse de los peligros como animales u otras tribus en guerra.

 

Nosotros aprendimos en la escuela cómo los primitivos, obtenían fuego de forma menos fantástica y más laboriosa. Venía en las ilustraciones de la enciclopedia. Aquellos hombres barbudos y desgreñados, a medio camino entre simios y humanos, lo conseguían con el roce insistente de dos palos. Lo intentábamos, pero solo lográbamos calentarlos un poco. Recuerdo a personas chocando el eslabón con el pedernal hasta que se originaba una chispa y prendía la yesca seca. Los niños producíamos chispas golpeando unas piedras blancas contra otras.

Nos llamaba la atención ver cómo saltaban chispas cuando las caballerías pasaban por las calles empedradas al anochecido y daban las herraduras contra el suelo. También cuando los hombres del campo sacaban de la faja negra de su cintura el mechero y con un golpe o dos de mano hacían girar la ruedita sobre la piedra. Prendía la mecha larga y dorada que ellos arrimaban con el dedo pulgar a donde se originaba. Soplaban sobre ella para que se avivase el fuego.

       La cocina de las casas antiguas era el lugar más entrañable. Allí estaba en su sentido más genuino, el hogar, que tiene su corazón bombeando calor desde la candela de llamas, donde las miradas son esponjas absorbentes que captan, hipnotizan y hacen divagar el pensamiento. El atributo del mando alrededor de la chimenea son las tenazas y quien las tiene en sus manos ejerce de timonel avivador y arquitecto reparador del edificio cambiante de la leña vencida por el fuego. A los niños no nos dejaban porque decían que nos podíamos quemar y, no sé de dónde lo sacaron, que si jugábamos con él, nos orinaríamos en la cama.

       En los veranos surgen los incendios incontrolados en nuestros bosques, como consecuencia de las temperaturas elevadas, las sequías y la presencia del viento que aviva el fuego. Siempre se han dado circunstancias por las que el hombre no ha podido controlar el fuego, aunque con menos frecuencia que en la actualidad. Recuerdo, cuando era niño, algún fuego que se producía en el pueblo: tocaban las campanas a arrebato y todos los hombres acudían solidariamente a su apagado portando calderos de agua para su extinción, otros se encargaban de llenar tales recipientes extrayendo agua de pozos próximos. Hoy se emplean medios más eficientes y rápidos gracias a los cuerpos especiales de bomberos y las mangueras de agua a presión que antes no existían. También se emplean aviones y helicópteros especiales para vaciar agua en el foco del fuego de los incendios forestales.  

 

       Desde hace miles de años, tal vez millones, el ser humano tiene una relación muy especial con el fuego. Tanto que se ha convertido en una tradición en muchas zonas del planeta usarlo como centro de celebraciones de todo tipo. El fuego siempre es el espíritu de la fiesta.

Ejemplo de ello lo tenemos en la Comunidad Valenciana donde existen muchas tradiciones relacionadas con el fuego. Tanto que en muchas fiestas y celebraciones tienen el mismo final: hacer una hoguera lo más grande posible en la que quemar todo lo que hemos ido haciendo durante el año para cerrar esa etapa y comenzar una nueva. En el caso de Valencia, las "Fallas" coinciden con la festividad de San José, patrón de los carpinteros, ya que fueron estos los que comenzaron la tradición de quemar restos de madera de sus talleres coincidiendo con el cambio del invierno a la primavera, como un momento de deshacerse de lo antiguo para dar la bienvenida a una nueva etapa llena de vida.


Por último, no todos los fuegos ocurren por error humano o fenómeno meteorológico, hay muchas veces que éste es producido intencionadamente. Hay seres humanos que se mueven en esta vida con el único sentimiento del dinero y son capaces de hacer desaparecer un bosque, con los grandes beneficios que aporta a la humanidad, solamente por convertir ese terreno desolado por el fuego en futuros terrenos aptos para urbanizaciones especuladoras. Así consiguen pingües beneficios al dar más valor a sus propiedades.



FUEGO EN EL BOSQUE

En el filo de la noche
danzan lenguas de fuego,
caen por la montaña,
lamiendo los árboles,
dejándolos secos.
¿Quién cometió el crimen?
Gritó la luna, viendo enrojecer
el cielo.

Habrá un nuevo día,

pero no habrá pájaros en el cielo,
las mariposas se han ido,
se queda un mundo negro,
escrito en letras rojas carmesí.
¿Sabes cómo me siento?
Ya no hay aroma a pinos,
solo tierra calcinada, solo
rastrojos viejos.

Gritos se oyen en aquel

infierno, se oye el rumor del fuego,
Llantos y lágrimas,
agua y esfuerzo.

Cada hoja me habla de paz suave,

y yo les pregunto:
¿dónde está la paz en las manos
que prendieron fuego?
Lágrimas caen de las hojas
que se han librado de las llamas,
intentan mojar el suelo.

(Anónimo)