sábado, 1 de junio de 2019

La Nostalgia



Los recuerdos tejen lo que somos


    En sentido literal, la nostalgia, palabra que proviene de los términos griegos nostos ='regreso', 'volver a casa'algos ='dolor', es el sufrimiento causado por el deseo incumplido de retornar al hogar.
    La nostalgia surge al escuchar una canción de nuestra época, el recuerdo del lugar donde pasamos la niñez, observar una fotografía antigua de nuestra vida o encontrar un viejo amigo de nuestra infancia. Representa un acercamiento entre lo que fuimos y lo que somos, manifestándose en nosotros una sensación de que nuestra vida ha tomado unos caminos, repletos de emociones y experiencias, unas veces positivas y otras negativas. En una palabra la nostalgia es un sentimiento que nos hace vivir.
    El sentimiento nostálgico se sustenta a través de la memoria y de la imaginación. Surge para recordarnos que tenemos un pasado. El presente coexiste con el pasado. El lugar en cual nos encontramos se confronta con el lugar en donde estuvimos en otros tiempos, el yo de hoy se confronta con el yo de ayer. Esa conexión entre pasado y presente es lo que motivo la creación de este blog, fortalecido por esa nostalgia del que vive distante de donde nació y tuvo sus primeras vivencias, experiencias y recuerdos, algunos ya muy frágiles, pero que dejaron una huella.  
    Por la nostalgia no quiere decir que debemos quedar pegados a los recuerdos de manera pasiva, sino, que podemos recurrir a ellos, y así, enriquecer y dar un nuevo sentido a la realidad de todos los días.
    Hemos de tener en cuenta que los seres humanos pensamos y actuamos de manera diferente ante los grandes acontecimientos de la vida, hay caracteres más dispuestos a la nostalgia que otros. Existen dos tipos de comportamientos entre el partir de los emigrantes del determinado lugar donde nacieron. Imaginemos, por ejemplo, que partieron de sus orígenes en tren: unos al marcharse miraban solo hacia delante por la ventanilla de aquella máquina de vapor que les trasladaba en dirección a nuevos horizontes, y, por el contrario, hay otros  emigrantes que miraban a través de la ventanilla, pero hacia atrás, estos prefieren ver el paisaje original que poco a poco desaparece y se desvanece de sus vistas y de su vida. Yo represento y me siento más identificado con la segunda opción, a los emigrantes que miran hacia atrás para no desarraigarme de mis orígenes. Dejé atrás mi tierra natal para transitar los primeros años de maestro por tierras gaditanas, andaluzas; gentes con otra mentalidad y carácter muy distinto al que conocía de mi austera tierra castellana, pero,  a pesar de todo, supe sintonizar en el medio educativo, ya que la educación y formación en valores es común y universal para toda diversidad de gentes. Más tarde, por “nostalgia” concurse a nuevo destino, atraído por otras tierras más cercanas a mi tierra, aunque no tan próximas al lugar que me vio nacer, a tierras madrileñas: Alcalá de Henares, donde ha transcurrido casi toda mi vida profesional y familiar, hasta llegar a mi jubilación que disfruto desde hace 15 años. Alcalá me acogió a mí y a mi familia, es por lo que, como gesto de gratitud la amo intensamente, aunque la nostalgia siempre me lleva a otros lugares, a aquellos sentimientos y vivencias de mi niñez, a aquellas tierras de la posguerra, con tantas dificultades, donde nací y vivieron mis padres. Aquellas vivencias infantiles siempre dejaron una fuerte huella difícil de olvidar. La nostalgia es indispensable para mí, y la defino como el arte que realiza los sueños, revive y me identifica con el pasado y convoca a los seres queridos ya ausentes.
    Al recordar nos sumergimos en el pasado, y necesariamente miramos hacia atrás; pero, esta mirada distante no perjudica nuestro presente, ni tampoco nuestro mañana. Apreciar el ayer no significa quedar encadenados a la sombra de un pasado que se interpone en el camino y no nos permite avanzar. La nostalgia es un sentimiento y como tal no debe renunciar al presente ni al futuro. No todos nostálgicos piensan que: “Cualquier tiempo pasado fue mejor”, tal vez, casi siempre, fue más difícil y duro, pero impregnado de unos sentimientos y vivencias que dejaron huella y el tiempo no puede borrar.