Los vecinos de la calle Alhucemas de San Román de Hornija vivimos, hace pocos días, escenas de dolor y tristeza por el fallecimiento de Mari Pili, hija de nuestro vecino Justo. La muerte de Mari Pili nos conmovió, así como al resto del pueblo, en primer lugar por su juventud, así como, por no poder llevar a cabo sus proyectos de sacar adelante esa familia que tanto la necesitaba. Desde aquí queremos manifestar nuestro sentimiento de dolor por tal pérdida, así como unirnos en el sentimiento con Justo y familia.
Por otro lado, en estos días, nuestra calle se alegra de otro hecho antagónico al anterior: nuestro vecino Remigio Celemín cumplió 100 años el pasado jueves día 8. Lo bueno del ser humano es saber conjugar los sentimientos tristes y los alegres que nos depara esta vida. Remigio, aprovechamos desde aquí para felicitarle.
Remigio me manifiesta que carece de
dolor alguno y disfruta de una inmejorable salud física y mental. No todo el
mundo llega a esa longevidad centenaria poseyendo esa memoria tan privilegiada.
Siempre que yo he querido revivir un hecho remoto sobre nuestro pueblo, que
permanecía oscuro y olvidado para otros mayores del pueblo, he acudido a
Remigio que con toda fidelidad y detalle me rememora el pasado de su época.
Esa memoria de Remigio también ha quedado
manifiesta como aficionado al tute, llevaba la cuenta de todos los tantos y jugadas que
proyectaba el juego. Así mismo, me cuenta sus grandes aptitudes como
actor. En aquella época de su juventud, San Román poseía un
movimiento cultural de amigos y aficionados al teatro. Representaban comedias
de grandes dramaturgos españoles en las que él intervenía. Aun recuerda algún
diálogo de alguna obra que representó.
También hacemos extensiva esta felicitación a su
hija Pilarín, que con cariño y comprensión vela por Remigio estos últimos años.
Tal vez, Tina, tu difunta madre, te agradecerá desde el cielo este buen
comportamiento con tu padre.
Anécdota sobre nuestra calle:
Un día me contaba Luis Lobo, vecino que falleció
en 1992, poeta y gran humorista, una anécdota a modo de chascarrillo en la que
reflejaba a todos los vecinos de la Calle Alhucemas de esta manera. En su
recuerdo tengo el placer de constatar:
Alfio y Luis Lobo quieren presentar ante el ayuntamiento un proyecto de mejora de la Calle Alhucemas, pero antes se lo presentan al resto de vecinos que dan su consentimiento así:
¡Vale!
¡Justo!
¡Y si entramos en litigió acudiremos a Remigio!
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