Hace unos años, concretamente en 1997, un grupo de mujeres se reunía un día a la semana en el Aula de Cultura de San Román de Hornija, dirigidas por una monitora que patrocinaba la Diputación. El tema del curso era: “Un pueblo y su pasado” y cada participante trataba de aportar alguna “murga”o “relación” que recordase. Así editaron un cuadernillo con todo lo que recopilaron.
Creemos que hicieron una labor loable, fructífera y admirable. Dado que los objetivos que perseguimos en este blog son idénticos, trataremos de publicar algunas relaciones o murgas que consideremos interesantes, con el fin de ponerlas al alcance de todos nuestros lectores y así mantener vivo nuestro pasado.
La canción del Cohete
escuchen los chascarrillos
de esta cuadrilla ideal
le diremos la verdad,
porque entre mozos y mozas,
siempre hay algo que contar.
Por eso señores pueden perdonarnos,
si alguien hay presente que aquí le faltamosno creo que nadie tenga que tachar,
pues somos chavales de conformidad.
Estos corren de ligero
como es justo y natural,de echarse pronto pareja,
no llegar a Navidad.
Olvidando los regueros,
que entre todos echamos,por una maldita bomba
ha habido quien ha velado.
Ahora que nosotros no nos enfadamos,
aunque de pareja hayamos cambiadoy lo que pedimos es mucha hermandad,
humor y alegría para este carnaval.
Después de la Nochebuena,
como todo el mundo sabe,se preparan la jaranas
a fuerza de beber jarabe.
Suministramos merienda,
dirección a las bodegas,y con repuesto de cohetes,
sobrantes de bellotera.
Así que nosotros con mucha armonía,
tiramos un cohete no con picardía,pero el fulminante se nos disparó,
té cayo al suelo y luego no explotó
Seguimos nuestra ruta,
sin pedir explicaciones.y sin meternos con nadie
en busca de buen licor.
Entonces sentimos voces,
de una casa con bravura,faltándonos mucho el dueño,
por la misma cerradura.
cuando regresamos al amanecer,
en casa, los padres estaban otra vez.
Aquí vengo a reprenderos!
nos decía con tesónque no toquéis a mi puerta,
que no es ningún acordeón.
Entonces ya nuestros padres,
que ignoraban lo ocurrido,-¡cuéntanos lo que ha pasado!
les damos un recorrido.
Después ya nosotros no le hicimos caso,
nos conceptuaron un poco borrachos,a pesar de todo se portó muy mal,
llamamos a casa para deslindar.
Después de estar en su casa,
todos están reunidos,
le dicen al buen señor
-¡díganos lo sucedido!
El hombre se vino a buenas
con muchísima humildad,por tratarse de quien sois
no he querido denunciar.
Así que nosotros las gracias les damos
y anden por cuidado por si algún descarado,no sea que tengan mucho que sentir,
les dejamos solos ya por no reñir.
Dejemos este relato,
le pedimos que no vuelvay verán lo que pasó
en una tierra de muelas.
Una mañana temprano
y hermosa de primavera,le pillaron a un fulano
llenando la cebadera.
El duende corría, el amo volaba,
con estaca en mano le amenazaba,hasta que, de último, un palo le dió,
que a los dos segundos del macho cayó.
Cuando estaba en el suelo,
puso cara de vejez
y el amo le repetía:
vas de cocote en “cal” el juez.
Ya se vienen para casa,
sin dejarle un paso atrás,se encuentran con un cuñado,
que venía de azufrar.
El cuñado entonces muy disimulado,
no pregunta al otro por lo que ha pasado,hasta que después se vino a enterar
que pagó las mulas a estilo azafrán.
Cuando entran en “cal” juez
estas palabras le dijo:“Yo no lo siento por mi,
pero si por la mujer y mi hijo”.
Se presentó su mujer
un poco atemorizada:¡ay! no le procesen
que seré una desgraciada.
La mujer dijo al marchar:
-no quiero que ésto vuelva a pasar,porque si así ocurre le saldrá muy mal,
le dejaremos sólo aquí en San Román.
Pasamos a otra historia,
más chocante que ninguna:dos mozalbetes del pueblo
se perdieron con las mulas.
Y era en el mes de Abril,
día claro, por fortuna,salieron desde los “Hoyos”
a dar agua a la “Laguna”.
En el monte se despistaron,
y todos corrieron y agua no encontraron,hasta que por suerte vieron un pastor,
que les puso en el camino con discreción.
Dirección a los majuelos,
regresaron sin dar agua,por el temor de su hermano
que al más bajo le pegara.
Tú temerás a tu hermano,
y yo temeré a mi padre,pues lo más fácil será
que estrenemos los ramales.
Pero estos muchachos ya no volverán
a dar agua al monte sin necesidad porque en toda la tarde pudieron enganchar
y llevaron mal rato a fuerza de llorar.
Aquí ya nos despedimos
del pueblo alegre y formal,nos darán el bollo y vino
que se seca el paladar.
Las gracias damos al espectador
y si hemos faltado, pedimos perdón.¡Viva esta cuadrilla y su buen humor!
¡Que viva la copla y su director!
Letra: Clementina Cabezudo (q.e.p.d.)
Año que se cantó: 1945
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