Terminó 2017, sin pena ni gloria, bueno miento, para algunos, pena por la pérdida de algún ser querido o por
haberse manifestado en ellos alguna enfermedad, para otros un año más y para
todos un año más mayores.
Observamos que el Mundo está medio loco; son muchas las ciudades que han tenido que soportar la sinrazón del terrorismo más cruel. No comprendemos los objetivos que persiguen esos que creen que el camino de conseguir las cosas es con esas actitudes tan bajas y crueles de exterminar todo ser humano que se encuentre a su alcance. Creo que el terrorismo fomenta odio y repulsa hacia los que lo provocan. El diálogo y la persuasión resuelven mejor cualquier injusticia.
Otra característica o secuela que nos ha dejado el pasado año, y más concretamente en el centro de España, es la escasez de lluvia. Es mucha la sequía que se manifiesta en los pantanos de los ríos, que algunos están a un 20 ó 30 %, de su normal almacenamiento. Las consecuencias más inmediatas son: la limitación de agua en los regadíos españoles y un año 2018, si no llueve, con restricciones o cortes de agua en algunas ciudades. Esperemos que este 2018 no sea tan perezoso en aportarnos lluvia.
A la hora de resumir los efectos de ese 2017, que se extinguió, no podemos olvidar el conflicto surgido en el nordeste de la geografía española, concretamente en Cataluña. Un conjunto de mandatarios de esa autonomía, aunque elegidos por el pueblo, se han sobrepasado en competencias declarando la independencia de esa región del resto de España, a modo de una deserción que no está contemplada en la Carta Magna o Constitución que es el camino o conjunto de leyes a seguir para conseguir un entendimiento de todos los españoles. A ver si esos partidos independentistas se dan cuenta de que ese no es el mejor camino de convivencia con el resto de España.
Bueno, y dejemos de ver y enfatizar sólo lo malo que nos afecta. Seamos optimistas y valoremos también las noticias positivas que nos ha generado el pasado año:
Sobrevivirán 18.000 niños, que en el pasado habrían muerto por enfermedades simples. La mortalidad infantil ha bajado el 5%.
Cerca de 300.000 personas, durante este año, contarán con electricidad.
La excelente cifra de que 250.000 personas saldrán de la pobreza extrema.
La Unesco puede celebrar el hito del menor número de niños sin escolarizar en la Historia, con la casi superación del analfabetismo joven.
Por estas fechas, los humanos seguimos emitiendo esa “frase hecha” tan popular de ¡Feliz año Nuevo! Todos sabemos que la felicidad plena nadie la consigue, sin embargo, que por proyectos y deseos no quede.
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