Laurentino Prieto Barrocal, como efecto de la emigración de
los años 60 marcha al norte de España buscando trabajo y allí reside desde
entonces, concretamente en Placencia de las Armas (Guipúzcoa). Desde su marcha
siempre ha aprovechado sus vacaciones para venir a su pueblo y en la actualidad
está jubilado.
Hablemos de la bodega y todas las connotaciones que encierra. Laurentino se la compra el año 1986 a una familia de San Román, siempre había anhelado poseer una. Podíamos decir que no compra una bodega, compra restos de una pequeña cueva con el techo hundido, la puerta de entrada caída y llena de humedades. Con la ayuda de su esposa y la de algún familiar consiguen sacar la tierra al exterior. Laurentino sigue viniendo al pueblo en vacaciones y para él no hay otro tipo de ocio que cumplir los objetivos que se propuso respecto a su bodega. Así, un año repara el techo, el siguiente hace una cocina chimenea, el otro mete el agua, otro la luz solar, el siguiente decora las paredes incrustando en ellas botelleros etc. Al final, ahora jubilado, ese esfuerzo realizado en vacaciones anteriores ha dado fruto y ha tenido recompensa. Se han cumplido sobradamente los objetivos que se propuso de poseer una bodega.
Botellero |
Le ha quedado una bodega con dos cuerpos o habitáculos: uno
de estancia y otro de almacenamiento; en resumen, una bodega pequeña pero muy confortable
para poder pasar allí buenos ratos en compañía de su familia y amigos.
Regresamos o bajamos juntos al pueblo dejando el recinto de
las bodegas, Laurentino me sigue hablando. Observo en él que es una persona muy
locuaz y carismática, a veces en su monólogo deja de andar, se para y me mira, tratando
de reforzar con rotundidad y autenticidad lo que me está diciendo. Laurentino
es un ejemplo de laboriosidad, perseverancia y esfuerzo.
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