El lenguaje de las manos es una forma de comunicación
no verbal que se utiliza ampliamente en diferentes situaciones. Esta
comunicación puede incluir gestos, movimientos y posiciones de las manos para
transmitir información, emociones o intenciones. El lenguaje de las manos es
una herramienta poderosa en la comunicación, permitiendo a las personas
expresar y comprender información de manera más completa y efectiva, incluso en
ausencia de palabras habladas
En este artículo, nos centraremos
en el lenguaje de las manos, entendiéndose este como todos aquellos gestos que
hacemos con las mismas para acompañar nuestras conversaciones y diálogos, descubriendo
sus funciones más destacadas y algunas de sus posibles interpretaciones.
Las manos nos ayudan mucho a enriquecer el
mensaje. Así, nos sirven para ilustrar y aportar información extra al
mensaje que queremos transmitir.
Si nos fijamos, tanto
políticos como presentadores, actores u oradores utilizan especialmente sus
manos a la hora de hacer discursos o presentaciones. Lo hacen para enfatizar
alguna parte de su discurso o para transmitir algún tipo de mensaje complementario
que, si conocemos el lenguaje de las manos, sabremos descifrar.
De esta forma, los
gestos que utilizamos con las manos no son meras descargas energéticas; cada
uno de ellos tiene un significado y función. Según los expertos en este ámbito,
las interpretaciones acertadas que podemos dar serían las siguientes:
Mostrar las manos:
Cuando
las manos se exponen al público, se genera una mayor confianza, así como una muestra de honestidad
y transparencia, En cambio, las manos ocultas en los bolsillos, por ejemplo, o
detrás de la espalda, inspiran menos confianza.
Cerrar la mano y apuntar con el dedo es uno de los gestos más desagradables
posibles, comparable con un golpe simbólico a quien se señala. Además, añade, “el puño cerrado puede ser catalogado como muestra de hostilidad.”
Tocarnos la cara:
Llevamos la mano a la cara (a los ojos, boca, nariz, cuello) podrían relacionarse con la duda, la
incertidumbre y la falta de seguridad. También pueden tener relación con
ocultar información, de forma consciente o inconsciente, o ansiedad.
Palmas hacia abajo:
Colocar las palmas hacia abajo con los dedos enderezados es un gesto que
impone autoridad a los interlocutores. También pueden indicar desafío
o dominación. Así que cuando una persona emite este gesto mientras
habla, es posible que indique que no va a ceder.
Manos en la espalda:
Colocar las manos en la espalda en general muestra una gran dosis de confianza en uno mismo. También
puede sugerir que la persona está a la espera de algo o que tiene expectativas
en relación a algo.
Agitar las manos:
Agitar las manos al hablar se utiliza para dar énfasis a lo que dices. En general, se trata de un gesto autoritario. Puede
significar también que la persona que lo emite ha tomado una decisión (y que es
probable que no la cambie).
Frotarse las manos:
Otro gesto típico del lenguaje de las manos es el que implica
frotárselas. Cuando juntamos y apretamos las manos estamos
intentando mantener el control, ya que nos encontramos nerviosos o
incómodos. Se trata, en cierta manera, de decirnos a nosotros mismos: “todo irá bien“. En cambio, tener las manos juntas con
los dedos entrelazados denota ansiedad y frustración.
Manos en las caderas:
Colocar las manos en las caderas es un gesto que puede confundirse con
hostilidad, pero la mayoría de veces implica una posición de alerta. Esta
posición de las manos (y del cuerpo) también puede ser entendida como una
demostración de autoridad, superioridad, firmeza o control de la situación (por
ejemplo, se trata de un gesto típico de militares).
Manos en los bolsillos:
Denota pasotismo, timidez… en
resumen, que no tienes muchas ganas de conectar con la otra persona.
Llevar la mano a la nuca demuestra una situación abatida de fracaso e indecisión, algo que en público no solemos permitirnos.
La mano tocando la parte inferior de la cara:
El dedo índice sobre un diente
delantero inferior, la boca ligeramente abierta, o un dedo bajo el mentón, son
signos que suelen significar perplejidad.
Por último: Las manos pueden tocar, acariciar, sentir, agarrar, sujetar, manipular,
pueden aplaudir, abrazar, trabajar, escribir, temblar, sudar, partir
el pan, pueden también pegar, arañar. Unas manos privilegiadas pueden crear
arte tocando un violín o piano, escribiendo un buen libro, o pintando un
majestuoso cuadro.
Vicente Aleixandre (poema a las manos)
Mira
tu mano, que despacio se mueve,
transparente, tangible, atravesada por la luz,
hermosa, viva, casi humana en la noche.
Con reflejo de luna, con dolor de mejilla, con
vaguedad de sueño
mírala así crecer, mientras alzas el brazo,
búsqueda inútil de una noche perdida,
ala de luz que cruzando en silencio
toca carnal esa bóveda oscura.
No fosforece tu pesar, no ha atrapado
ese caliente palpitar de otro vuelo.
Mano volante perseguida: pareja.
Dulces, oscuras, apagadas, cruzáis.
Sois las amantes vocaciones, los signos
que en la tiniebla sin sonido se apelan.
Cielo extinguido de luceros que, tibios,
campo a los vuelos silenciosos te brindas.
Manos de amantes que murieron, recientes,
manos con vida que volantes se buscan
y cuando chocan y se estrechan encienden
sobre los hombres una luna instantánea.
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