He recibido de nuestro amigo Manuel Torres Gómez, asiduo colaborador de este blog, el contrato de trabajo relativo a un vaquero que prestó sus servicios en la “Requejada” de San Román el año 1952 y que publico a continuación. He considerado importante transcribirlo en el blog principalmente por su antigüedad, así como por ese espíritu de cooperativismo reflejado por los vecinos de nuestro pueblo en esa época, ya que hacían frente a los gastos comunes que generaba dicho pasto según el número de ganado que poseían y allí pastaba.
Contrato:
La antigüedad del documento hace que los caracteres de lectura sean poco legibles; es por lo que tengo a bien reproducirle por actuales medios de escritura:
Copia:
1º El Severino Braulio Diez se compromete a guardar los ganados que aprovechan los pastos de la “Requejada” desde esta fecha, o mejor dicho desde el día primero de junio del año actual, hasta el treinta y uno de mayo del próximo año mil novecientos cincuenta y tres.
2º El citado percibirá en concepto de sueldo, la cantidad de Siete pesetas mensuales por cada res que aproveche pastos.
3º Mil pesetas de soldada y casa habitación pagada por los amos de las reses y Cinco pesetas, por botas cada res al año.
Y para que conste se extiende la presente por duplicado y a un solo efecto, que firman los comparecientes, en el lugar y fecha arriba indicados.
En San Román de Hornija a diez de
Mayo de mil novecientos cincuenta y dos, se reúnen de una parte D. Honorino Torres Motrel, casado, mayor de edad, propietario y vecino de esta localidad,
en nombre y representación de los vecinos que echan al pasto de la Requejada sus
ganados, y de otra parte, D. Severino Braulio Diez, casado, mayor de edad y de
profesión vaquero, natural y vecino de Vadillo de la Guareña, y acuerdan lo
siguiente……………
1º El Severino Braulio Diez se compromete a guardar los ganados que aprovechan los pastos de la “Requejada” desde esta fecha, o mejor dicho desde el día primero de junio del año actual, hasta el treinta y uno de mayo del próximo año mil novecientos cincuenta y tres.
2º El citado percibirá en concepto de sueldo, la cantidad de Siete pesetas mensuales por cada res que aproveche pastos.
3º Mil pesetas de soldada y casa habitación pagada por los amos de las reses y Cinco pesetas, por botas cada res al año.
Y para que conste se extiende la presente por duplicado y a un solo efecto, que firman los comparecientes, en el lugar y fecha arriba indicados.
Firman y rubrican:
Honorino Torres Severino Diez
El vaquero
Severino Braulio Diez, al que llamábamos Braulio, llegó ese mismo año 1952 a nuestro
pueblo y residió en él unos 15 años, desconociéndose el actual paradero de esa familia. Su mujer se
llamaba Dolores y tenían dos hijos, el mayor se llamaba Amador, con una gran quemadura en una
mano, y el menor, algo más travieso, se llamaba Santiago, al que llamaban "Chago".
El vaquero Sr. Braulio era un personaje muy peculiar en nuestro pueblo. Ya mencionamos en este blog una anécdota relativa a un vaquero en el artículo: Anécdotas escuchadas en San Román de Hornija”. No podemos confirmar con rotundidad que el protagonista fuera el Sr. Braulio, aunque hay muchas posibilidades de que fuera él.
La
correspondiente anécdota decía así:
Cuentan
que, no encontrando vaquero para cuidar el ganado del pasto de la “Requejada” de
San Román de Hornija, los ganadores afectados y que se beneficiaban de dicho
pasto acudieron a otro pueblo donde encontraron un vaquero algo mentiroso.
Como dice el refrán ¡Al mentiroso se le coge antes que a un cojo! Un día ocurrió
lo siguiente:
Estando
en un bar de San Román el susodicho vaquero, se vanagloriaba de sus grandes aptitudes
natatorias y decía:
- Yo antes iba a trabajar a una finca que estaba al otro lado del río de mi pueblo y le cruzaba nadando.
- Yo antes iba a trabajar a una finca que estaba al otro lado del río de mi pueblo y le cruzaba nadando.
A esto, un escuchante le pregunta:
¿ - ¿ Y qué hacías con
la ropa?
El vaquero mentiroso no sabiendo que responder contestó:
- Volvía luego a por ella.
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