En San Román, nuestro pueblo, se habla mucho del Sr. Patricio Leonardo Pérez como fructífero creador de murgas, en pleno apogeo de éstas. Hemos de agradecer a su sobrina: Milagros Morán Leonardo, que nos facilita la siguiente murga que ha llegado a sus manos y fue hecha por su tío. Milagros, habiendo nacido en San Román, marcha a Vitoria a la edad de 6 años, pero en la actualidad reside en su pueblo grandes temporadas del año, observándose en ella grandes inquietudes y espíritu en la búsqueda de sus raíces familiares.
Desde este blog recogemos la presente murga
honrando la memoria al creador de ésta y de muchas más: D. Patricio Leonardo
Pérez.
Patricio Leonardo Pérez (1915-1974) nace en San
Román y muere en Eibar (Guipúzcoa). Este hombre sencillo y humilde, aunque sin
estudios, posee grandes dotes y actitudes para parodiar a sus convecinos en
este lenguaje popular de las murgas.
Su sobrina me transmite algunos rasgos de su
personalidad, que transcribo: Era el 5º de 10 hermanos de una familia muy
humilde. De joven era tan travieso como inteligente. La mano dura de su padre,
así como sus convicciones, forjaron en él los siguientes rasgos que mantuvo en
la trayectoria de su corta vida: comprensivo, tolerante, conciliador y
respetuoso con los demás.
Por los anteriores rasgos de su personalidad,
antes citados, así como su espíritu creador de murgas es recordado en su pueblo
con cariño y admiración. En Eibar, donde vivió gran parte de su vida, dejo también
muy buenos amigos.
Lástima que esta murga, al transcribirla de
oído, haya perdido su riqueza original. Fue escrita y dirigida por el Sr.
Patricio, y cantada por Edelmira Morán y su cuadrilla.
Con alegría y
placer
hoy les vamos
a cantar
las aventuras
de algunos
mocitos de San
Román.
Esta cuadrilla que canta
a nadie quiere
faltar
y si alguno
tiene que hablar
se aguarde a
los murguistas
que la acaben
de cantar.
En estos días
señores
creo nadie se
incomode
con este
“ripipipipi”
que hoy alegra
carnaval.
Como está la
vida cara
para el pobre
jornalero
sin contar con
la familia
se van en
busca de empleo
tres mozos muy
pobrecillos
a cual más
trabajadores.
La inclinación
ya les encaminó
de meterse a
pescadores
en un barco
sin patrón.
El que era de
más edad
y un poco más
resplandor
se puso a
guiar el barco
con la ayuda
de los dos.
El barco como
era viejo
hacía agua por
todos lados
aunque daban
mucho al remo
siempre al
medio iban a dar.
Quisieron
pescar muchos peces
sin anzuelo y
sin garlito,
quisieron
salir a tierra
y les costó
muchos gritos.
A las ramas se
agarraban
para poderse
salvar
y contener
aquel vapor
no fuera que
el tío Valerio
les diera una
desazón.
Con estos y
otros disgustos
ya no se puede
pescar
si no fuera el
“repipipipi”
que les va a
desengañar.
Ya dejamos a
estos chicos
no vayan a
incomodarse
vamos a hablar
de otro chico
que venía de
viaje.
a la entrega de su hermano
por montar derecho aquí
se fue a Venta de Baños
a oscuras y sin candil.
Señores para
viajar
hace falta
picardíallevar el “ripi” en el bolso
y de la mano la guía.
Sin anteriores documentos
no se puede montar en tren
porque puede suceder
el viajar al revés.
También
tenemos el gusto
de ponerles al
corrientede lo que pasa a las chicas
con algunos mozalbetes.
Hay en el
baile de arriba
una cuadrilla
de mozosque al distinguir las chicas de hoy
les juegan tal emboscada
de esas que llaman atroz.
Había que
saber la causa
porque obran
de esta manerapues ellas son tres muchachas
que se hacen muy pintureras.
Prefieren a
mozos viejos
que tengan
cuatro laderasy que las digan en concreto:
¡Cómo yo no hay quien te quiera!
Ellas lo tienen creído
sin pensar en nada malo
ellos como perros viejos
van a ver si sacan algo.
Si en una
temporada
no lo han
podido logrardicen: ¡salió al revés!
A ver si el mozo que andaba
Vuelve con ella otra vez.
Ellas son tan
rutineras
que se lo
tienen creídoy a la cuadrilla del tercio
se la daban como a un niño.
Como no se la pegaron
por tener más picardía
de las tres chicas pagó
quien menos culpa tenía.
Tres artistas de este pueblo,
los tres muy bien educados,
van a Zamora a una fonda
como buenos parroquianos.
Al llegar el
mediodía
los tres
pretenden marcharal restaurante a “jalar”
que desde por la mañana
que dimitió el paladar.
Estando los
tres sentados
llamaron al
camarero¡sáquenos un pollo asado
envuelto con vino y huevo!
Cuando lo
estaban comiendo
llegó el Sr.
Justo “El Mazas”diciendo: ¡Estáis comiendo grajetas!
que las conozco en las patas.
Ellos como
convecinos
del pueblo de
San Románle dicen al Sr. Justo
que dijera la verdad.
El Sr. Justo contesta:
¡Yo no he querido engañaros
porque a mí me da igual
y a cualquiera del pueblo
me gusta desengañar!
Para que vean
señores
si de este
cuplé se enteranque sin el “ripipipipi”
a cualquiera se la pegan.
Este “ripi” y esta guía
les servirá de tarjeta
para que le pongan pollo
y no le metan grajetas.
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