lunes, 11 de mayo de 2015

El río Hornija es río Comunero por excelencia.



Olvidado río Hornija




    Creo que los ríos, aparte de obsequiarnos con tantos recursos por donde pasan, influyen poderosamente en el carácter y forma de vida de los habitantes de aquellos pueblos a los cuales bañan con sus aguas. El discurrir de las aguas de un río es semejante al de la vida humana. Desde su origen hasta su desembocadura su curso se despliega, crece, se enriquece, apoya o rechaza los proyectos de los hombres, abre cauces a la Historia o destruye con sus riadas esperanzas y realizaciones, como el ser humano con guerras e invasiones. Los grandes cursos de agua han constituido siempre materia inagotable de meditación, aventuras y estudios. Su paso con fuerza irresistible ha cambiado las tierras por donde transcurrían, han transformado terrenos, antes áridos, en fértiles riberas.

    Nos llena de nostalgia nuestro río Hornija, aquel arroyo de nuestro entorno que, con un caudal más regular que en la actualidad, era fuente de recursos en nuestra vida cotidiana. Hoy, con muy poco caudal como consecuencia de los riegos abusivos en cursos altos de dicho valle. No comprendemos ¿Cómo unas concesiones de agua de otros tiempos pueden tener validez ahora en tiempo de escasez? Las aguas del Hornija ya no tienen aquel monótono rumor o murmullo que ofrecían a su paso por San Román. El río era el testigo del quehacer diario de sus habitantes.

    En un rincón de La Mudarra llamado “Fuente Porras” comienza la vida de este río vallisoletano modesto. Después de La Mudarra sus aguas bañan Peñaflor de Hornija, Torrelobatón, Villasexmir, San Salvador, Gallegos de Hornija, Vega de Valdetronco, Marzales, Villalar de los Comuneros y desemboca en el Duero en San Román de Hornija, con un recorrido de 64 Km. desde su nacimiento. En San Román, nuestro pueblo, nos manifiesta las vivencias del paso por esos pueblos antes citados, testimoniándonos el buen o mal trato recibido de ellos, así como evocando alguna página amarga de nuestra Historia. Un poco antes de la llegada al río Duero recibe las aguas de otro río humilde llamado Bajoz y en su desembocadura  forma un entorno o ecosistema muy particular en fauna y flora.

    Hoy parece que el hombre da la espalda a sus ríos, permitiendo que aquellas aguas cristalinas que antes conducían se hayan convertido en aguas sucias y muchas veces contaminadas. Esta desidia del hombre actual por su entorno tendrá duras consecuencias para futuras generaciones ¡Es preocupante el paso de este río por nuestro pueblo! Se encuentra sucio de maleza todo su cauce, lo que impide una buena conducción del escaso caudal que lleva en invierno.

    Tenemos próximos a nuestro pueblo el río Bajoz, así como el importante Duero, pero ninguno nos es tan familiar y afectivo como el Hornija, porque aparte de su proximidad al pueblo y darle su nombre, forma parte de nuestro entorno e historia por las siguientes razones:
    - En el río Hornija se instalaron los primeros molinos de agua para la transformación del trigo en harina.
    - En él lavaban penosamente nuestras madres y abuelas la ropa, por carecer durante aquella época de agua corriente y de las modernas lavadoras actuales.
    - La fauna de sus aguas fue recurso alimenticio de sus habitantes: cangrejos, peces etc.
    - El cauce, entonces regular de sus aguas, fomentó los primeros regadíos.
    - Por los pueblos de su valle se llevaba a cabo la salida comercial de nuestros productos agrícolas: uva, vino, manojos etc.
    - Por último, este río tan carismático es llamado: “Hornija Comunero”. Comuneros fueron aquellos labradores castellanos que hicieron frente al emperador Carlos V, al que acusaban de anteponer las necesidades alemanas a las españolas, y en defensa de sus libertades. En febrero de 1521 los Comuneros se hicieron con la fortaleza del Castillo de Torrelobatón, hasta que en el mes de Abril, acosados por circunstancias adversas, salieron en busca de la libertad siguiendo el cauce del río hasta Villalar. Allí se produjo la derrota y a orillas del Hornija fueron ejecutados miles de comuneros junto a sus caudillos: Padilla, Bravo y Maldonado. Cuenta una leyenda en San Román, obtenida por esa transmisión oral de abuelos a nietos a través de las distintas generaciones, que en esas fechas las aguas del río Hornija bajaban rojas por el color de la sangre de los valientes comuneros ejecutados. 
 
    Algunos poemas sobre este río le simbolizan como “Río Comunero” y han sido musicalizados en su momento por el grupo “Candeal”:
 
    «Prodigalidad de la luz.
 La Mudarra se hace rito
 entre palomares y encinas
 va naciendo el caserío.
 Hornija tiene por nombre,
 pobre de cuna nacido
 entre tapiales y huertos,
 mimbreros y algún molino.
 
    Chopos en oración lenta,
 pastores, labriegos, niños
 son de tu andadura.
 
Soles de inviernos frío
 entre berrazas y berros
 sigues en tu curso digno,
 arroyuelo más que arroyo,
 austero cual peregrino».
 

    El siguiente poema está sacado de “Amapolas comuneras": Dejo constancia de mi llanto:
    La Fundación Villalar-Castilla y León, coincidiendo con los actos del día del libro, ha editado los romances de Godofredo Garabito Gregorio titulado “Amapolas Comuneras”, una composición poética en la que su autor despliega ante el lector todo un retrato del sentir castellano, matizado y filtrado por el crisol singular que supuso la ejecución de los comuneros tras la batalla de Villalar: "Si los encinares y robledales fueron testigos, a través de los montes de Torozos, de no pocas traiciones, la columna vertebral fue el cauce del Hornija, río comunero por excelencia":


     «Desde mi ventana noble
 tres palomares son vistos,
 unos huertos en desmedro,
 altos chopos y negrillos
 y el manantial que da nombre
 al Hornija, canto y río».


Nacimiento en la Mudarra
Puente y castillo en Torrelobatón


Puente en Villalar de los Comuneros


Puente en San Román de Hornija