miércoles, 16 de mayo de 2018

CENTENARIO DE LAS ESCUELAS CATÓLICAS DE SAN ROMÁN DE HORNIJA (1918-2018)


Escuelas Católicas  Gratuitas


    Nuestras “Escuelas Católicas” han cumplido ya 100 años. Muchos años, tratando de formar a tres generaciones de hombres y mujeres bajo esas paredes de ladrillo que allí continúan ¡Cuántos secretos y recuerdos infantiles encerrarán sus silenciosos muros!

    Creo que el centenario de todo lugar o monumento siempre es muy importante. No siempre las obras de los hombres son propicias, a pesar de los avatares del tiempo, el perdurar en una continuidad ininterrumpida. Tratándose de una escuela, nuestra escuela, adquiere aun más relevancia, ya que fruto de esa continuidad ha vinculado a tres generaciones de sanromaniegos y sanromaniegas que pasaron por ellas, con los consiguientes recuerdos y connotaciones de su niñez.

    Estas escuelas se construyeron en un esbelto edificio de estilo neomudéjar y dotadas de unos recursos educativos de los más modernos de aquella época. Basta recordar aquellos mapas de imágenes, uno para la Historia de España y otro para la Historia Sagrada, ambos complementaban la explicación de los maestros con escenas puntuales según los temas, giratorias y movibles gracias a una manivela. El pensamiento de D. Bernardo Barbajero era construir unas escuelas eminentemente religiosas, totalmente gratuitas y pensadas especialmente para niños pobres. Esa gratuidad consistía en que el Centro, en un principio, proporcionaba a los alumnos todo tipo de material, bajo la condición de que éstos hicieran buen uso de él: libros, cuadernos, pizarras, lapiceros etc.  Estas escuelas, aparte de la adquisición de los conocimientos imprescindibles para manejarse por la vida, crearon en sus alumnos unos hábitos para la convivencia humana; en una palabra forjaron una personalidad para discernir entre el bien y el mal, lo justo de lo injusto, así como unas actitudes de respeto y comportamiento hacia los mayores, siempre presidido por un ideario católico, insignia y objetivos de dicha Institución. 
 
    Es motivo para recordar a todos los maestros y maestras que día a día supieron germinar en sus alumnos y alumnas tan nobles ideales. Como buenos profesionales y humanos, casi todos, supieron comprendernos, motivarnos y estimularnos en ese arte que es formar y enseñar; quede aquí nuestra gratitud y agradecimiento a todos desde este blog. ¡Cómo no recordar a D. Bernardo Asensio! trabajador infatigable, que dejo toda su vida profesional en estas escuelas, dando clases nocturnas y particulares, además del horario escolar, con el objeto de complementar su pequeño sueldo con el que había que hacer frente al mantenimiento de una familia numerosa. 

    Así mismo, agradecer a nuestro paisano D. Bernardo Barbajero García (1843-1927) Deán de la catedral de Madrid, verdadero impulsor y artífice del proyecto de las Escuelas Católicas de San Román de Hornija allá por el 1918. No hemos  podido comprender como un sacerdote Deán pudo sufragar la obra de las escuelas con un coste, en aquella época, de cientos de miles de pesetas, aparte de su mantenimiento: sueldo de maestros, material, conservación del edificio etc. Mucho presupuesto para poderlo sufragar con el sueldo de canónigo Deán de la diócesis de Madrid Alcalá. Pensamos que un proyecto de esa envergadura tuvo que ser abordado por un benefactor con grandes recursos económicos, y movido por una caridad cristiana hacia los demás. Por todo, esto no queremos ensombrecer el esfuerzo, perseverancia y persuasión que tuvo que poseer D. Bernardo Barbajero, auténtico impulsor del proyecto de la construcción de las Escuelas Católicas Gratuitas de San Román de Hornija.

    Pensando en tal benefactor o benefactora y moviéndonos por los círculos que el Doctor Barbajero se movía, se nos ocurre pensar en una mujer madrileña, soltera, eminentemente rica, muy cristiana y con la gran virtud de de dedicar su dinero para socorrer a los más necesitados: Dª Fausta Elorz y Olias”.
¿Quién era esta misteriosa Dª Fausta?
    Dª Fausta Elorz y Olias, (muere en Madrid el 15 de Agosto de 1906),,​ fue una aristócrata inmensamente rica y filántropa española que al morir dejó toda su fortuna para el fomento de obras de caridad. ​Antes de morir nombra a tres albaceas para que administren el testamento que se lee a su muerte y que dice: “Dono toda mi hacienda para obras benéficas y declino en mis albaceas la forma de distribuir ese patrimonio, creando una Fundación que lleve mi nombre”. Imaginémonos la sorpresa con que recibirían dicho testamento los sobrinos lejanos de la difunta.

    Hay tres razones poderosas para afianzar esta teoría, que espero seguir investigando para confirmarlo con rotundidad -aunque como consecuencia de la guerra civil desaparecen casi todos los archivos de la Fundación- y las razones son:
    Primera: D. Bernardo Barbajero es, a su vez, confesor y director espiritual de Dª Fausta Elorz, y no de la reina de España como por ahí se ha dicho.
    Segunda: D. Bernardo Barbajero sería uno de los tres albaceas que Dª Fausta designa, antes de morir, para llevar adelante el proyecto de la “Fundación Fausta Elorz”.
    Tercera: El tipo de construcción de las escuelas es de estilo neomudéjar, muy similar a otra obra de carácter benéfico realizada en Madrid por dicha Fundación. Todas proyectadas por el arquitecto  D. Daniel Zavala Álvarez.
Dicha Fundación construyo un Asilo de beneficencia para mujeres en la Calle Narváez 53 de Madrid, esquina de Juan Bravo, otro en el pueblo de Falces (Navarra) donde veraneaba Dª Fausta, lugar de procedencia de sus antepasados, y por último creemos, a instancias e informes de D. Bernardo Barbajero: las Escuelas Católicas de San Román de Hornija. 

    El sostenimiento económico de dichas escuelas corría a cargo de la Fundación que nombraba y pagaba a los maestros, así como el material escolar y mantenimiento del edificio. Dicha Fundación, dada la lejanía de Madrid, delegaba su administración en el Sr. Obispo de la diócesis de Zamora y más tarde, a consecuencia del cambio de diócesis en San Román, en el  Arzobispado de Valladolid, aunque siempre los recursos procedían de la Fundación “Fausta Elorz”.  

    En el año 1956, ante una mala situación económica de la Fundación y dada la necesidad inminente a realizar considerables obras para la conservación del edificio de las escuelas de nuestro pueblo, se hace cargo de tales reparaciones el Estado y como consecuencia dicho edificio pasa a régimen estatal, y desde entonces éste sufraga su mantenimiento, así como el sueldo de los maestros, que dejan de ser nombrados por el Patronato Fundación y pasan a ser nombrados por el Estado mediante Concurso Nacional de Traslados.


Escuelas Católicas en San Román 
Residencia Asilo en Madrid



    Como bien lo demuestran las imágenes, el Asilo Residencia de Narváez 53 en Madrid tiene un estilo arquitectónico neomudéjar, muy similar al de las Escuelas de San Román, proyectos ambos del Arquitecto Zabala. Aparte de muchos detalles que les asemejan, hay uno muy singular en la fachadas principales de ambos edificios: las cornisas triangulares que sostienen la Cruz son idénticas en los dos,  apreciación por la que nos afianzamos y percatamos de su total similitud y estilo.

    El asilo de Madrid al finalizar la guerra paso a convertirse en cárcel,  conocida por los madrileños por la cárcel de “Torrijos”. Se dice que allí estuvo preso Miguel Hernández y allí escribió el poema: “Nanas de cebolla”. En la actualidad ha vuelto a reconvertirse en Residencia de mayores, pero no de beneficencia, ahora es privada, aunque desconociendo los motivos, sigue llamándose: Residencia “Fundación Fausta Elorz”. 

    Hacemos constar que la benefactora, aristócrata y filántropa Dª Fausta Elorz y Olías, personaje no conocido en nuestro pueblo, aunque si en Madrid, donde el Ayuntamiento puso su nombre a una calle en el distrito de Usera: Calle Fausta Elorz. 

    ¿Quién a pesar de la distancia y del paso del tiempo podría olvidarse de aquella primera Escuela? Ella alberga entre sus paredes aquella etapa de nuestra niñez, los bellos momentos de aquel tiempo dorado que no han de volver. Yo aun tengo vivo entre mis recuerdos de niño: unas medallas que nos acompañaban prendidas a nuestro pecho para la asistencia a la misa de los domingos, aquellas braserillas con las que mitigábamos, un poco, aquellos inviernos de entonces. Ante la exposición escolar que ha realizado el Centro, quizás muchos buscaremos entre su entorno y pupitres momentos inolvidables de aquel tiempo que fuimos niños.

 (Comunidad Educativa) Escuelas Católicas  ¡FELIZ CENTENARIO!

lunes, 23 de abril de 2018

¡Así comenzamos a fumar de niños!


Los primeros cigarros



    Cuando teníamos 9 ó 10 años nos permitíamos, con algunos amigos del pueblo, nuestros primeros escarceos de fumar con el afán de ser mayores, o al menos eso es lo que nosotros creíamos, y siempre en los lugares más recónditos del pueblo: al abrigo de una escondida pared de alguna caseta de las eras, debajo de algún puente, o en alguna viña aprovechando la materia prima de sus hojas que nos permitía hacernos nuestras primeras picaduras gratis. Otras veces empleábamos: hoja de patata, palos que se habían humedecido en el río y que al secarse, como consecuencia de su putrefacción, se convertían en muy buenos combustibles; a estos palos los denominábamos "fumeques", con ellos simulábamos fumar puros, que era otra categoría de fumador. Otras veces, hacíamos los cigarros con unas hierbas que encontrábamos en las cunetas de los caminos y que llamábamos "meaperros".  Recuerdo que ante la escasez de papel envoltorio, uno de los asistentes, hijo de un factor ferroviario, llevaba siempre papel procedente de los recibos no premiados de la lotería jugada por su padre. Eso era un privilegio ya que la mayoría de las veces hacíamos los cigarros con “papel de estraza” o a lo sumo de periódicos. El “cum laude” de tal aprendizaje se obtenía si además de por la boca expulsabas el humo por la nariz, manifestándose, casi siempre, la correspondiente tos.

    En las fiestas de San Roque u otras nos permitíamos adquirir entre 2 ò 3 amigos una cajetilla de “BISONTE”, aprovechando que las propinas en fiestas eran un poco más generosas. El gran problema era el guardarlo, de un día para otro, oculto a los ojos de nuestros padres, mejor dicho de nuestras madres que eran las que controlaban más nuestra ropa y bolsillos. En los años de estudio de bachiller internos en los Padres Escolapios de Toro, aprovechábamos parte de los recreos para camuflarnos en los servicios y así fumarnos algún pitillo de aquellos que nosotros pusimos por nombre “12 letras”, aunque el verdadero nombre era de ”PENINSULARES” ¡Nuestra economía no daba para más! Ya de más mayores en el pueblo, y aun sin permiso paterno, practicábamos esa actitud furtiva en la penumbra del cine del Sr. Tirso Gallego, donde fumábamos involuntariamente casi todos los varones que asistíamos a determinada película. Madejas en espiral de humo se elevaban hasta el haz cónico de luz que iba desde la máquina proyectora hasta la pantalla, en una ambiente irritante y tusígeno. 

    Muy pocas mujeres en nuestros pueblos fumaban en público y las  que lo hacían limitaban su acción a ámbitos privados muy restringidos. No estaba bien visto, aunque ahora ocurre todo lo contrario. Sólo las veíamos en el cine. Así que este protocolo de iniciación humeante correspondía a  los varones, como beber aquel coñac “Soberano” que era cosa de hombres. Aún faltaba tiempo y sobraba machismo en los medios de comunicación y en la sociedad para despojarse de estos prejuicios, aunque en el caso del tabaco maldita falta que hacía. 

    La publicidad nos presentaba el fumar como un símbolo de hombría y conquista. Apuestos vaqueros americanos  curtidos  en plena naturaleza cruzando a caballo ríos de diáfanas aguas con sus reses y la música trepidante de  “Los siete magníficos”, Sarita Montiel esperando sensual tras los cristales de alegres ventanales al hombre amado, a Humphrey Bogart, apuesto galán, no le faltaba  el cigarro en la boca o en la mano.

    En aquella época el humo campaba a sus anchas por gargantas y lugares públicos, igual veías a un varón bailando en pareja con el cigarro en la boca cerca de los ojos de la compañera, que al médico en sus visitas con la ceniza a punto de caer sobre el pecho del enfermo mientras le auscultaba, o al maestro contaminando el aula con 40 alumnos.

    Obtener el permiso para fumar por primera vez delante del padre era algo parecido a una investidura, solía coincidir con la finalización del cumplimiento del “servicio militar”. Suponía la madurez, una puesta de largo varonil y humosa que permitía el acceso al mundo adulto a través de cortinas de humo ¡Ya ven qué conclusión más engañosa!

    Aun recuerdo, una vez terminada la mili, el día de mi petición formal de fumar delante de mi padre. Con una solicitud oral y un poco temerosa recibí la autorización como respuesta con las siguientes palabras: “Anda, ya puedes hacerlo”. A partir de ese momento me olvidé de hacerlo en lugares ocultos de la casa: como corral, cuadras, cochera, etc. De esta forma y en aquel instante el que antes era un mozalbete, sin dejar de serlo, quedó convertido en adulto por el reconocimiento que suponía en aquellos tiempos poder fumar sin tener que esconderse. ¡Vaya conquista!

    En la actualidad, llevo afortunadamente sin fumar 25 años. Con gran esfuerzo y mucha voluntad pude vencer tal dependencia hacia aquella nociva atracción.


lunes, 19 de marzo de 2018

Las antiguas Semanas Santas de San Román de Hornija



Aquellas Semanas Santas

 

    Como todos los años, entre marzo o abril celebramos los cristianos la Semana Santa conmemorando la pasión y muerte del Hijo de Dios hecho hombre, así como su Resurrección. Hoy, ante la proximidad de tales fechas, vamos a tratar de revivir por el presente artículo aquellas costumbres y comportamientos de las antiguas Semanas Santas en nuestro pueblo.

    En Semana Santa y Cuaresma –periodo de cuarenta días antes de la anterior-  la abstinencia y el silencio visitaban las casas con dieta de potaje y bacalao. Procesiones, oficios vespertinos y sermones centraban y condicionaban toda la actividad del pueblo. 

    Hasta el año 1960 existía la “Bula”. Consistía en un documento que al adquirirlo aportaba a los cristianos determinados privilegios. Había variedad de bulas, todas concedidas por el Papa de Roma, aunque aquí solo nos referimos a la de abstinencia de comer carne. La iglesia concedía diversas gracias e indulgencias a sus fieles. Hace ya muchos años que un Papa abolió estos privilegios. Resulta que la Santa Madre Iglesia ordenaba hacer ayuno y abstinencia, y como consecuencia no se podía comer carne ni caldo de carne durante los 40 días de la Cuaresma, ni durante todos los viernes del año y desobedecerlo era pecado mortal. Pero si tú sacabas la “Bula” de carne, quedabas exento de esa prohibición, con excepción de los viernes de Cuaresma, miércoles de Ceniza y Viernes Santo. Se expedía un documento a nombre de la persona que adquiría la bula previo pago de una peseta. El documento estaba firmado nada menos que por el Papa de Roma que era el que concedía tal licencia para poder comer carne. Los viernes de Cuaresma el menú en la mayoría de los hogares consistía en comer potaje con bacalao, comida de pobres entonces, no ahora. Claro que a la gente rica que vivía en la gran ciudad los daba igual esta prohibición pues podían permitirse tomar buenos pescados y mariscos como sustitutos de la carne en esos días prohibida.

    Las emisoras de radio cambiaban sus programas habituales y emitían música clásica. Si por descuido canturreabas o silbabas  una canción cualquiera te avisaba de que eso no debía hacerse porque había muerto el Señor.

    Los distintos altares de las Iglesias permanecían tapados con una cortina morada desde el comienzo de la cuaresma. Nunca llegué a entender las razones de este comportamiento litúrgico; me parecía extraño que durante el tiempo más sagrado del año se cubriera lo que es bello en las iglesias, incluso el crucifijo. ¿No deberíamos estar mirando la dolorosa escena del Calvario mientras escuchamos la narración de la Pasión el Domingo de Ramos? Aunque pueda parecer contrario a la intuición la Iglesia tenía dos razones para velar las estatuas e imágenes durante las semanas de Cuaresma: la primera era que el velo cuaresmal morado expresaba el dolor de la Iglesia en esas fechas, y la segunda para reforzar nuestros sentidos y suscitar en nosotros un anhelo el Domingo de Pascua. Como consecuencia del Concilio Vaticano II dicha costumbre ha dejado de ser preceptiva.

    El Sr. cura anunciaba un programa con los horarios de las distintas celebraciones y procesiones. Los jueves y viernes Santos las mujeres con velo y los hombres trajeados llenaban la iglesia. Olía a cera,  incienso, amapolas y otras flores silvestres recogidas en nuestros campos para adornar el altar mayor.
    
    Los días principales –jueves, viernes Santo y domingo de Resurrección- traían al pueblo un sacerdote, de fuera, predicador que motivaba y evocaba con su buena oratoria los distintos pasajes de la Pasión del Señor. Algunas veces era designado algún sacerdote oriundo del pueblo.

    Apagaban la luz de los bares cuando pasaban las procesiones por sus puertas y los escasos clientes, ya que antes estaba muy mal visto no asistir a tales actos, observaban sin ser vistos. En las procesiones filas separadas de hombres y mujeres acompañaban a las imágenes entonando canciones como “Perdona a tu pueblo, Señor” y caminaban en silencio. La noche del Viernes de Dolores salía, y sale en la actualidad, a la luz de los faroles y de las primeras lunas llenas de la primavera, la procesión con la Virgen, así mismo se celebra un Vía Crucis por su recorrido.
    
    Las campanas descansaban y cedían turno a las matracas para convocar a los fieles a los actos litúrgicos, produciendo éstas un sonido estruendoso, monocorde y triste, como si un rayo de aldabas y madera cayera rompiendo el aire en pedazos.

    Los bailes agarrados, cuyas licencias más atrevidas eran cogerse las manos o el abarcar precavido medio talle, con desahogado espacio fronterizo entre los cuerpos, desaparecían en tiempos de Cuaresma, para así evitar las tentaciones a las que uno de los principales enemigos del alma podía inducirnos. Tardé tiempo en descubrir que la “carne” no se refería al cordero, vaca o al cerdo, vedados por la vigilia en estas fechas, sino a la atracción natural  por el sexo contrario, al que, por lo visto y oído, había que elevar hacia no sé qué idealismo platónico.

    Era costumbre la sustitución del baile en la cuaresma por un paseo de los jóvenes hasta la estación de ferrocarril, tal vez por ser el único punto de referencia del pueblo que nos comunicaba con otros lugares y lejanos horizontes. Durante este paseo jugábamos a la comba por cuadrillas, y si las chicas no nos dejaban jugar recurríamos, por la fuerza y en actitud algo machista, a quitarlas la soga o cuerda que era el elemento principal de dicho juego. Cuando participábamos en dicho juego, a veces, surgía el cruce de miradas cómplices, que terminaban emparejando ilusiones, cuando empezábamos a sentir la savia en nuestros cuerpos adolescentes.

miércoles, 14 de marzo de 2018

Programa de la Semana Santa 2018 en San Román de Hornija



Semana Santa 2018 de San Román de Hornija




    Como en años anteriores, y siempre con un espíritu de superación, la cofradía del Cristo de la Piedad de San Román de Hornija organiza la Semana Santa 2018. Con ánimo de difundir el programa de dicha Semana Santa a los sanromaniegos que viven fuera, tenemos a bien colgarlo en nuestro blog: "San Román de Hornija en el tiempo". 
    ¡Buena Semana Santa y Feliz Pascua a todos!





















viernes, 23 de febrero de 2018

FRASES HECHAS EN EL LENGUAJE COLOQUIAL


Comodines lingüísticos


    En nuestro lenguaje coloquial y social  recurrimos  a frases hechas, tópicos, latiguillos o retazos lingüísticos, que son expresiones  aceptadas convencionalmente y reiterativas ante situaciones similares; así en los pésames por fallecimientos utilizamos ante los familiares más cercanos los siguientes tópicos a modo de consuelo: “en paz descanse” o “le acompaño en su sentimiento” o  “siento mucho tal pérdida”. Nos evitan tener que recurrir a otras formas de expresión, pensando en ser originales, cuando ya disponemos de estos comodines que nos ayudan a solventar, sin más dificultades, tal situación. Los detractores de estos comodines lingüísticos alegan: que con estas frases hechas estandarizamos los comportamientos humanos, olvidándonos de las reacciones personales de cada individuo, ante tales situaciones, según el calor de sus sentimientos. En una palabra, despersonalizan a toda una sociedad, sin tener en cuenta la forma de expresarse o manifestarse como fiel reflejo del dictado de los sentimientos.

    “Salud para criarlo” les decimos a los recientes padres, que nos responden complacidos “y tú que lo veas”.

    Antes en nuestro pueblo, cuando alguien se acercaba a la puerta de la calle con la intención de ser recibido, gritaba desde el umbral: ¿Quién vive? La respuesta que venía de dentro no podía ser más lógica: ¡Adelante! Podrían haber respondido con otra también lógica: ¡Quien no ha muerto! Había otra costumbre, poco común, que empleaban casi siempre dos hermanos, ya fallecidos, de San Román: El Sr Tarsicio y el Sr. Trifino Velázquez, y que a mí de niño me causaba gran asombro, se trataba en llamar a la puerta de las casas diciendo: ¡Deo Gracias! Era una costumbre muy cristiana de agradecer a Dios el ser recibido. Saludo hoy ya en desuso, fiel reflejo de unos comportamientos inculcados por los padres de aquellos hermanos Velázquez. Valores que hoy, por desgracia, se han ido perdiendo.

    Podríamos añadir muchas más situaciones variadas que todos conocemos: Al llegar, en una visita inoportuna, a una casa cuando estaban cenando y saludar acompañando ¡Qué aproveche! Y los anfitriones responden ¿Si gustas? Esa inoportuna visita se solía dar en las cenas, pues la comida de mediodía se regía por un horario más uniforme para todo el pueblo. Se comía casi siempre a la una de ese mediodía.

    Tampoco podemos olvidar, ante situaciones de éxito, cambios de estado o resto de situaciones felices: ¡Enhorabuena! La connotación que sacamos de tal expresión es el deseo de que tal situación aporte al interesado los mejores momentos de felicidad.

    ¡Feliz Navidad! o ¡Feliz Año Nuevo! Ante las pasadas fiestas navideñas era la frase característica, emitida oralmente y también por escrito en aquellos crismas que hoy han quedado en desuso, sustituidos por el correo electrónico, WhatsApp, facebook y demás redes sociales.

    Con las redes sociales "facebook" se ha generalizado el : “Me gusta”, que se ha convertido en la muletilla digital por antonomasia. Además de significar que te guste la foto, el texto o la ocurrencia del autor, se utiliza para que quede constancia de que has visto lo expuesto como un cumplido parecido al rutinario “buenos días”. A cada respuesta recibida le añadimos como rúbrica el consabido "me gusta”, no porque necesariamente guste determinado proyecto o colaboración, sino como un gesto de cortesía por haber participado en dicha visión o lectura.

    El verbo gustar y su familia de palabras es de las más prolíficas y utilizadas en diversos contextos sociales fuera de la red: "Con mucho gusto"“El gusto es mío”, “esa chica me gusta”, “qué poco gusto tiene para vestir”, “qué gustoso está ese niño”, “¿Te gusta, María?”, “pues yo creo que tú le gustas a ella” -ocurrencias de aquella lejana edad de la adolescencia-. De los cinco sentidos, el del gusto ha traspasado su campo sensorial del sabor de los alimentos y se ha extendido a  los demás sentidos. No sólo nos gusta la comida (sabor) sino una película (vista), una canción (oído), tocar una piel ajena (tacto), el olor de una flor (olfato) y por supuesto el genérico y síntesis de todos: ¡Qué gusto! Yo le propondría a los directivos de "facebook" que, para diluir y descargar de tanta responsabilidad decisoria a esa monótona cantinela, cambiaran a otra opción que sustituyera al repetitivo “me gusta” por: “Con mucho gusto".





miércoles, 24 de enero de 2018

Lo que sucedió al inaugurar Franco la Presa de Castronuño.


Inauguración de la Presa de Castronuño


    Hay cosas curiosas que no las contemplan los libros de historia, no existen en las hemerotecas porque la prensa las omitió y merece la pena conocerlas. La que vamos a narrar ocurrió el día 3 de Octubre de 1946, fecha de la inauguración de la Presa de Castronuño. Creo que dada la influencia que dicho proyecto ha tenido para nuestro pueblo: San Román de Hornija, los datos sobre su construcción, así como los pormenores de su inauguración merecen ser contados.
    Castronuño se encuentra en plena meseta castellana, bañado por el Duero y con gran altitud sobre éste. Aunque su nombre original fue otro, a mediados del siglo XII fue reedificada por Nuño Pérez, alférez mayor de Alfonso VII y tomando entonces el nombre de aquél.


Presa de Castronuño en 1946

    En las décadas de los 30 a los 40 a Castronuño le fue expropiada parte de una fértil vega para la construcción de un embalse que pusiera en funcionamiento los canales “San José” y, el mal llamado, de “Toro a Zamora” y la central hidroeléctrica “Presa de San José”. Decimos mal llamado de “Toro a Zamora” ya que consideramos que su nombre más definitorio sería el de canal de “Castronuño a Zamora”, ateniéndonos a pueblos o términos que riega que están delante de Toro, véase: Castronuño y San Román de Hornija, nuestro pueblo. Había que reivindicar a la Confederación Hidrográfica del Duero para que contemplase dicho cambio.
    Hemos de resaltar que, la política de pantanos llevada a cabo por Franco, mejoró considerablemente los recursos económicos de los pueblos afectados, convirtiendo tierras de secano en fértiles zonas regables. Así ocurrió con los términos de los pueblos desde Castronuño a Zamora, en el canal antes citado, y en el de ·”San José” desde Castronuño a Toro.
    Hay que aclarar que las obras de ambos canales habían comenzado en el año 1934 y que, por falta de libramiento de dinero suficiente del Estado para este proyecto, las obras tuvieron que paralizarse.
    Según los datos facilitados por la prensa de aquella época, el coste de la Presa de Castronuño fue en pesetas; 1.877.000 en estructuras, 1.761.000 en expropiaciones, 5.198.000 en la presa y 1.367.000 en estructuras metálicas. Ejecutaron su construcción con  obreros originarios de Castronuño, San Román de Hornija, Villafranca del Duero y algunos andaluces. No se usó maquinaria. En su lugar, infinitas reatas de burros cargados con serones llenos de “chinarros” se utilizaron para taponar la presa. Se inició su construcción en 1941 y se finalizó en el año 1945.
    Castronuño era un pueblo tranquilo, aunque con afinidad o tendencia republicana, es por lo que algunos de sus habitantes habían sufrido represión franquista, así mismo se habla de que, ante el temor a dicha represión, algunos ciudadanos permanecieron algún tiempo escondidos en los largos túneles de las bodegas subterráneas de la zona de “La Muela”. Se comenta que es uno de los catorce pueblos de Valladolid donde nunca ganó en las elecciones la derecha. En ese tiempo de silencio y hambre, la construcción de la presa había dado trabajo, aunque duro, a muchos de sus vecinos.
    Llegó el día 3 de Octubre de 1946, día de la inauguración. Alboroto en el pueblo con la llegada de Franco, que había dormido la noche anterior en el cuartel de “Monte la Reina” de Zamora. Los vecinos se amontonan alrededor del embalse. Parecía estar todo preparado cuando, de pronto, el Alcalde y maestro del pueblo, aunque no nacido en él: D. Santos Pérez Curto, recibe el aviso de que el vehículo que trasladaba a la banda de música destinada a amenizar la inauguración de su excelencia había sufrido un accidente.
    ¿Cómo realizar tal inauguración del pantano por Franco sin música? A alguien se le ocurrió la idea de buscar a los vecinos de Castronuño que tocaban algún instrumento para ver cómo entre todos podían solventar el asunto. La Guardia Civil se encargó de ir en su búsqueda y allí se presentaron todos, o casi todos. Demetrio Madroño, conocido como “El Jeringa” se encontraba en aquellos momentos en la cárcel por la gracia del inaugurador. Sus padres fueron fusilados durante la guerra y él y su hermana encarcelados por considerarlos elementos peligrosos para el régimen.
    A la mayor urgencia se improvisó una nueva banda bajo la dirección  de Lorenzo “El músico”, y compuesta además por su esposa la señora Pepa, Pepe “El Gato”, Fabriciano y Victoriano. En total dos trompetas, un trombón, un tambor y un bombo.
    Sin posibilidad de ensayos previos como la ocasión se merecía, se situaron en el lugar de privilegio próximo a las autoridades. Allí estaba el gobernador civil esperando al caudillo, rodeado de falangistas que se habían desplazado al evento desde Zamora y Valladolid.
    La presa disponía entonces de un puente peatonal (ahora adaptado para el paso de vehículos) Para acceder a él había a cada uno de los lados una escalera. Sobre una de esas escaleras se encontraban muchos niños del pueblo deseosos de presenciar el espectáculo. Al aproximarse Franco fueron desalojados de allí por varios falangistas.
    Llegó el momento de la inauguración… Franco diría la frase propia de tales eventos, eso de: … ¡Queda inaugurado este pantano! El público aplaudiendo y la banda de música comenzando con los acordes de… La vaca lechera”. Sí, sin dudarlo, Franco inauguró la presa de Castronuño con esta popular canción.
    Según relata la escritora Almudena Grandes en su novela: “El lector de Julio Verne”, “La vaca lechera”  era un canto subversivo que utilizaban en la Sierra Sur de Jaén cuando la guerrilla “maqui” de “El Cencerro” hacía algún acto heroico. Una especie de Internacional en los años cuarenta que la Guardia Civil había prohibido cantar. Desconocemos si estos músicos entonaron dicha melodía espontáneamente y por pura coincidencia, o por el contrario, como gesto de rebeldía ante la presencia de Franco en tal evento, a pesar del temor a las represalias de éste. De una manera o de otra, si podemos afirmar que Franco inauguró el Pantano de Castronuño bajo los acordes de: “La vaca lechera” (tolón, tolón, tolón).
    El creador de dicha canción fue el compositor madrileño Fernando García Morcillo (1916-2002), autor también de “María Dolores”“La tuna compostelana”, entre otras.  

ACLARACIÓN:
El presente artículo esta basado en un trabajo de investigación realizado por María Torres y reflejado en blogs.público.es. No obstante se ha investigado por mi parte su veracidad in situ, así como ampliado con algunos detalles. 

miércoles, 3 de enero de 2018

Comenzamos un nuevo año: 2018

Se fue 2017


    Terminó 2017, sin pena ni gloria, bueno miento, para algunos,  pena por la pérdida de algún ser querido o por haberse manifestado en ellos alguna enfermedad, para otros un año más y para todos un año más mayores.

    Observamos que el Mundo está medio loco; son muchas las ciudades que han tenido que soportar la sinrazón del terrorismo más cruel. No comprendemos los objetivos que persiguen esos que creen que el camino de conseguir las cosas es con esas actitudes tan bajas y crueles de exterminar todo ser humano que se encuentre a su alcance. Creo que el terrorismo fomenta odio y repulsa hacia los que lo provocan. El diálogo y la persuasión resuelven mejor cualquier injusticia.

    Otra característica o secuela que nos ha dejado el pasado año, y más concretamente en el centro de España, es la escasez de lluvia. Es mucha la sequía que se manifiesta en los pantanos de los ríos, que algunos están a un 20 ó 30 %, de su normal almacenamiento. Las consecuencias más inmediatas son: la limitación de agua en los regadíos españoles y un año 2018, si no llueve, con restricciones o cortes de agua en algunas ciudades. Esperemos que este 2018 no sea tan perezoso en aportarnos lluvia.

    A la hora de resumir los efectos de ese 2017, que se extinguió, no podemos olvidar el conflicto surgido en el nordeste de la geografía española, concretamente en Cataluña. Un conjunto de mandatarios de esa autonomía, aunque elegidos por el pueblo, se han sobrepasado en competencias declarando la independencia de esa región del resto de España, a modo de una deserción que no está contemplada en la Carta Magna o Constitución que es el camino o conjunto de leyes a seguir para conseguir un entendimiento de todos los españoles. A ver si esos partidos independentistas se dan cuenta de que ese no es el mejor camino de convivencia con el resto de España.

    Bueno, y dejemos de ver y enfatizar sólo lo malo que nos afecta. Seamos optimistas y valoremos también las noticias positivas que nos ha generado el pasado año:  
    Sobrevivirán 18.000 niños, que en el pasado habrían muerto por enfermedades simples. La mortalidad infantil ha bajado el 5%.       
    Cerca de 300.000 personas, durante este año, contarán con electricidad. 
    La excelente cifra de que 250.000 personas saldrán de la pobreza  extrema.  
    La Unesco puede celebrar el hito del menor número de niños sin escolarizar en la Historia, con la casi superación del analfabetismo joven.

    Por estas fechas, los humanos seguimos emitiendo esa “frase hecha” tan popular de ¡Feliz año Nuevo! Todos sabemos que la felicidad plena nadie la consigue, sin embargo, que por proyectos y deseos no quede. 

    Tener siempre en cuenta lo siguiente: La entrada hacia nuevos años se proyecta hacia nosotros en salud o enfermedad, ilusión o desengaño.