lunes, 20 de julio de 2020

Algunos hechos que nos marcaron

Las vivencias marcan a las personas



    Todos aquellos que nacimos en los años cuarenta, y ahora casi octogenarios sobre nuestras espaldas, somos hijos de un tiempo y de una tierra de sabor hoy rancio y con tonalidad sepia, pero no menos válida y que merece la pena reivindicar. Surgimos en plena posguerra, guerra que aunque no conocimos sufrimos, involuntariamente, unos efectos que nos marcaron durante gran parte de nuestra vida. Lo que sigue es el recordatorio de unos cuantos hechos o experiencias que a nuestra generación le tocó vivir ¡Ojalá sirva de acicate para que las nuevas generaciones nos comprendan mejor!

    Pasamos una infancia teniendo como patio y escuela la calle, entonces llena de vida y sana confraternización, ¡qué buena escuela la calle!. Allí, fuimos elegidos para jugar, o no, pero por muy fuertes que fueran nuestras peleas, hasta nos “canteábamos”, pero siempre todo se olvidaba, nuestra consigna era no guardar rencor. Nuestras carestías, entre ropas zurcidas o remendadas, antes heredadas de hermanos mayores, las sustituíamos, con un gran poder de imaginación, construyendo carros con cajas de zapatos y otros juegos que improvisábamos con madera, palos, cuerdas etc. Juegos que trataban de imitar a nuestros mayores, aprendiendo a ser como ellos.
Jugábamos también a pídola, al marro, al aro, a los santos -recortando cajas de cerillas gastadas-, a la peonza, al escondite, a un juego que llamábamos “los oficialillos” –con él tratábamos que el equipo contrario adivinara un oficio que nosotros representábamos con mímica-. Las chicas al corro, a las muñecas, a las tabas y a saltar la cuerda etc.

    Manifestábamos ilusión y esperanza por unos Reyes que, cuando mucho y excepcionalmente, nos traían el caballo de cartón o la muñeca. Distraíamos nuestra impaciencia con cualquier cosa entre tebeos o colección de cromos, cuando las obligaciones nos dejaban, ya que desde pequeños también nos tocaba trabajar en el campo, algunos de rapaces, a otros se nos encomendaban faenas de la era, el cuidar de los animales de casa y todos hacíamos los recados que nuestra madre nos encomendaba.

    En la escuela, memorizábamos todo con la pedagogía de entonces: ”la letra con sangre entra”; en la mayoría de los casos sin la motivación y estímulo correspondiente. La enciclopedia Álvarez o Dalmau, plumier de madera - cuando no era sustituido por una caja de chapa- y dos tinteros en cada pupitre bipersonal. Estudiábamos distintas materias principales, había una muy peculiar en bachillerato a la que llamábamos, o llamaban: Formación del Espíritu Nacional. Siempre con una separación de niños y niñas, lejos de la coeducación actual. 

    Ya practicábamos el fútbol, hoy deporte rey, dábamos patadas a la pelota en cualquier era y teníamos como porterías a ambos lados unas piedras o algunos abrigos o jerseys. Tener un balón de cuero, que llamábamos de reglamento, era el anhelo al que todos aspirábamos.

     Apareció en nuestra adolescencia la televisión, íbamos a ver partidos de fútbol y corridas de toros al primer bar que adoptó tal innovación en el pueblo, o a la casa de los vecinos privilegiados que la poseían, siempre con aquella mala resolución e interferencias de aquellos primeros años de emisión.

    Dado que la Educación Sexual fue nuestra asignatura pendiente, la inocencia y descubrimiento del sexo era a costa de otros chicos mayores, con las aberraciones correspondientes. Cine, sujeto a los cotidianos cortes, que señalaba aquella férrea censura que controlaba entonces aquel "nacionalcatolicismo".

    Ya adolescentes fuimos testigos de la aparición del vaquero, bikini o minifalda y los primeros en ponernos aquellos pantalones campana. El fumar molaba y nos hacía, en apariencia, mayores; así en las fiestas de San Roque o Carnaval comprábamos, entre dos o tres, una cajetilla. El problema era quien la guardaba oculta y lejos de la visión de nuestros padres. De repente, entrábamos en quintas y a la mili nos llevaron para hacernos hombres, según decían.

    En nuestro entorno, aunque éramos felices, iba trascurriendo la historia marcada por la posguerra, que aún se respiraba, Radio Andorra y el diario hablado (parte) de las dos y media, la copla y los ritmos de fuera, la señorita Francis, radionovelas, así como los discos dedicados; acontecimientos como la bomba de Palomares y la llegada del hombre a la Luna, Vietnam y Guinea española, el Che, el Lute y Castro; Guerra fría y la de los 6 días, Muro de Berlín, caso Matesa, Gibraltar español, OTAN sí y no,  Primavera de Praga, Mayo del 68; primeras elecciones y transición a los toques de "Libertad sin Ira".
            
    Son muchos historiadores, de distinta índole e ideas, que han analizado el origen de la guerra civil, que tanto ha marcado y sigue marcando a los españoles. Siempre he opinado que no tenía que haber existido, creo que tanto la izquierda como la derecha, de entonces, no hicieron nada para evitar dicha confrontación entre hermanos. Algunos extremismos de izquierda fueron intolerantes y poco respetuosos con las ideas religiosas. Creo que la vida espiritual y religiosa de las personas, sea cualquiera la religión que practiquen, debe de ser respetada y tolerada por todos los demás; así mismo, respetar igualmente a los no creyentes, ni persecución a los creyentes, ni tampoco inquisición a los no creyentes. Una derecha que no supo perder unas elecciones y nos llevó a ese levantamiento fratricida. La solución, bajo mi punto de vista, hubiera sido menos odio, más diálogo y una buena comprensión.

    Lamentablemente, en los tiempos de la pandemia que recientemente hemos vivido, y lo que nos toque por vivir, hemos observado la falta de criterios de unidad ante ese enemigo común (Covid-19) tanto de la izquierda como de la derecha. Deberíamos olvidar ese odio que aun existe entre españoles como secuela de aquella confrontación de hace ya 84 años y que, tristemente, muchos medios de comunicación se encargan de revivir generando odio. Es tiempo ya de arrinconar aquel triste pasado y de pensar en un símbolo monocolor para todos y no en aquel azul y rojo que nos dividía. Nos esperan tiempos difíciles de recuperación económica y antes lo superaremos trabajando todos al unísono.
 
    Por último, TOLERANCIA y RESPETO. Seguir siendo tan amigos de aquellos que piensan distinto a mí. Que las diferencias políticas no sean motivo de enemistades. Estamos condenados a vivir juntos y entendernos.

sábado, 20 de junio de 2020

Aquellas meriendas del día de San Juan en San Román de Hornija



Las meriendas de San Juan



    La noche de San Juan va precedida por el Equinoccio de Primavera, el 23 de abril, día en el que la luz vence a la oscuridad (el día más largo del año) y que desde nuestros ancestros se celebra como el día en el que el bien vence al mal. San Juan es la noche más mágica del año, en la que aún se conservan rituales y tradiciones que se pierden en la noche de los tiempos. Es la noche del agua y del fuego. La noche de dejar las penas junto a la hoguera y afrontar el futuro con energías renovadas ¡Es la noche de San Juan!

    Esa noche de San Juan es una fiesta muy popular a lo largo y ancho de España, pero cada comunidad autónoma tiene su manera de celebrarla. Aunque las hogueras son la atracción principal de forma generalizada, dependiendo de la región siempre nos encontramos con costumbres diferentes que enriquecen muchísimo nuestro folclore con sus creencias populares. En otras regiones, esa noche, los mozos y mozas salían a coger el trébol, entonando está canción:

A coger el trébole, el trébole, el trébole;
a coger el trébole la noche de San Juan.
A coger el trébole, el trébole, el trébole;  
a coger el trébole los mis amores van.

    Luego los mozos se difuminan por los diversos rincones del pueblo para poner el ramo en la ventana o balcón de la moza de sus amores que, en vela, observa entre visillos la llegada de su querido galán.

    En Valladolid tiene gran tradición la noche de San Juan, siendo celebrada en su mayoría en la “la playa de las Moreras” donde se reúne la gente en torno a las hogueras y arrojan a ellas sus deseos anotados en un papel. La celebración se ameniza con conciertos y casetas gastronómicas.

    Más tarde, la Iglesia dio sentido religioso a esta fiesta, desde sus inicios pagana, conmemorando el día de San Juan Bautista, primo de Jesús por el que fue bautizado.

    Ciñéndonos a la manera de celebrar San Juan en San Román de Hornija, mi pueblo, llegan a mi mente viejos recuerdos, aun sin desvanecerse, de aquella tan singular celebración que hacíamos de esa fiesta. Digo singular porque no hacíamos hogueras ni otros rituales que se hacían en otros lugares de la geografía española; podíamos decir que, la forma de manifestarnos en tal evento, era tan peculiar y única que merecería por su interés desentrañar sus orígenes, y con la peculiaridad de que aquellos comportamientos festivos eran poco comunes en los pueblos vecinos que nos circundan.

    Consistía en la celebrar ese día, 24 de Junio, una merienda entre jóvenes y todo lo que conllevaba, porque esa merienda y sus preparativos se extendían a vísperas y días posteriores con la justificación de dar por terminada las “sobras” o restos de dicha merienda.

    Había unos proyectos preliminares ante la celebración de esa merienda de San Juan: las chicas se esforzaban en la obtención de la casa sanjuanera, limpieza y decoración de dicha casa, así como comprar todo lo necesario -actitudes hoy un poco anacrónicas y obsoletas dado la actual liberación e igualdad en tareas que propugna la mujer-. El chico, sin embargo, planeaba el emparejamiento o búsqueda de pareja; domingos antes, si quería participar de esa merienda y todo lo que implicaba tenía que proponer a una chica, más o menos afín a sus gustos, tal emparejamiento y ser correspondido por ésta última. En caso negativo a tal aceptación, aparte del consiguiente desaire y vergüenza, era vulnerado moralmente al ser sometido a los famosos “regueros”. Consistían éstos en un poco de burla entre el resto de la cuadrilla, más o menos amistosa y con un relativo buen humor, en esparcir paja en forma de “reguero” entre el camino que separaba las casas de los padres de ambos.
Ese formato de emparejamiento de jóvenes para convivir en cuadrilla también se llevaba a cabo en los carnavales. Era una apertura o evasión para aquella época, el baile de los domingos era siempre supervisado por los ojos bien atentos de madres o abuelas, así como todos los movimientos o situaciones poco ortodoxas en que podían incurrir dichos jóvenes. 

    Hemos de aclarar que la gente mayor celebraba también esa merienda pero en las bodegas, entorno más próximo al pueblo.

    Así, a media tarde, partíamos exultantes para los plantíos, unos en burro, el que podía en caballo, cantando canciones sanjuaneras con una alegría que nos desbordaba a todos. A la caída de la tarde, regresábamos enramando las caballerías y dispuestos a dar continuidad a la fiesta asistiendo al baile. Como ya dije antes, la fiesta se prolongaba una o dos noches en la casa “sanjuanera”.

    Bien recuerdo la siguiente anécdota ocurrida por estas fechas:

    Hace ya algo más de 60 años y por las meriendas en honor a San Juan, un joven de esta localidad iba a ir de merienda o con su cuadrilla a los plantíos.
    La víspera llega a casa, ya casi de madrugada, sin haber comunicado su pretensión de llevar el caballo a dicha merienda. Para consolidar dicho proyecto no se le ocurre otra cosa que poner un candado desde la cadena del caballo al pesebre, con tal de evitar que dicho corcel fuera llevado a arar con las otras mulas, y así poder disfrutar de dicha cabalgadura durante el camino de las meriendas.
    Llega el criado bien de madrugada a casa del amo, para emprender una jornada de arada, buena persona, aunque con mala vocalización al hablar. A la hora de enganchar los animales, le sorprende el no poder desatar al caballo. Para resolver tal situación llama al dueño, padre del joven sanjuanero, a voz de grito, diciéndole:
¡    Caballo candao!, ¡caballo candao! Ante la falta de comprensión de lo que decía, el dueño acude personalmente a la cuadra y resuelve tal situación despojándole de su cabezada al animal y poniéndole otra.
    Al levantarse el joven se quedó desconsolado. Encontró sobre el pesebre amarrados: candado, cadena y cabezada, pero no caballo. A los plantíos asistió de merienda, pero llevando como cabalgadura el burro.

Moraleja:
    "Si a San Juan quieres ir bien montado,
dialoga antes, para evitar el candado"

    Así ha quedado en el pueblo el dicho de: “caballo candao”, cuya semántica, por estos lares, hace alusión a proyectos frustrados en general.
    (Como protagonista de dicha anécdota puedo dar testimonio de su veracidad).

    Lamentablemente, aquella ilusión y tradición de las meriendas de San Juan ha sucumbido, tal vez, por ese despoblamiento del mundo rural; sin embargo, han surgido en estos últimos años otras formas de convivir las cuadrillas en fiestas, apareciendo las llamadas “peñas”, siempre en las fiestas de San Roque, época vacacional y muy concurrida por jóvenes forasteros.   

    Así veíamos los jóvenes de esa época aquellas fiestas de San Juan. Ahora las tradiciones de los pueblos se han ido desvaneciendo, ha cambiado la mentalidad e ilusiones de sus gentes, ¿O es que quizá seamos nosotros los que hemos cambiado?, hasta el punto de ver desde otra perspectiva el mundo en el que hemos vivido, que al pasar el tiempo todo llega a parecernos distinto, y las pequeñas imágenes de aquella preadolescencia, aun siendo insignificantes, se agrandan con el paso de los años y se gravan en nuestra mente hasta adquirir dimensiones capaces de ocupar parte importante de nuestros recuerdos.





viernes, 15 de mayo de 2020

San Isidro Labrador patrón de los labradores españoles.



¡Feliz día de San Isidro! 

     El tiempo va transcurriendo, aunque con la pesadilla de este coronavirus, y nos hemos acercado a la festividad de San Isidro Labrador. Como hijo de labradores siempre me ha seducido esta fiesta, aunque en contra de mi voluntad hace ya mucho tiempo que no tengo la dicha de estar por allí en estas fechas. Todas las profesiones tienen su santo que les protege, y así los tan necesarios y olvidados labradores celebran la festividad de su patrón el 15 de Mayo. 

    En estos tiempos difíciles que nos toca vivir, pedimos a San Isidro que proteja del Covid-19 a toda la familia que vive del campo, y nos enseñe a labrar la tierra de nuestra vida, así como a sembrar la parcela del amor, de la amistad y de la humildad. ¡Ah!, y que esta sociedad sepa valorar esta profesión tan imprescindible. 
“La agricultura es la profesión propia del sabio, la más adecuada al sencillo y la ocupación más digna para todo hombre libre” (Cicerón).

    Hay un refrán español que dice: ”San Isidro Labrador quita el agua y pon el sol”. Este año, con la abundancia de lluvias, viene como anillo al dedo dicha petición, en contradicción con otros años de excesiva sequía. Después de las lluvias de los últimos días el campo está lleno de vida, color, flores y amapolas. Aunque este año, por las circunstancias antes mencionadas, este campo no nos inspira por estas fechas, la alegría de contemplar esa belleza que nos suscitaba otros años, ni la ilusión para celebrar esta fiesta patronal. Desde aquí felicitamos a esos abnegados labradores de San Román de Hornija -nuestro pueblo- ante la fiesta de su patrón. ¡Qué el próximo año podáis celebrarla en todo su esplendor!













Biografía de San Isidro:

    Es un santo muy popular, labrador, padre de familia y madrileño de nacimiento (eso sí, hay que tener en cuenta que Madrid en tiempos de San Isidro no era la gran ciudad que ahora conocemos). No se sabe con seguridad las fechas de su nacimiento y de su muerte, algunos aseveran que su nacimiento fue en 1082 y su muerte en 1172, larga longevidad para aquellos tiempos, Si sabemos, como ya hemos dicho, que nace en Madrid y que su vida transcurre en sus alrededores. Muy humilde trabaja desde joven en los campos para su amo Juan de Vargas.

    Contrae matrimonio con María de la Cabeza, y tienen un hijo. Su historia está envuelta en una leyenda que adorna su vida al recordarnos verdaderos prodigios y milagros. Se dice que los ángeles bajaban a labrar el campo mientras que el rezaba. Que antes de ir a trabajar visitaba todas las iglesias que se encontraba en su camino para rezar, especialmente a la Virgen, a la que le tenía gran devoción. Que invitaba a comer a su casa a todos los pobres, y que la cazuela de la comida se multiplicaba milagrosamente para que todos tuvieran su ración. Pero más importante que todos sus milagros juntos, es que era un hombre de Dios, sencillo, humilde, trabajador, al cual le encantaba rezar y ayudar a los más pobres. Fue pronto llevado a los altares por el pueblo, pero fue en 1662 cuando Gregorio XV lo canonizó junto a otros tres santos españoles: San Ignacio de Loyola, Santa Teresa de Jesús y San Francisco Javier. Sus restos se encuentran en la Colegiata de San Isidro de Madrid, junto con los de su esposa Santa María de la Cabeza. San Isidro es el patrón de todas las personas que trabajan en el campo y del mundo rural en general, por eso, cada 15 de mayo se celebra esta fiesta patronal en todos los pueblos agrícolas de España.

    Hubo un poeta, llamado José María Gabriel y Galán que supo reflejar en su poesía todos sus sentimientos hacia el mundo rural castellano, como se demuestra en el siguiente poema:


ARA Y CANTA

- I -

Labriego, ¿vas a la arada?
Pues dudo que haya otoñada
más grata y más placentera
para cantar la tonada
de la dulce sementera,

¿Qué has dicho? ¡Que el desgraciado
que pasa el eterno día
bregando tras un arado
jamás cantó de alegría
si alguna vez ha cantado?

Es una queja embustera
la que me acabas de dar.
¿No sabes que yo sé arar?
Pues déjame la mancera,
y oye, que voy a cantar:

- II -

Labriego poco paciente:
si crees que solo tu frente
vierte copioso sudor,
que sorbe innúmera gente,
sal de tu error, labrador.

Lo dice quién es tu hermano,
quien canta tu lucha brava,
lo dice quien por su mano
siega la mies en verano
y el huerto en invierno cava.

¿Qué sabes tú del tributo
que el mundo al trabajo rinde,
ni qué sabes de su fruto,
si no has transpuesto la linde
del terruño diminuto?

Si el mundo aquel te impusiera
yugos que impone al mejor,
pensaras que tu mancera,
si no es la más llevadera
tampoco es la cruz mayor.

Te quema el sol del estío,
te azota el viento de enero
y aguantas en el baldío
los hálitos del rocío
y el golpe del aguacero.

Dura y perenne es la brega
que pide riegos la vega,
que pide rejas la arada,
que pide gente la siega,
que el huerto espera la azada.

y es trabajoso el descuajo,
y abrumador el destajo
y a veces nulo el afán...
¡Y tal vez es el trabajo
más duro que blando el pan!

Todo es verdad, labrador;
pero en esos horizontes,
y en esas siembras en flor,
y en estos alegres montes,
¿no hay nada consolador?.

¿Todo negro es tu destino?
¿Todo el vivir te envenena?
¿De abrojos horribles llena
todo el árido camino?
¿Toda ingrata es la faena?

¿No sabes tú, labrador,
que hay frente que el tiempo arruga
escaldada en un sudor
que sana brisa no enjuga
con soplo consolador?

¿Sabes que hay ojos que ciegan
laborando en la penumbra,
mientras los tuyos se entregan
al piélago en que se anegan
de la luz que nos alumbra?

¿Sabes qué ambientes malsanos,
si no venenos letales
marchitan pechos humanos
con corazones leales
del tuyo dignos hermanos,

mientras tu pecho sanean,
y equilibran tus sentidos,
y tus sudores orean
ricas brisas que pasean
por estos campos floridos?

¿Quieres en un mundo verte
con bravas agitaciones,
con injurias de la suerte,
con bárbaras tentaciones
y duelos, sin sangre, a muerte?

¿Qué sirena engañadora
hasta aquí a decirte llega
que en la ciudad bullidora
ni se reza, ni se llora,
ni se sufre, ni se brega?

¿Qué espíritu engañador
o torpe decirte quiso:
«Llora y suda, labrador,
que el mundo es un paraíso
regado con tu sudor?»

Fuera más útil y honrado
decirte quién ha arrancado
de las entrañas de un cerro
este pedazo de hierro
de la reja de tu arado.

Decirte que hornos ardientes
fundieron humanas frentes
cuando este hierro ablandaron,
y que en su masa cuajaron
sudores de hermanas gentes.

Ara tranquilo, labriego,
y piensa que no tan ciego
fue tu destino contigo,
que el campo es un buen amigo
y es dulce miel su sosiego,

y es salud el puro día,
y estas bregas son vigor,
y este ambiente es armonía,
y esta luz es alegría...
¡Ara y canta, labrador!




martes, 21 de abril de 2020

Seguimos luchando contra el Covid-19



Unidos venceremos



    Van pasando los días, ya casi 40, en este monótono confinamiento en nuestros hogares. Como bien me decía un amigo: “mejor estamos en casa que en un hospital”. Parece imposible que los que antes presumíamos de ser poco caseros: con paseo matinal, compra, partida de 3 de la tarde, estemos venciendo aquellos hábitos sometiéndonos a esta reclusión con convicción y así evitar, dada nuestra edad en declive, el contagio de la epidemia que nos rodea. 

    Son muchas las limitaciones a las que nos somete esta pandemia de índole mundial, algunas de tipo social que nos aleja de aquellos amigos cotidianos, pero creo que las que más añoramos son la ausencia en nuestras vidas de hijos y nietos. A veces, suplimos esta ausencia, aprovechando los grandes medios de comunicación actuales, (móvil, videoconferencia, skipe), aunque muy alejados todos ellos de suplir ese calor físico y presencial de una familia reunida. Claro que, pensándolo bien, aunque sea una paradoja, no ser visitado por hijos y nietos se convierte en un acto de amor ya que los besos y abrazos son armas arrojadizas del virus.  

    Me paro a pensar, a veces, que todo que nos está pasando es un aviso en defensa de esta Naturaleza que tanto maltratamos: contaminando la atmósfera, los ríos, los mares, y todo nuestro entorno. Tenemos un excesivo consumismo y creíamos controlar todas las fuerzas y recursos de la madre Naturaleza, ¡Qué incautos!, Ésta ha descargado un rayo de ira sobre nosotros en forma de un virus, que surge imprevisible, inesperado e incontrolable, y que nos está haciendo débiles e impotentes ante tal combate.

    A la caída del sol en esta primavera rompemos nuestro silencio con aplausos, en un gesto de gratitud hacia nuestros sanitarios, que arriesgan su vida en su contacto directo con enfermos infectados por el “coronavirus”. Son muchos los sanitarios que han sido infectados en Centros de Salud y Hospitales, yo mismo he vivido dicho contagio sanitario en la persona de un hijo. Esos aplausos de coraje vienen acompañados de miradas, saludos y gestos cómplices entre vecinos que, pese a vivir en la misma calle, quizá no nos conocíamos, pero ahora nos sentimos unidos ante un enemigo común, reflejando en nuestros rostros blancos y pálidos un signo de esperanza. Me enorgullece el saber que en mi pueblo también se tiene este gesto diario, de agradecimiento al personal sanitario que está ejerciendo una ardua labor, arriesgando sus vidas, con tal de salvar las de los demás.

    Son muchos los amigos y conocidos que nos han dejado, no han podido vencer esta pandemia. La muerte siempre es triste para los familiares y amigos del difunto, ahora se le añade a esa tristeza la soledad de los entierros. El Ministerio de Sanidad ha prohibido los velatorios, tanto en lugares públicos como privados y domicilios particulares. Se limita el número de acompañantes a tres allegados. Las iglesias han cerrado y los muertos salen por la puerta de servicio de esta vida. No hay acompañamiento de amigos, familiares, ni cortejo fúnebre en ese último adiós. Aunque nos duela es necesario para evitar males mayores, lo que no quita el sentimiento de impotencia y desgarro que produce. Evocamos la rima de Bécquer… ¡Qué solos se quedan los muertos…y sus familias!
    Me ha llegado un video que me ha impresionado, son las manifestaciones de una española, hija de padre español y madre japonesa, sobre los comportamientos y respuestas que da la sociedad japonesa a la hora de afrontar una crisis como esta:
    Se pregunta ¿Por qué Japón con 130 millones de habitantes y su proximidad a China no ha tenido un crecimiento de coronavirus exponencial, como por ejemplo España e Italia? Ha tenido una propagación sólo lineal. Parece algo inexplicable ya que es un país sujeto a catástrofes como: terremotos, tifones, tsunamis etc. Sin embargo, el comportamiento y la cultura individual del japonés tiene siempre como horizonte LA COLECTIVIDAD: “El bien del todo es más importante que el bien de una parte”, es decir que cada individuo contribuye al bien común de todos.

    Deberían tomar ejemplo nuestros políticos de esa “colectividad” del pueblo japonés. Es bochornoso que, tanto el partido del gobierno como los de la oposición, en la jornada del día 9 pasado en el Congreso de Diputados, se culpaban ambos de las muertes del “coronavirus”. Creo que las actitudes de nuestros políticos se parecen a un mundo de locos: los grupos independentistas. más otro extremista de derecha votan “no” a la segunda prórroga del estado de alarma, pero no porque la vean innecesaria sino por espíritu de contradicción. Éste último, se limita a judicializar todo, no aportando nada positivo a esta crisis, solo un proyecto anticosstitucional y poco democrático para destituir al Gobierno. Lo único viable, legal y democrático para derrocar al Gobierno, con mayoría simple, es plantear una moción de censura en toda regla, como le fue planteada al anterior presidente Rajoy.

    Las críticas a la acción del Gobierno son no solo legítimas, deben de se imprescindibles en tiempos de democracia, pero no una oposición lanzando acusaciones duras, insinuaciones desleales que están degenerado en pura miseria electoral. Podría añadir algo más: lo que estamos observando en el Parlamento es una insensatez, así como una irresponsabilidad grave de sus señorías, ya que desmoraliza al ciudadano de a pie que lleva 40 días con responsabilidad y paciencia este confinamiento. En una palabra, el pueblo español, que se muestra paciente, responsable y resignado en casa en su aislamiento, no se merece este tipo de políticos.

    El “coronavirus” no entiende de colores ni de partidos, ni de pobres ni ricos, a todos nos afecta por igual. Tanto Gobierno como oposición tienen la responsabilidad de ir juntos y unificar criterios para vencer esta pandemia, y juntos tomar medidas ante los efectos nefastos que sufrirá nuestra pobre economía.

    Como persona, entrando en eso mal llamado tercera edad, hago un llamamiento a todos los de mi generación y más mayores de nuestro pueblo, para que se queden en casa y no salgan a la calle, que lo más necesario se lo compren sus hijos o vecinos. Somos por nuestra edad los más vulnerables, circunstancia esta por la cual debemos extremar todas las precauciones necesarias para no coger este dañino “coronavirus”. A ver si en verano todo ha pasado y volvemos a vernos en ese pueblo que tanto añoramos.



domingo, 22 de marzo de 2020

El Coronavirus nos acecha



Venceremos al Covid-19



    Es primavera, son las 12 de la mañana, desde mi casa observo la calle en un silencio sepulcral, solamente ese silencio es perturbado por algún coche de policía o ambulancia. Ya no se detecta ese circular de personas y vehículos que antes de la “pandemia” concurrían dando vida a este entorno. A lo lejos, un hombre cargado de bolsas circula en solitario, posiblemente viene de comprar alimentos de un súper próximo; La mascarilla le cubre dos tercios de la cara, haciéndole invisible a los demás, y en su forma de andar se nota en él cierto temor a esa soledad que le circunda, una soledad fruto de ese virus que azota esta ciudad y muchas ciudades del resto del Mundo: es el virus que los científicos han nombrado Covid-19, encuadrado en la familia de los Coronavirus.

    Esta primavera está pasando inadvertida para las personas, da la sensación de que se ha presentado este año por error o equivocación. La preocupación y el aislamiento no nos permite admirar la belleza que refleja en los parques, caminos y campos; la sangre la tenemos alterada por otros motivos. Igualmente, esta pandemia está anulando los eventos sociales propios de esta época: Fallas en Valencia, Semana Santa, Feria de Sevilla etc. En una palabra, las fiestas traen consigo una manifestación de multitudes y alegría que el aislamiento y el estado de ánimo lo hacen incompatible.  

    Es sorprendente, en este siglo XXI,  creíamos que el hombre controlaba todos los virus y epidemias de este Mundo, dados los grandes conocimientos que posee a través de grandes progresos en investigación, aparece un nuevo virus, hace tres meses, con origen en China y, por ahora, no es capaz de buscar el antídoto (vacuna). 

    Es importante cómo luchamos contra la enfermedad. Toda vida merece lo mejor. Aquí no hay colores ni ideologías. El gesto de muchos españoles nos dice la solidaridad y buenos sentimientos de muchas personas. Son muchos los compatriotas que, haciendo gala de su profesionalidad y entrega, están haciendo grandes esfuerzos, hasta poniendo limites a su vida por los demás; son muchas las profesiones, aparte de nuestros sanitarios, que aquí no voy a nombrar por temor a omitir alguna, que la sociedad siempre les agradecerá. En el modo de luchar contra la enfermedad nos dice de las personas como y quienes somos.
    Al resto de los ciudadanos no nos queda otro consuelo que este aislamiento, para evitar ese contagio a nosotros mismos y a los demás, ya que podemos tener ese Covid-19 incubado en nuestro cuerpo sin aun manifestarse y actuar como agente transmisor. Debemos de ser responsables en el cumplimiento de las normas que las autoridades sanitarias nos ordenen. 

     Siempre que se produce una crisis, de cualquier tipo, de orden mundial, como esta, las primeras reacciones es pensar que por aquí no llegará. Ya no podemos rehusarla. Esto es algo que no habíamos previsto y nos ha pillado por sorpresa. Nos enfrentamos a la enfermedad y, en algunos casos, a la muerte. Es lógico que tengamos miedo, pero nos consuela y reconforta el saber que hay personas, grupos de personas, que la están afrontando con coraje y con una gran humanidad. 

    Comprendo que este aislamiento que llevamos en nuestras casas nos produzca reacciones de enfado y mal humor, en una palabra, actuamos con unos comportamientos poco propios en nuestra vida cotidiana y de nuestra manera de ser.  Con lo que tenemos encima, no deben de ser tiempos de enfrentamientos, ni de descalificaciones a nuestras autoridades, ni de ira, deben ser tiempos de reconciliación, hasta en los enemigos políticos, para conseguir, con la unión de todos, la resolución de este gran problema que es combatir al virus Covid-19. Cuando todo esto pase, será tiempo de juzgar errores o negligencias, si las ha habido, tanto de nuestras autoridades estatales como autonómicas, sin olvidar, ante la escasez de material sanitario, la responsabilidad de estas últimas que, como consecuencia de tener transferidas las competencias en sanidad, manejaban y administraban los fondos económicos de ésta, que provenían de los impuestos de sus contribuyentes respectivos.

    Tengamos fortaleza y paciencia hasta conseguir vencer este "coronavirus", y que próximas primaveras, que vendrán, nos deleiten percibiendo la belleza que las caracteriza. 

    Sirva de ejemplo, a lo anterior dicho, este párrafo o cita extraído del libro más famoso de la literatura española: “El Quijote” de nuestro gran escritor Miguel de Cervantes:

"Sábete Sancho, que no es un hombre más que otro si no hace más que otro. Todas estas borrascas que nos suceden son señales de que presto ha de serenar el tiempo y han de sucedernos bien las cosas; porque no es posible que el mal ni el bien sean durables, y de aquí se sigue que, habiendo durado mucho el mal, el bien está ya cerca".

domingo, 1 de marzo de 2020

Personajes Ilustres, con prestigio,/5) en Villafranca del Duero : CARMEN SECO CEA


Carmen Seco Cea



Carmen Seco al final de su carrera
    Hoy, acercamos este blog a la actriz y a su vez catedrática de la Escuela Superior de Arte Dramático de Madrid: Dª Carmen Seco Cea. Aunque no nació en San Román, nuestro pueblo, si en el pueblo próximo de Villafranca de Duero; pero es principalmente el parentesco, aunque lejano, lo que me une y vincula a tal personaje y me anima a incluirla en este blog. Ya me había comentado mi difunto padre la asistencia de miembros de su familia a Valladolid cuando ésta arribaba en algún teatro de dicha ciudad. El apellido Seco, oriundo de Villafranca de Duero, llegó a San Román por las nupcias de mi abuelo paterno Lucio Seco con la abuela Concepción Fernández.
Trato de recopilar datos, sobre la biografía de Carmen Seco, a través de hemerotecas e internet y así las expongo.

Datos biográficos

    La actriz María del Carmen Seco Cea nace en Villafranca de Duero (Valladolid) el 28 de marzo de 1888, siendo bautizada el 4 de Abril del mismo año, y murió en Madrid el 9 de julio de 1967. Fue hija de labradores. Su padre se llamaba Antonio Seco Vadillo y su madre Teresa Cea Aparicio. Puede, aunque no lo podemos confirmar con rotundidad, que Teresa naciera en Castronuño, dado que existen datos de que el casamiento entre Antonio y Teresa se celebró el 20 de Julio de 1881 en la Iglesia parroquial de Castronuño: Santa María del Castillo.

    En Villafranca de Duero hay una calle que tiene el nombre de Carmen Seco, así los habitantes de dicho pueblo han hecho un homenaje en su memoria; así mismo, hay que resaltar la exposición que, en agosto de 2014, se celebró en Villafranca sobre ella. Carmen se va a vivir con unos tíos a Madrid a los tres años de edad, ambiente propicio para su formación profesional. Poco ha trascendido de su entorno familiar. Carmen Seco declaraba: “Yo me dediqué al arte del teatro por vocación. De mi familia nadie ha pisado las tablas. Por si le interesa le diré que desde los tres años vivo con mis tíos” (La Información, 19-06-1920).

    Físicamente es menuda, no es guapa pero tiene presencia. Su  forma de vestir siempre fue acomodada a las modas de su tiempo. Era católica, de ello da cuenta la cruz que cuelga de su cuello en muchos retratos, y las obras pías que realizaba.

    Carmen Seco se formó e inició su carrera teatral durante la monarquía de Alfonso XIII (1902-1923). Fue primera actriz en la compañía de Ricardo Calvo y Jacinto Benavente en el Teatro Español y en la compañía del actor José Romeu durante la Dictadura de Primo de Rivera (1923-1931). Inicia su magisterio como profesora de declamación en el Conservatorio de Música y Declamación de Madrid en 1934, durante la II República española. Da clases en la escuela de la CNT (Sindicato Único del Espectáculo), denominada Escuela de Capacitación Profesional, durante la Guerra Civil. Allí tuvo como discípulo en declamación a Fernando Fernán Gómez. Al finalizar la guerra, tras su petición de reintegro al conservatorio y proceso depuratorio, continúa como profesora de declamación, obteniendo la cátedra de “Declamación Práctica” en 1944. Se integra en el elenco del recién formado Teatro Nacional en 1939, de la mano del director Luis Escobar, permaneciendo en la compañía del María Guerrero durante el franquismo. Carmen Seco desarrolla una prolífica carrera como actriz estrenando 56 títulos del teatro español y europeo, clásicos y contemporáneos, compaginando su compromiso diario sobre las tablas del María Guerrero y giras de la compañía, con sus clases en el Conservatorio de Madrid.

    Actriz influyente y hecha a sí misma, consiguió el respeto y la admiración de Jacinto Benavente, los hermanos Álvarez Quintero y Ricardo Calvo, interpretando obras de Echegaray, Joaquín Dicenta (hijo), Marquina, Benavente y los hermanos Álvarez Quintero. Fueron hitos en la primera etapa de su carrera “La cenicienta” (1919) de Jacinto Benavente; “Las mocedades del Cid” (1922), de Guillén de Castro y “Son mis amores reales” (1925), de Joaquín Dicenta (hijo). Para su beneficio se realizaron numerosas representaciones en los años 20. Como primera actriz del Teatro Español recibió Beneficio con “La cenicienta”, de Benavente; también con el programa compuesto por “Amor que vence al amor” de Rey Soto y “La leyenda del tigre”, de Valentín de Pedro; y “La ilustre fregona”, de Cervantes, títulos destacados por los diarios de la época. Beneficio: Los cómicos sobresalientes gozaban por medio de cláusulas en sus contratos de la posibilidad de hacer una función en su beneficio, en la que la recaudación era para ellos. Era costumbre recibir regalos de los compañeros en las sesiones de beneficio.

    Ejemplo de su protagonismo en el teatro español de los años 30 es el lugar que ocupa en el homenaje a la actriz María Palou y al dramaturgo Jacinto Benavente, el 5 de diciembre de 1930, en el hotel Ritz de Madrid. Se sienta en la mesa presidencial junto a Margarita Xirgu, Pilar Millán-Astray, Carmen Ruiz Moragas, Valle-Inclán, Pérez de Ayala, Serafín y Joaquín Álvarez Quintero, Eduardo Marquina y Pedro Muñoz Seca. En las mesas laterales se encontraban Margarita Nelken, Magda Donato, Felipe Sassone, Fernando Fernández de Córdoba o Manuel Machado.

    No estableció conexión profesional con las corrientes renovadoras del teatro español durante la II República. No participa en proyectos experimentales y vanguardistas como los teatros de arte ni actúa en obras de Valle-Inclán, García Lorca, Azorín, Casona o Alberti. Su camino fue el del teatro comercial de calidad en su primera etapa como primera actriz en la compañía de Calvo y Benavente en el Teatro Español y la compañía de José Romeu, y el teatro oficial del régimen franquista, con sede en el Teatro María Guerrero de Madrid, tras la Guerra Civil española.

    Sus discípulos más importantes han sido; Berta Riaza, María Jesús Valdés, María Fernanda D’Ocón, Alicia Hermida, Encarna Paso, Fernando Fernán Gómez, Salvador Salazar Todos han trabajado como primeras actores o actrices en el Teatro Nacional María Guerrero en Madrid, continuando la escuela interpretativa de su maestra Carmen Seco.


    Luis Escobar (1908-1991) Autor teatral, director de teatro y actor español, escribe este artículo en el ABC de 14 de Julio de 1967, a modo de “obituario”, ensalzando las virtudes, tanto personales como profesionales, de Carmen Seco ante su fallecimiento, que tenemos el gusto de transcribir a continuación:

CARMEN SECO HA SALIDO DE ESCENA

    “La Herida del Tiempo", título de una comedia en la que estuvo" eminente, nos ha robado poco a poco y se ha llevado definitivamente a una de nuestras mejores actrices. 
    Hay distintos destinos fulgurantes que con un crescendo “indefinido” buscan un final brillante, cortado a pico; un final de tragedia o de drama romántico. Hay, por el contrario, vocaciones que sólo buscan la calidad y la mejor dedicación al trabajo; esta era la línea de Carmen Seco, actriz, ante todo.

No sé si en los tiempos actuales de popularidades rápidamente conseguidas en el cine o la televisión -o incluso en la publicidad-, en que las compañías se hacen para un solo reparto y no existen teatros de repertorio, teatros de repertorio sin poder darse personalidad artística como la de Carmen, modesta, burguesa,  cariñosa, hasta maternal en la vida.

    Amplia, completa e importante en escena, donde desaparecía, por así decirlo, para reaparecer encarnada en cada personaje. Así, una mujer pequeña se convertía en la arrogante Conway, de la criada "Herida del tiempo" o en la dominante Bárbara Petrovna de "Los "Endemoniados"

    Siendo una maravillosa actriz dramática, sabía lograr los más sutiles tipos cómicos, como el de la inolvidable "Madame Arcati", la vidente de "Un Espíritu Burlón". Tenía una de las voces más bellas y, sin lugar a dudas, la mejor dicción de la escena española. era una delicia oírle decir verso. Por ello ha sido una maestra excepcional que ha dejado escuela en el Real Conservatorio de Madrid, en el que era catedrática de Declamación.
      Conocí a Carmen por el año 40, a raíz de la guerra,  cuando entró a formar parte de la compañía del Teatro  Nacional María Guerrero.  Había sido la primera actriz de la compañía de Ricardo Calvo, con quien había hecho todo el repertorio clásico y romántico.  Pues bien, con toda esta ejecutoria de  maestra y de  primera figura, no recuerdo actriz más disciplinada, más atenta a la  dirección, ni más puntual en los ensayos.

    En los muchos años que hemos trabajado juntos no recuerdo tampoco haber tenido que suspender una  función por su causa, ni haber tenido que sustituirla una sola vez por enfermedad. Sí recuerdo, en cambio, que al hacer el papel de Brígida en el "Tenorio" con trajes de Dalí, tenía que salir con la cara tapada por una una malla con dos cuentas negras en lugar de los ojos. "Mira cómo me han puesto", vino a decirme, y en su cara invisible se traslucía la desolación. Procuré convencerla del impacto que producía ese rostro sin faccione (lo produjo en efecto). Disciplinada, pero no convencida, se puso la media y, como siempre, bordó el papel. Los versos del acto segundo:

¡Bah! pobre garza enjaulada 
dentro la jaula nacida, 
qué sabe ella sí hay más vida 
ni más aire en qué volar? 

    Sonaron como música celestial. Cuando fui a felicitarla, y a tranquilizarla respecto al efecto conseguido, advertí que la malla que lc cubría la cara estaba empapada en lágromas cubría la cara estaba empapada en lágrimas. La actriz había obedecido. La mujer no se había  resignado.

    Poco a poco fue aceptando menos papeles hasta  desaparecer por completo del mundo de3l teatro. Se  Se quejaba de falta de memoria. Creo que el último  papel que hizo -quiza- por amistad- fue de Amanda, en “Fuera es de Noche”, comedia con la que se inauguró el Teatro Recoletos. después el retiro, la jubilación. una vida tranquila. Y se ha ido sin ruido, de puntillas, como  se pisa un escenario en el que sigue la representación. 


¡Adiós, Carmen Seco! 

Luis ESCOBAR  


Hemerotecas consultadas:
- Revista de Investigación teatral del Diario ABC de 6 de Septiembre de 1930.
- Diario La Información, 19-06-1920
- Diario ABC del 19 de julio de 1967 publica esquela de Defunción de Carmen Seco.
- Diario ABC del 14 de Julio de 1967. Luis Escobar escribe un obituario ante la muerte de Carmen Seco.