viernes, 15 de mayo de 2020

San Isidro Labrador patrón de los labradores españoles.



¡Feliz día de San Isidro! 

     El tiempo va transcurriendo, aunque con la pesadilla de este coronavirus, y nos hemos acercado a la festividad de San Isidro Labrador. Como hijo de labradores siempre me ha seducido esta fiesta, aunque en contra de mi voluntad hace ya mucho tiempo que no tengo la dicha de estar por allí en estas fechas. Todas las profesiones tienen su santo que les protege, y así los tan necesarios y olvidados labradores celebran la festividad de su patrón el 15 de Mayo. 

    En estos tiempos difíciles que nos toca vivir, pedimos a San Isidro que proteja del Covid-19 a toda la familia que vive del campo, y nos enseñe a labrar la tierra de nuestra vida, así como a sembrar la parcela del amor, de la amistad y de la humildad. ¡Ah!, y que esta sociedad sepa valorar esta profesión tan imprescindible. 
“La agricultura es la profesión propia del sabio, la más adecuada al sencillo y la ocupación más digna para todo hombre libre” (Cicerón).

    Hay un refrán español que dice: ”San Isidro Labrador quita el agua y pon el sol”. Este año, con la abundancia de lluvias, viene como anillo al dedo dicha petición, en contradicción con otros años de excesiva sequía. Después de las lluvias de los últimos días el campo está lleno de vida, color, flores y amapolas. Aunque este año, por las circunstancias antes mencionadas, este campo no nos inspira por estas fechas, la alegría de contemplar esa belleza que nos suscitaba otros años, ni la ilusión para celebrar esta fiesta patronal. Desde aquí felicitamos a esos abnegados labradores de San Román de Hornija -nuestro pueblo- ante la fiesta de su patrón. ¡Qué el próximo año podáis celebrarla en todo su esplendor!













Biografía de San Isidro:

    Es un santo muy popular, labrador, padre de familia y madrileño de nacimiento (eso sí, hay que tener en cuenta que Madrid en tiempos de San Isidro no era la gran ciudad que ahora conocemos). No se sabe con seguridad las fechas de su nacimiento y de su muerte, algunos aseveran que su nacimiento fue en 1082 y su muerte en 1172, larga longevidad para aquellos tiempos, Si sabemos, como ya hemos dicho, que nace en Madrid y que su vida transcurre en sus alrededores. Muy humilde trabaja desde joven en los campos para su amo Juan de Vargas.

    Contrae matrimonio con María de la Cabeza, y tienen un hijo. Su historia está envuelta en una leyenda que adorna su vida al recordarnos verdaderos prodigios y milagros. Se dice que los ángeles bajaban a labrar el campo mientras que el rezaba. Que antes de ir a trabajar visitaba todas las iglesias que se encontraba en su camino para rezar, especialmente a la Virgen, a la que le tenía gran devoción. Que invitaba a comer a su casa a todos los pobres, y que la cazuela de la comida se multiplicaba milagrosamente para que todos tuvieran su ración. Pero más importante que todos sus milagros juntos, es que era un hombre de Dios, sencillo, humilde, trabajador, al cual le encantaba rezar y ayudar a los más pobres. Fue pronto llevado a los altares por el pueblo, pero fue en 1662 cuando Gregorio XV lo canonizó junto a otros tres santos españoles: San Ignacio de Loyola, Santa Teresa de Jesús y San Francisco Javier. Sus restos se encuentran en la Colegiata de San Isidro de Madrid, junto con los de su esposa Santa María de la Cabeza. San Isidro es el patrón de todas las personas que trabajan en el campo y del mundo rural en general, por eso, cada 15 de mayo se celebra esta fiesta patronal en todos los pueblos agrícolas de España.

    Hubo un poeta, llamado José María Gabriel y Galán que supo reflejar en su poesía todos sus sentimientos hacia el mundo rural castellano, como se demuestra en el siguiente poema:


ARA Y CANTA

- I -

Labriego, ¿vas a la arada?
Pues dudo que haya otoñada
más grata y más placentera
para cantar la tonada
de la dulce sementera,

¿Qué has dicho? ¡Que el desgraciado
que pasa el eterno día
bregando tras un arado
jamás cantó de alegría
si alguna vez ha cantado?

Es una queja embustera
la que me acabas de dar.
¿No sabes que yo sé arar?
Pues déjame la mancera,
y oye, que voy a cantar:

- II -

Labriego poco paciente:
si crees que solo tu frente
vierte copioso sudor,
que sorbe innúmera gente,
sal de tu error, labrador.

Lo dice quién es tu hermano,
quien canta tu lucha brava,
lo dice quien por su mano
siega la mies en verano
y el huerto en invierno cava.

¿Qué sabes tú del tributo
que el mundo al trabajo rinde,
ni qué sabes de su fruto,
si no has transpuesto la linde
del terruño diminuto?

Si el mundo aquel te impusiera
yugos que impone al mejor,
pensaras que tu mancera,
si no es la más llevadera
tampoco es la cruz mayor.

Te quema el sol del estío,
te azota el viento de enero
y aguantas en el baldío
los hálitos del rocío
y el golpe del aguacero.

Dura y perenne es la brega
que pide riegos la vega,
que pide rejas la arada,
que pide gente la siega,
que el huerto espera la azada.

y es trabajoso el descuajo,
y abrumador el destajo
y a veces nulo el afán...
¡Y tal vez es el trabajo
más duro que blando el pan!

Todo es verdad, labrador;
pero en esos horizontes,
y en esas siembras en flor,
y en estos alegres montes,
¿no hay nada consolador?.

¿Todo negro es tu destino?
¿Todo el vivir te envenena?
¿De abrojos horribles llena
todo el árido camino?
¿Toda ingrata es la faena?

¿No sabes tú, labrador,
que hay frente que el tiempo arruga
escaldada en un sudor
que sana brisa no enjuga
con soplo consolador?

¿Sabes que hay ojos que ciegan
laborando en la penumbra,
mientras los tuyos se entregan
al piélago en que se anegan
de la luz que nos alumbra?

¿Sabes qué ambientes malsanos,
si no venenos letales
marchitan pechos humanos
con corazones leales
del tuyo dignos hermanos,

mientras tu pecho sanean,
y equilibran tus sentidos,
y tus sudores orean
ricas brisas que pasean
por estos campos floridos?

¿Quieres en un mundo verte
con bravas agitaciones,
con injurias de la suerte,
con bárbaras tentaciones
y duelos, sin sangre, a muerte?

¿Qué sirena engañadora
hasta aquí a decirte llega
que en la ciudad bullidora
ni se reza, ni se llora,
ni se sufre, ni se brega?

¿Qué espíritu engañador
o torpe decirte quiso:
«Llora y suda, labrador,
que el mundo es un paraíso
regado con tu sudor?»

Fuera más útil y honrado
decirte quién ha arrancado
de las entrañas de un cerro
este pedazo de hierro
de la reja de tu arado.

Decirte que hornos ardientes
fundieron humanas frentes
cuando este hierro ablandaron,
y que en su masa cuajaron
sudores de hermanas gentes.

Ara tranquilo, labriego,
y piensa que no tan ciego
fue tu destino contigo,
que el campo es un buen amigo
y es dulce miel su sosiego,

y es salud el puro día,
y estas bregas son vigor,
y este ambiente es armonía,
y esta luz es alegría...
¡Ara y canta, labrador!




martes, 21 de abril de 2020

Seguimos luchando contra el Covid-19



Unidos venceremos



    Van pasando los días, ya casi 40, en este monótono confinamiento en nuestros hogares. Como bien me decía un amigo: “mejor estamos en casa que en un hospital”. Parece imposible que los que antes presumíamos de ser poco caseros: con paseo matinal, compra, partida de 3 de la tarde, estemos venciendo aquellos hábitos sometiéndonos a esta reclusión con convicción y así evitar, dada nuestra edad en declive, el contagio de la epidemia que nos rodea. 

    Son muchas las limitaciones a las que nos somete esta pandemia de índole mundial, algunas de tipo social que nos aleja de aquellos amigos cotidianos, pero creo que las que más añoramos son la ausencia en nuestras vidas de hijos y nietos. A veces, suplimos esta ausencia, aprovechando los grandes medios de comunicación actuales, (móvil, videoconferencia, skipe), aunque muy alejados todos ellos de suplir ese calor físico y presencial de una familia reunida. Claro que, pensándolo bien, aunque sea una paradoja, no ser visitado por hijos y nietos se convierte en un acto de amor ya que los besos y abrazos son armas arrojadizas del virus.  

    Me paro a pensar, a veces, que todo que nos está pasando es un aviso en defensa de esta Naturaleza que tanto maltratamos: contaminando la atmósfera, los ríos, los mares, y todo nuestro entorno. Tenemos un excesivo consumismo y creíamos controlar todas las fuerzas y recursos de la madre Naturaleza, ¡Qué incautos!, Ésta ha descargado un rayo de ira sobre nosotros en forma de un virus, que surge imprevisible, inesperado e incontrolable, y que nos está haciendo débiles e impotentes ante tal combate.

    A la caída del sol en esta primavera rompemos nuestro silencio con aplausos, en un gesto de gratitud hacia nuestros sanitarios, que arriesgan su vida en su contacto directo con enfermos infectados por el “coronavirus”. Son muchos los sanitarios que han sido infectados en Centros de Salud y Hospitales, yo mismo he vivido dicho contagio sanitario en la persona de un hijo. Esos aplausos de coraje vienen acompañados de miradas, saludos y gestos cómplices entre vecinos que, pese a vivir en la misma calle, quizá no nos conocíamos, pero ahora nos sentimos unidos ante un enemigo común, reflejando en nuestros rostros blancos y pálidos un signo de esperanza. Me enorgullece el saber que en mi pueblo también se tiene este gesto diario, de agradecimiento al personal sanitario que está ejerciendo una ardua labor, arriesgando sus vidas, con tal de salvar las de los demás.

    Son muchos los amigos y conocidos que nos han dejado, no han podido vencer esta pandemia. La muerte siempre es triste para los familiares y amigos del difunto, ahora se le añade a esa tristeza la soledad de los entierros. El Ministerio de Sanidad ha prohibido los velatorios, tanto en lugares públicos como privados y domicilios particulares. Se limita el número de acompañantes a tres allegados. Las iglesias han cerrado y los muertos salen por la puerta de servicio de esta vida. No hay acompañamiento de amigos, familiares, ni cortejo fúnebre en ese último adiós. Aunque nos duela es necesario para evitar males mayores, lo que no quita el sentimiento de impotencia y desgarro que produce. Evocamos la rima de Bécquer… ¡Qué solos se quedan los muertos…y sus familias!
    Me ha llegado un video que me ha impresionado, son las manifestaciones de una española, hija de padre español y madre japonesa, sobre los comportamientos y respuestas que da la sociedad japonesa a la hora de afrontar una crisis como esta:
    Se pregunta ¿Por qué Japón con 130 millones de habitantes y su proximidad a China no ha tenido un crecimiento de coronavirus exponencial, como por ejemplo España e Italia? Ha tenido una propagación sólo lineal. Parece algo inexplicable ya que es un país sujeto a catástrofes como: terremotos, tifones, tsunamis etc. Sin embargo, el comportamiento y la cultura individual del japonés tiene siempre como horizonte LA COLECTIVIDAD: “El bien del todo es más importante que el bien de una parte”, es decir que cada individuo contribuye al bien común de todos.

    Deberían tomar ejemplo nuestros políticos de esa “colectividad” del pueblo japonés. Es bochornoso que, tanto el partido del gobierno como los de la oposición, en la jornada del día 9 pasado en el Congreso de Diputados, se culpaban ambos de las muertes del “coronavirus”. Creo que las actitudes de nuestros políticos se parecen a un mundo de locos: los grupos independentistas. más otro extremista de derecha votan “no” a la segunda prórroga del estado de alarma, pero no porque la vean innecesaria sino por espíritu de contradicción. Éste último, se limita a judicializar todo, no aportando nada positivo a esta crisis, solo un proyecto anticosstitucional y poco democrático para destituir al Gobierno. Lo único viable, legal y democrático para derrocar al Gobierno, con mayoría simple, es plantear una moción de censura en toda regla, como le fue planteada al anterior presidente Rajoy.

    Las críticas a la acción del Gobierno son no solo legítimas, deben de se imprescindibles en tiempos de democracia, pero no una oposición lanzando acusaciones duras, insinuaciones desleales que están degenerado en pura miseria electoral. Podría añadir algo más: lo que estamos observando en el Parlamento es una insensatez, así como una irresponsabilidad grave de sus señorías, ya que desmoraliza al ciudadano de a pie que lleva 40 días con responsabilidad y paciencia este confinamiento. En una palabra, el pueblo español, que se muestra paciente, responsable y resignado en casa en su aislamiento, no se merece este tipo de políticos.

    El “coronavirus” no entiende de colores ni de partidos, ni de pobres ni ricos, a todos nos afecta por igual. Tanto Gobierno como oposición tienen la responsabilidad de ir juntos y unificar criterios para vencer esta pandemia, y juntos tomar medidas ante los efectos nefastos que sufrirá nuestra pobre economía.

    Como persona, entrando en eso mal llamado tercera edad, hago un llamamiento a todos los de mi generación y más mayores de nuestro pueblo, para que se queden en casa y no salgan a la calle, que lo más necesario se lo compren sus hijos o vecinos. Somos por nuestra edad los más vulnerables, circunstancia esta por la cual debemos extremar todas las precauciones necesarias para no coger este dañino “coronavirus”. A ver si en verano todo ha pasado y volvemos a vernos en ese pueblo que tanto añoramos.



domingo, 22 de marzo de 2020

El Coronavirus nos acecha



Venceremos al Covid-19



    Es primavera, son las 12 de la mañana, desde mi casa observo la calle en un silencio sepulcral, solamente ese silencio es perturbado por algún coche de policía o ambulancia. Ya no se detecta ese circular de personas y vehículos que antes de la “pandemia” concurrían dando vida a este entorno. A lo lejos, un hombre cargado de bolsas circula en solitario, posiblemente viene de comprar alimentos de un súper próximo; La mascarilla le cubre dos tercios de la cara, haciéndole invisible a los demás, y en su forma de andar se nota en él cierto temor a esa soledad que le circunda, una soledad fruto de ese virus que azota esta ciudad y muchas ciudades del resto del Mundo: es el virus que los científicos han nombrado Covid-19, encuadrado en la familia de los Coronavirus.

    Esta primavera está pasando inadvertida para las personas, da la sensación de que se ha presentado este año por error o equivocación. La preocupación y el aislamiento no nos permite admirar la belleza que refleja en los parques, caminos y campos; la sangre la tenemos alterada por otros motivos. Igualmente, esta pandemia está anulando los eventos sociales propios de esta época: Fallas en Valencia, Semana Santa, Feria de Sevilla etc. En una palabra, las fiestas traen consigo una manifestación de multitudes y alegría que el aislamiento y el estado de ánimo lo hacen incompatible.  

    Es sorprendente, en este siglo XXI,  creíamos que el hombre controlaba todos los virus y epidemias de este Mundo, dados los grandes conocimientos que posee a través de grandes progresos en investigación, aparece un nuevo virus, hace tres meses, con origen en China y, por ahora, no es capaz de buscar el antídoto (vacuna). 

    Es importante cómo luchamos contra la enfermedad. Toda vida merece lo mejor. Aquí no hay colores ni ideologías. El gesto de muchos españoles nos dice la solidaridad y buenos sentimientos de muchas personas. Son muchos los compatriotas que, haciendo gala de su profesionalidad y entrega, están haciendo grandes esfuerzos, hasta poniendo limites a su vida por los demás; son muchas las profesiones, aparte de nuestros sanitarios, que aquí no voy a nombrar por temor a omitir alguna, que la sociedad siempre les agradecerá. En el modo de luchar contra la enfermedad nos dice de las personas como y quienes somos.
    Al resto de los ciudadanos no nos queda otro consuelo que este aislamiento, para evitar ese contagio a nosotros mismos y a los demás, ya que podemos tener ese Covid-19 incubado en nuestro cuerpo sin aun manifestarse y actuar como agente transmisor. Debemos de ser responsables en el cumplimiento de las normas que las autoridades sanitarias nos ordenen. 

     Siempre que se produce una crisis, de cualquier tipo, de orden mundial, como esta, las primeras reacciones es pensar que por aquí no llegará. Ya no podemos rehusarla. Esto es algo que no habíamos previsto y nos ha pillado por sorpresa. Nos enfrentamos a la enfermedad y, en algunos casos, a la muerte. Es lógico que tengamos miedo, pero nos consuela y reconforta el saber que hay personas, grupos de personas, que la están afrontando con coraje y con una gran humanidad. 

    Comprendo que este aislamiento que llevamos en nuestras casas nos produzca reacciones de enfado y mal humor, en una palabra, actuamos con unos comportamientos poco propios en nuestra vida cotidiana y de nuestra manera de ser.  Con lo que tenemos encima, no deben de ser tiempos de enfrentamientos, ni de descalificaciones a nuestras autoridades, ni de ira, deben ser tiempos de reconciliación, hasta en los enemigos políticos, para conseguir, con la unión de todos, la resolución de este gran problema que es combatir al virus Covid-19. Cuando todo esto pase, será tiempo de juzgar errores o negligencias, si las ha habido, tanto de nuestras autoridades estatales como autonómicas, sin olvidar, ante la escasez de material sanitario, la responsabilidad de estas últimas que, como consecuencia de tener transferidas las competencias en sanidad, manejaban y administraban los fondos económicos de ésta, que provenían de los impuestos de sus contribuyentes respectivos.

    Tengamos fortaleza y paciencia hasta conseguir vencer este "coronavirus", y que próximas primaveras, que vendrán, nos deleiten percibiendo la belleza que las caracteriza. 

    Sirva de ejemplo, a lo anterior dicho, este párrafo o cita extraído del libro más famoso de la literatura española: “El Quijote” de nuestro gran escritor Miguel de Cervantes:

"Sábete Sancho, que no es un hombre más que otro si no hace más que otro. Todas estas borrascas que nos suceden son señales de que presto ha de serenar el tiempo y han de sucedernos bien las cosas; porque no es posible que el mal ni el bien sean durables, y de aquí se sigue que, habiendo durado mucho el mal, el bien está ya cerca".

domingo, 1 de marzo de 2020

Personajes Ilustres, con prestigio,/5) en Villafranca del Duero : CARMEN SECO CEA


Carmen Seco Cea



Carmen Seco al final de su carrera
    Hoy, acercamos este blog a la actriz y a su vez catedrática de la Escuela Superior de Arte Dramático de Madrid: Dª Carmen Seco Cea. Aunque no nació en San Román, nuestro pueblo, si en el pueblo próximo de Villafranca de Duero; pero es principalmente el parentesco, aunque lejano, lo que me une y vincula a tal personaje y me anima a incluirla en este blog. Ya me había comentado mi difunto padre la asistencia de miembros de su familia a Valladolid cuando ésta arribaba en algún teatro de dicha ciudad. El apellido Seco, oriundo de Villafranca de Duero, llegó a San Román por las nupcias de mi abuelo paterno Lucio Seco con la abuela Concepción Fernández.
Trato de recopilar datos, sobre la biografía de Carmen Seco, a través de hemerotecas e internet y así las expongo.

Datos biográficos

    La actriz María del Carmen Seco Cea nace en Villafranca de Duero (Valladolid) el 28 de marzo de 1888, siendo bautizada el 4 de Abril del mismo año, y murió en Madrid el 9 de julio de 1967. Fue hija de labradores. Su padre se llamaba Antonio Seco Vadillo y su madre Teresa Cea Aparicio. Puede, aunque no lo podemos confirmar con rotundidad, que Teresa naciera en Castronuño, dado que existen datos de que el casamiento entre Antonio y Teresa se celebró el 20 de Julio de 1881 en la Iglesia parroquial de Castronuño: Santa María del Castillo.

    En Villafranca de Duero hay una calle que tiene el nombre de Carmen Seco, así los habitantes de dicho pueblo han hecho un homenaje en su memoria; así mismo, hay que resaltar la exposición que, en agosto de 2014, se celebró en Villafranca sobre ella. Carmen se va a vivir con unos tíos a Madrid a los tres años de edad, ambiente propicio para su formación profesional. Poco ha trascendido de su entorno familiar. Carmen Seco declaraba: “Yo me dediqué al arte del teatro por vocación. De mi familia nadie ha pisado las tablas. Por si le interesa le diré que desde los tres años vivo con mis tíos” (La Información, 19-06-1920).

    Físicamente es menuda, no es guapa pero tiene presencia. Su  forma de vestir siempre fue acomodada a las modas de su tiempo. Era católica, de ello da cuenta la cruz que cuelga de su cuello en muchos retratos, y las obras pías que realizaba.

    Carmen Seco se formó e inició su carrera teatral durante la monarquía de Alfonso XIII (1902-1923). Fue primera actriz en la compañía de Ricardo Calvo y Jacinto Benavente en el Teatro Español y en la compañía del actor José Romeu durante la Dictadura de Primo de Rivera (1923-1931). Inicia su magisterio como profesora de declamación en el Conservatorio de Música y Declamación de Madrid en 1934, durante la II República española. Da clases en la escuela de la CNT (Sindicato Único del Espectáculo), denominada Escuela de Capacitación Profesional, durante la Guerra Civil. Allí tuvo como discípulo en declamación a Fernando Fernán Gómez. Al finalizar la guerra, tras su petición de reintegro al conservatorio y proceso depuratorio, continúa como profesora de declamación, obteniendo la cátedra de “Declamación Práctica” en 1944. Se integra en el elenco del recién formado Teatro Nacional en 1939, de la mano del director Luis Escobar, permaneciendo en la compañía del María Guerrero durante el franquismo. Carmen Seco desarrolla una prolífica carrera como actriz estrenando 56 títulos del teatro español y europeo, clásicos y contemporáneos, compaginando su compromiso diario sobre las tablas del María Guerrero y giras de la compañía, con sus clases en el Conservatorio de Madrid.

    Actriz influyente y hecha a sí misma, consiguió el respeto y la admiración de Jacinto Benavente, los hermanos Álvarez Quintero y Ricardo Calvo, interpretando obras de Echegaray, Joaquín Dicenta (hijo), Marquina, Benavente y los hermanos Álvarez Quintero. Fueron hitos en la primera etapa de su carrera “La cenicienta” (1919) de Jacinto Benavente; “Las mocedades del Cid” (1922), de Guillén de Castro y “Son mis amores reales” (1925), de Joaquín Dicenta (hijo). Para su beneficio se realizaron numerosas representaciones en los años 20. Como primera actriz del Teatro Español recibió Beneficio con “La cenicienta”, de Benavente; también con el programa compuesto por “Amor que vence al amor” de Rey Soto y “La leyenda del tigre”, de Valentín de Pedro; y “La ilustre fregona”, de Cervantes, títulos destacados por los diarios de la época. Beneficio: Los cómicos sobresalientes gozaban por medio de cláusulas en sus contratos de la posibilidad de hacer una función en su beneficio, en la que la recaudación era para ellos. Era costumbre recibir regalos de los compañeros en las sesiones de beneficio.

    Ejemplo de su protagonismo en el teatro español de los años 30 es el lugar que ocupa en el homenaje a la actriz María Palou y al dramaturgo Jacinto Benavente, el 5 de diciembre de 1930, en el hotel Ritz de Madrid. Se sienta en la mesa presidencial junto a Margarita Xirgu, Pilar Millán-Astray, Carmen Ruiz Moragas, Valle-Inclán, Pérez de Ayala, Serafín y Joaquín Álvarez Quintero, Eduardo Marquina y Pedro Muñoz Seca. En las mesas laterales se encontraban Margarita Nelken, Magda Donato, Felipe Sassone, Fernando Fernández de Córdoba o Manuel Machado.

    No estableció conexión profesional con las corrientes renovadoras del teatro español durante la II República. No participa en proyectos experimentales y vanguardistas como los teatros de arte ni actúa en obras de Valle-Inclán, García Lorca, Azorín, Casona o Alberti. Su camino fue el del teatro comercial de calidad en su primera etapa como primera actriz en la compañía de Calvo y Benavente en el Teatro Español y la compañía de José Romeu, y el teatro oficial del régimen franquista, con sede en el Teatro María Guerrero de Madrid, tras la Guerra Civil española.

    Sus discípulos más importantes han sido; Berta Riaza, María Jesús Valdés, María Fernanda D’Ocón, Alicia Hermida, Encarna Paso, Fernando Fernán Gómez, Salvador Salazar Todos han trabajado como primeras actores o actrices en el Teatro Nacional María Guerrero en Madrid, continuando la escuela interpretativa de su maestra Carmen Seco.


    Luis Escobar (1908-1991) Autor teatral, director de teatro y actor español, escribe este artículo en el ABC de 14 de Julio de 1967, a modo de “obituario”, ensalzando las virtudes, tanto personales como profesionales, de Carmen Seco ante su fallecimiento, que tenemos el gusto de transcribir a continuación:

CARMEN SECO HA SALIDO DE ESCENA

    “La Herida del Tiempo", título de una comedia en la que estuvo" eminente, nos ha robado poco a poco y se ha llevado definitivamente a una de nuestras mejores actrices. 
    Hay distintos destinos fulgurantes que con un crescendo “indefinido” buscan un final brillante, cortado a pico; un final de tragedia o de drama romántico. Hay, por el contrario, vocaciones que sólo buscan la calidad y la mejor dedicación al trabajo; esta era la línea de Carmen Seco, actriz, ante todo.

No sé si en los tiempos actuales de popularidades rápidamente conseguidas en el cine o la televisión -o incluso en la publicidad-, en que las compañías se hacen para un solo reparto y no existen teatros de repertorio, teatros de repertorio sin poder darse personalidad artística como la de Carmen, modesta, burguesa,  cariñosa, hasta maternal en la vida.

    Amplia, completa e importante en escena, donde desaparecía, por así decirlo, para reaparecer encarnada en cada personaje. Así, una mujer pequeña se convertía en la arrogante Conway, de la criada "Herida del tiempo" o en la dominante Bárbara Petrovna de "Los "Endemoniados"

    Siendo una maravillosa actriz dramática, sabía lograr los más sutiles tipos cómicos, como el de la inolvidable "Madame Arcati", la vidente de "Un Espíritu Burlón". Tenía una de las voces más bellas y, sin lugar a dudas, la mejor dicción de la escena española. era una delicia oírle decir verso. Por ello ha sido una maestra excepcional que ha dejado escuela en el Real Conservatorio de Madrid, en el que era catedrática de Declamación.
      Conocí a Carmen por el año 40, a raíz de la guerra,  cuando entró a formar parte de la compañía del Teatro  Nacional María Guerrero.  Había sido la primera actriz de la compañía de Ricardo Calvo, con quien había hecho todo el repertorio clásico y romántico.  Pues bien, con toda esta ejecutoria de  maestra y de  primera figura, no recuerdo actriz más disciplinada, más atenta a la  dirección, ni más puntual en los ensayos.

    En los muchos años que hemos trabajado juntos no recuerdo tampoco haber tenido que suspender una  función por su causa, ni haber tenido que sustituirla una sola vez por enfermedad. Sí recuerdo, en cambio, que al hacer el papel de Brígida en el "Tenorio" con trajes de Dalí, tenía que salir con la cara tapada por una una malla con dos cuentas negras en lugar de los ojos. "Mira cómo me han puesto", vino a decirme, y en su cara invisible se traslucía la desolación. Procuré convencerla del impacto que producía ese rostro sin faccione (lo produjo en efecto). Disciplinada, pero no convencida, se puso la media y, como siempre, bordó el papel. Los versos del acto segundo:

¡Bah! pobre garza enjaulada 
dentro la jaula nacida, 
qué sabe ella sí hay más vida 
ni más aire en qué volar? 

    Sonaron como música celestial. Cuando fui a felicitarla, y a tranquilizarla respecto al efecto conseguido, advertí que la malla que lc cubría la cara estaba empapada en lágromas cubría la cara estaba empapada en lágrimas. La actriz había obedecido. La mujer no se había  resignado.

    Poco a poco fue aceptando menos papeles hasta  desaparecer por completo del mundo de3l teatro. Se  Se quejaba de falta de memoria. Creo que el último  papel que hizo -quiza- por amistad- fue de Amanda, en “Fuera es de Noche”, comedia con la que se inauguró el Teatro Recoletos. después el retiro, la jubilación. una vida tranquila. Y se ha ido sin ruido, de puntillas, como  se pisa un escenario en el que sigue la representación. 


¡Adiós, Carmen Seco! 

Luis ESCOBAR  


Hemerotecas consultadas:
- Revista de Investigación teatral del Diario ABC de 6 de Septiembre de 1930.
- Diario La Información, 19-06-1920
- Diario ABC del 19 de julio de 1967 publica esquela de Defunción de Carmen Seco.
- Diario ABC del 14 de Julio de 1967. Luis Escobar escribe un obituario ante la muerte de Carmen Seco.

sábado, 1 de febrero de 2020

En San Román de Hornija se filmó la película: "Los derechos del hombre".


Nuestro pueblo en el cine













    El 17 de Enero se estrenó en dos cines de Madrid la película titulada: Los derechos del hombre”, en el Bellas Artes y en la Cineteca de Legazpi (antiguo matadero). Ya teníamos constancia de que hace dos años se estuvieron filmando en San Román las escenas para esa película. Siendo testimonio de ello la instalación en las eras de una vieja carpa de circo.

Título original: Los derechos del hombre

Año: 2018
Duración: 75 min.
País: España
Dirección: Juan Rodrigáñez
Guión: Juan Rodríguez, Eduard Mont de Palol
Música: Álvaro Martínez león
Fotografía: Ramón Lechapelier
Panadería: Moises García Celemín
Intérpretes: Katrin Memmer, Lola Rubio, Rafael Lamata, Gianfranco Poddighe, Eduard Mont de Palol y Jorge Dutor.
Género: Comedia / Circo
Producción: Tajo Abajo
Duración: 75 minutos.

    El pasado domingo, día 26 de Enero, acudí a la Cineteca de Legazpi, en Madrid, a su último día de proyección. Disfruté gratamente ante la visión de imágenes sobre rincones de nuestro pueblo, lo que hizo que fuera gratificante mi asistencia.
Como no soy un experto en cine sólo reflejaré en este blog los comentarios de críticos entendidos en tal materia. Al final dejaré mis impresiones como simple espectador y profano en cine

    Comentarios de críticos de cine sobre la película: “Los derechos del hombre”
CINETECA:
    Una troupe de circo llega a un pueblo de Castilla, donde montan su carpa. Proyectan cambios en el estilo de su espectáculo porque quieren cambiar la manera en la que la sociedad los trata. Pero pasan sus días discutiendo sobre el valor de las cosas, desde la grandeza del paisaje a la sencillez de la arquitectura nativa o la calidad del show del compañero. De proyectar pasan a valorar, para acabar ciñéndose al guion pactado.
En 2013, el cineasta Juan Rodrigáñez reunió a un equipo de diez personas en una aislada finca de Extremadura para grabar su ópera prima: "El complejo de dinero". Dos miembros de ese grupo eran técnicos -fotógrafo y sonidista- y el resto profesionales procedían de las artes escénicas: danza, performance, escenografía, teatro y música. Cuatro años después, el mismo equipo se vuelve a encontrar en San Román de Hornija, un pequeño pueblo de la provincia de Valladolid, para crear "Derechos del hombre", una película cuyos personajes tratarán de romper con el aislamiento al que estaban sometidos en la anterior película: “El complejo de dinero”.

    En Derechos del hombre el punto de partida se limitó a 35 latas de película de 16 mm., un par de baúles de vestuario y una carpa de circo montada en las eras del pueblo. Partiendo de dos dispositivos tan diferentes ambos proyectos comparten algo esencial: la película deberá ser encontrada, si hay suerte, durante el propio rodaje. Esta metodología deriva del deseo de descubrir lo desconocido y presentar una obra cinematográfica capaz de ofrecer una idea de libertad. En lugar de la puesta en escena de una forma pensada previamente, el trabajo es concebido como investigación y experimentación. Esto implica que cuando se descubre la película que teníamos que hacer, llega el momento de recoger el material y volver a casa. 

Comentario y Crítica Filmaffinity:

Sinopsis:
    Una errática y excéntrica compañía de circo levanta su carpa a las afueras de un pequeño pueblo de la meseta castellana para terminar de dar los últimos retoques a su nuevo y grandioso espectáculo, Derechos del hombre. Un show a medio camino entre lo revolucionario, lo utópico y lo necesario, pero que a veces no puede escaparse de lo más mundano.

Críticas:

    Derechos del hombre en sí ya suena antiguo, como antiguo puede resultarnos el espectáculo circense. La troupe del Gran Circo Indómito podría resultarnos una perfecta analogía de los cineastas con cierto compromiso artístico, algo que, por desgracia, también parece antiguo. En definitiva, derechos del hombre es una lección de lenguaje cinematográfico, que aprovecha multitud de recursos en pro de la narrativa. El soporte, el elenco, recursos del documental, la ficción, el sonido, la música, casi se podría decir que incluso el musical, el thriller, pero sobretodo el humor. Lo que más adoro de esta película es que demuestra cómo puedes hacer una potentísima y maravillosa obra de arte con muchísimo menos que ciertas grandes producciones.

    De forma inteligente, decidieron rodar esta película en 35 mm. Me parece una decisión de lo más pertinente, pues es esta una película enamorada del paisaje, al igual que el elenco de La Troupe.


    La película gira en torno a una carpa, manteniéndose al margen, como probablemente el director y su equipo, al igual que muchos otros artistas, procuran, dentro de lo posible, mantenerse al margen de la así denominada industria cinematográfica (que no es más que un circo, transformado en un teatro del absurdo por una burocracia absurda y alienada) decidiendo mostrar su interior sólo para poner de relieve cierto miedo a ese interior, pues sólo encontramos en él secuencias tétricas.
CRÍTICA DEL PERIÓDICO: EL PAÍS
DERECHOS DEL HOMBRE
Cine indómito
    'Derechos del hombre', asombrosa segunda película de Juan Rodrigáñez, es una muestra de la capacidad renovadora del cine español más alejado de lo comercial
Por fortuna el cine español no se limita a su modelo industrial y de vez en cuando sorprende con nuevos caminos capaces de cuestionar y renovar su lenguaje. En ese mismo impulso de exploración e investigación, aunque partiendo de una sensibilidad y un arraigo cultural muy diferente, se sitúa el director Juan Rodrigáñez, que en su segundo filme: "Derechos del hombre", ahonda en el trabajo que inició en 2013 con "El complejo de dinero", filme que convocaba en una finca de Extremadura a un grupo de intérpretes que, procedentes de diferentes palos de las artes escénicas, recreaban un mundo de aparente libertad y ligereza. película experimental e improvisada que vuelve a reunir a parte del reparto de El complejo de dinero en un proyecto mucho más asombroso, en el que su fondo y su método ácrata (heredero de esa tradición que se sostiene en personajes tan impares como Agustín García Calvo o Chicho Sánchez Ferlosio) se abren al exterior logrando una comunión que no ocurría en su anterior filme. O cómo le dice una de las artistas al maestro de ceremonias cuando uno de sus colegas abandona la aventura: “Con pocas cosas se llega más lejos”.
Hecha sobre la marcha con el elenco de una troupe que dice llamarse Gran Circo Indómito, Derechos del hombre se rodó durante tres soleadas semanas a las afueras de un pueblo de la provincia de Valladolid. La tramoya se limitó a una carpa y dos baúles de vestuario para seis actores, un pueblo y un río. Una especie de Circo Aligre (ese iconoclasta grupo francés que a finales de los años setenta convirtió a sus cinco integrantes en revolucionarios del género), pero pobre y mesetario frente a un director de cine con 35 latas de película de 16 mm. Lo que allí pasa se podría etiquetar como performático, pero sería limitar a palabras más o menos comunes e inteligibles la libertad que encierra esta singular película. Todo lo que vemos en ella ocurre fuera de su carpa, en los prolegómenos de un espectáculo sobre el que sus personajes teorizan y ensayan rodeados de un mundo rural que en su solitaria decadencia esconde un misterioso y hermoso esplendor. En definitiva, gente rara haciendo esas cosas raras que acaban cambiando el mundo.

Sinopsis
    Una troupé de circo llega a un pueblo de Castilla, San Román de Hornija, donde montan su carpa. Allí, en un lugar tan tradicional, se aventuran y proyectan cambios en el estilo de su espectáculo porque quieren cambiar la manera en la que la sociedad los trata. Sin embargo, van pasando sus días discutiendo sobre el valor de las cosas, desde la grandeza del paisaje a la sencillez de la arquitectura nativa o la calidad del show del resto de compañeros. De proyectar pasan a valorar, para acabar ciñéndose al guion pactado. La película, que narra el intento de este grupo circense para que su nuevo espectáculo se pueda estrenar en este pequeño pueblo, quiere identificarse con la dimensión utópica del arte que sus protagonistas encarnan (el empresario/maestro de ceremonias, la pitonisa, la mujer barbuda, el imitador, etc.). El "Gran Circo Indómito", nombre del grupo e interpretado por seis artistas que provienen de diferentes ramas de las artes escénicas, tiene una gran fe en sus propias fuerzas y en su nuevo espectáculo, cuyo título lo comparte con el de la película. 'Derechos del hombre' busca estar al mismo nivel que su tema y sus personajes, asumiendo la imposibilidad de filmar lo que todavía no existe, pero sabiendo que sí es posible filmar aquello que lo podría hacer posible: los cuerpos y palabras de los intérpretes en el pueblo.
=Elsa Fernández Santos=

Critica de: Cine Europa
    Juan Rodrigáñez repite la fórmula y el elenco de su ópera prima en su segunda aventura cinematográfica, edificada sobre la improvisación, la libertad y el humor absurdo.

El 56º Festival Internacional de Cine de Gijón estrenó mundialmente en su Competición Internacional Rellumes, la pasada semana, la segunda película de Juan Rodrigáñez, cineasta que, hace tres años, llevó al festival de Berlín y posteriormente al de Málaga su ópera prima: la incatalogable "El complejo del dinero"[+]. Ahora, en la misma línea, caminando sobre la cuerda tensada entre el atrevimiento y el disparate, se sitúa su segundo largometraje, titulado "Derechos del Hombre", protagonizado por el mismo elenco de artistas de aquella película con la que se dio a conocer en el circuito alternativo.

    Parecido aire rural y campestre de "El complejo del dinero" se respira en estos Derechos..., aunque la ubicación del rodaje haya brincado de una finca extremeña a los alrededores de un pequeño pueblo castellano. Hasta allí se ha movilizado la troupe capitaneada por Rodrigáñez, la cual, provista de una carpa circense, unos trajes y disfraces, maquillaje y pelucas, ha levantado otro film apoyado en la improvisación y la osadía a partir de una sinopsis mínima y algunas ideas, construyendo la película a modo de residencia artística donde parece que cada participante aporta sus diálogos, ocurrencias y acciones sobre la marcha.
Los actores de esta reunión de amigos jugando a hacer cine forman en la ficción una compañía, denominada Gran Circo Indómito, que estrenará mundialmente en esa villa mesetaria su nuevo show (titulado "Derechos del hombre"), el cual ensaya los días previos a la premiere. Entre ellos destaca una mujer barbuda, una pitonisa, equilibristas, el maestro de ceremonias y una vidente. Y como en La parada de los monstruos (Freaks), de Tod Browning, hay una trama de manipulación, celos y crimen, pero mínima y ni se explica ni se resuelve, algo que no parece preocupar a Rodrigáñez, aunque sí desconcertará al espectador que busque lógica y respuestas.

    El resultado es un ejercicio cinemaográfico libérrimo y sin género (empieza como un musical y termina con la presencia de un cadáver) que desafía cualquier estructura y cordura, logrando momentos de un humor surrealista y absurdo, y otros de una ingenuidad casi infantil, que se codea con lo ridículo. Si en en su primera película esa manera de hacer cine podía sorprender, aquí logra desconcertar, aburrir y, por momentos, abochornar. Pero al menos los artífices de esta película se lo han pasado en grande realizándola, aunque sus gracias rebuscadas y guiños cómplices no lleguen a conectar con el espectador poco familiarizado con las entretelas de la creación artística y el performance.
Derechos del hombre, film hablado en inglés, alemán y español, rodado en 16 mm. y cuyo montaje ha llevado a cabo Manuel Muñoz Rivas .

Sinopsis DECINE21
Derechos del hombre
    El intento de una troupe circense por lograr estrenar su nuevo espectáculo en un pequeño pueblo de la provincia de Valladolid. A través de una revisión contemporánea de personajes arquetípicos del mundo del circo (el empresario-maestro de ceremonias, la pitonisa, la mujer barbuda, el imitador, etc), se identifica con la dimensión utópica del arte que sus protagonistas encarnan. La troupe del “Gran Circo Indómito”, interpretada por seis artistas provenientes de las artes escénicas, sueña con una manera nueva de hacer circo (o cine) sin parecer tenerle miedo a la inexistencia de un público capaz de apreciar sus esfuerzos.
    Equivocadamente o no, el “Gran Circo Indómito” tiene una gran fe en sus propias fuerzas y en su nuevo espectáculo, cuyo título comparten con la película.
Vidas circenses
    En medio del páramo castellano, en las cercanías de un pequeño y antiguo villorrio, se levanta una vieja carpa de circo. Por las cercanías deambulan los cinco componentes del llamado Circo Indómito, cuatro hombres y dos mujeres. Cantan a coro, hacen imitaciones, ensayan números y presentaciones, dialogan, contrastan puntos de vista y preparan un nuevo espectáculo titulado “Derechos del hombre”.
Un producto muy singular, de dudoso interés, la verdad. Para muchos espectadores se tratará de una serie de escenas sin ningún atractivo, en donde una serie de artistas circenses atípicos -a priori parecen bastante colgados, por cierto–, se mueven, declaman palabrerías insulsas, hablan y hablan, ensayan algunas performances y hacen… nada. Para otros quizá sea una apuesta audaz que se acerca, casi al modo documental, a un conjunto de raros outsiders y a un modo de hacer arte bastante marginal y que hoy en día resulta anacrónico.
    De cualquier forma, como película la propuesta de Derechos del hombre resulta surrealista y marciana y no acaba de enganchar por ningún lado, también por la lentitud de la narración, con tramos bastante pesados. El director y guionista Juan Rodrigáñez rueda casi todo al aire libre y probablemente lo mejor sea precisamente la ambientación natural, el paisaje bucólico de la zona, servido con bella iluminación natural.

Sinopsis: Festival de cine de Gijón
    Juan Rodrigáñez (El complejo de dinero) es un auténtico francotirador del cine español, capaz de perpetrar obras al margen de todo y de todos. En ese margen es precisamente donde habitan los personajes de "Derechos del hombre", una errática y excéntrica compañía de circo que ha levantado su carpa a las afueras de un pequeño pueblo de la meseta castellana para terminar de dar los últimos retoques a su nuevo y grandioso espectáculo: Derechos del hombre; un show a medio camino entre lo revolucionario, lo utópico y lo necesario, pero que a veces no puede escaparse de lo más mundano.
Jorge Rivero


Comentario del Cultural:
‘Derechos del hombre’: La bohemia está en el campo
JUAN SARDÁ
17 enero, 2020
    Juan Rodrigáñez es un personaje peculiar de la cinematografía española, director experimental y artista multidisciplinar que concibe sus peculiares películas más como un work in progress que se desarrolla durante el propio rodaje que tal y como las entendemos de manera convencional. En 2015 debutó en la sección Forum del Festival de Berlín con "El complejo del dinero", en la que reflejaba un encuentro de amigos ansiosos por salir de las estrecheces y recuperar su condición de burgueses. Ahora, en Derechos del hombre repite con el mismo elenco para realizar un experimento parecido, aunque en un contexto muy distinto porque si los personajes de aquel filme pertenecían a una decadente burguesía que soñaba con recuperar el esplendor perdido, aquí son directamente artistas de circo muy pobres sin mayor pretensión que la de “seguir tirando” para poder entregarse de lleno a su arte.
Cuenta el propio Rodrigáñez que sus películas no tienen un guion escrito, sino que se van configurando a medida que avanza el propio rodaje de manera que “cuando se descubre la película que teníamos que hacer, llega el momento de recoger el material y volver a casa”. De esta manera, sus filmes se parecen al teatro del absurdo al plantear escenas cotidianas marcadas por el surrealismo donde los personajes da la impresión de que liberan sus instintos más ocultos no solo como si no hubiera cámara filmándolos sino como si nadie pudiera verlos. En este caso, los protagonistas son los miembros de un circo dadaísta instalados junto a su carpa en un pueblo de Castilla que en vez de dedicarse a ensayar su nuevo espectáculo se pasan horas discutiendo sobre su propio significado.
    "Derechos del hombre" parte de una estructura convencional, el ensayo de una obra, para hurtar la catarsis final, el estreno de la misma, en un filme sobre el proceso de creación (y sus muchos callejones sin salida) en el que la “pureza artística” de los valores de la troupe se convierte en una especie de movimiento de resistencia artística, como si fueran los fervientes defensores de una religión antigua. Hace no tantos años, los artistas ricos no existían o apenas los había, y la película en parte recuerda a esas Escenas de la vida bohemia que escribió Henry Murger (inspiración para la ópera Boheme de Puccini) sobre los artistas parisinos del siglo XIX, a los que no les importaba cenar si a cambio podían pasarse el día perfeccionando un verso.
    Acostumbrados como estamos al “artista estrella” que propagan los medios de comunicación y la maquinaria mediático-publicitaria, hay algo decididamente romántico y encantador en estos artistas incorruptibles dispuestos a sacrificarlo todo por su vocación. 


Impresiones personales sobre la película:

    Se trata de una película surrealista, excéntrica y extraña para el gran público, en el que me encuentro. Jamás podré valorarla, ya que se trata de una película sin género cinematográfico definido. Podríamos encuadrarla dentro de un tipo de cine experimental. Curiosamente, el interior de la carpa de circo jamás sale a escena, las mínimas actuaciones circenses se realizan en el exterior (las eras).

    Personas del pueblo que intervienen o salen en algún plano:
    -Moisés García Celemín, en actitud comercial en su panadería. Tal vez, sea la escena e intervención personal más realista de la película. Curiosamente, Moisés figura en la relación preliminar de reparto de actores y equipo técnico (créditos): Panadería Moisés García Celemín.
    -Dos niños con un perro, creo inmigrantes rumanos, con intervención indirecta.
    -Rosa Rabancho, hoy alguacila jubilada, emitiendo un pregón desde el Ayuntamiento por el que se anuncia la sesión circense.
-D. José Antonio (antiguo párroco), pasa por la calle donde se está filmando.