Últimamente, con buena costumbre y criterio, se reúnen y celebran durante un día, todos que habiendo nacido en el pueblo cumplieron 50 años de edad. Dicha celebración consta de una misa y más tarde todos se reúnen alrededor de una mesa.
Eloy Pérez, uno de los homenajeados en la celebración del año 1998, durante la citada comida sorprende a todos, haciendo gala de sus buenas cualidades poéticas, con la poesía siguiente. En ella, con la buena sensibilidad que le caracteriza, relata las vicisitudes, alegrías, costumbres y vivencias de ese San Román entre 1948-1998. “San Román en el tiempo” agradece y se enriquece con esta colaboración.
. "Cuando éramos niños veíamos muy elegantes a los mozalbetes peinados a "SOFOCO".
Eloy Pérez, uno de los homenajeados en la celebración del año 1998, durante la citada comida sorprende a todos, haciendo gala de sus buenas cualidades poéticas, con la poesía siguiente. En ella, con la buena sensibilidad que le caracteriza, relata las vicisitudes, alegrías, costumbres y vivencias de ese San Román entre 1948-1998. “San Román en el tiempo” agradece y se enriquece con esta colaboración.
1._POESÍA DE SAN ROMÁN
QUINTOS 1948 -1998.
COSTUMBRES Y AFANES 50 AÑOS
Al final de los cuarenta
de este siglo que se va
este grupo de personas
nacimos en San Román.
Años duros para nacer
de hambre y privaciones
fuimos saliendo adelante
con muchas limitaciones.
El siglo iba avanzando
muchos cambios conocimos
por eso nunca olvidamos
el pueblo donde nacimos.
En los años de niñez
el pueblo se transformaba
vimos llegar un tractor¡
en él Radillo trillaba.
La llegada del tractor
puso en moda esta canción:
A lo loco, a lo loco;
hay que ver cómo trilla Radillo.
A lo loco, a lo loco;
hay que ver cómo mueve los trillos.
A lo loco, a lo loco, a lo loco;
A lo loco se trilla mejor.
Un canal se construía
a marchas aceleradas
dando trabajo a destajo
a todas estas comarcas.
Este pueblo castellano
subsistía con ardor
oficios varios tenía
aparte de labrador.
“Cuadrillas” de segadores
vimos salir a segar,
con el burro y aguaderas
y por supuesto el rapaz.
A las dos de la mañana
ya iban carros a acarrear
para transportar la mies
que luego se ha de trillar.
Oficios duros había
que les vamos a contar
en las viñas el peor
era el ir a sobacar.
En el monte los cisqueros
trabajaban sin descanso
olivando las encinas,
cavando el monte bajo.
Los uveros y hortelanos
en burros con canastillos
pregonaban en Pedrosa
las lechugas y el albillo.
Había ganadería
dando trabajo al pastor
y en los meses de verano
también al esquilador.
Industrias también había
sastres, cesteros, herreros,
la fábrica del aguardiente
y también zapateros.
Hubo varios panaderos
que nos amasaban la harina
que antes habían obtenido
en los molinos que había.
Los músicos alegraban
todas fiestas de guardar
los novillos en San Roque
y los días de carnaval.
Los adobes de las eras
hechos con aire gentil
servían para dar trabajo
al muy sufrido albañil.
Existía un tejar
en la cuesta las bodegas
y de recuerdo quedaron
varias casas solariegas.
Eran pura artesanía
los carros y los aperos
que construían con sus manos
los artistas carpinteros.
Los hábiles carniceros
que dio este hermoso lugar
ofertaban de menú ...
hoy oveja pa comer, oveja para cenar.
Los chicos aquí crecían
con alegría y contentos
tenían de educadores
al cura y los maestros.
En las tiendas, comerciantes
en los bares, camareros
y vísperas de San Roque
salían los colchoneros.
Muy cerca de las bodegas
antes de ver las tinajas
había un triste negrillo
del cual caían navajas.
Los sábados por la tarde
el barbero se mudaba
visitando a sus clientes
que con esmero afeitaba.
y ésta es la historia señores
de un pueblo trabajador
que fue quedando vacío
por culpa de la emigración.
Cerramos pues estos versos
con pena y con alegría
sigamos recordando
el resto de nuestros días.
Ah, que se nos olvidaba .
tenemos cincuenta ya;
dentro de otros cincuenta
volveremos a invitar.
ELOY PEREZ
QUINTOS 1948 -1998.
COSTUMBRES Y AFANES 50 AÑOS
Al final de los cuarenta
de este siglo que se va
este grupo de personas
nacimos en San Román.
Años duros para nacer
de hambre y privaciones
fuimos saliendo adelante
con muchas limitaciones.
El siglo iba avanzando
muchos cambios conocimos
por eso nunca olvidamos
el pueblo donde nacimos.
En los años de niñez
el pueblo se transformaba
vimos llegar un tractor¡
en él Radillo trillaba.
La llegada del tractor
puso en moda esta canción:
A lo loco, a lo loco;
hay que ver cómo trilla Radillo.
A lo loco, a lo loco;
hay que ver cómo mueve los trillos.
A lo loco, a lo loco, a lo loco;
A lo loco se trilla mejor.
Un canal se construía
a marchas aceleradas
dando trabajo a destajo
a todas estas comarcas.
Este pueblo castellano
subsistía con ardor
oficios varios tenía
aparte de labrador.
“Cuadrillas” de segadores
vimos salir a segar,
con el burro y aguaderas
y por supuesto el rapaz.
A las dos de la mañana
ya iban carros a acarrear
para transportar la mies
que luego se ha de trillar.
Oficios duros había
que les vamos a contar
en las viñas el peor
era el ir a sobacar.
En el monte los cisqueros
trabajaban sin descanso
olivando las encinas,
cavando el monte bajo.
Los uveros y hortelanos
en burros con canastillos
pregonaban en Pedrosa
las lechugas y el albillo.
Había ganadería
dando trabajo al pastor
y en los meses de verano
también al esquilador.
Industrias también había
sastres, cesteros, herreros,
la fábrica del aguardiente
y también zapateros.
Hubo varios panaderos
que nos amasaban la harina
que antes habían obtenido
en los molinos que había.
Los músicos alegraban
todas fiestas de guardar
los novillos en San Roque
y los días de carnaval.
Los adobes de las eras
hechos con aire gentil
servían para dar trabajo
al muy sufrido albañil.
Existía un tejar
en la cuesta las bodegas
y de recuerdo quedaron
varias casas solariegas.
Eran pura artesanía
los carros y los aperos
que construían con sus manos
los artistas carpinteros.
Los hábiles carniceros
que dio este hermoso lugar
ofertaban de menú ...
hoy oveja pa comer, oveja para cenar.
Los chicos aquí crecían
con alegría y contentos
tenían de educadores
al cura y los maestros.
En las tiendas, comerciantes
en los bares, camareros
y vísperas de San Roque
salían los colchoneros.
Muy cerca de las bodegas
antes de ver las tinajas
había un triste negrillo
del cual caían navajas.
Los sábados por la tarde
el barbero se mudaba
visitando a sus clientes
que con esmero afeitaba.
y ésta es la historia señores
de un pueblo trabajador
que fue quedando vacío
por culpa de la emigración.
Cerramos pues estos versos
con pena y con alegría
sigamos recordando
el resto de nuestros días.
Ah, que se nos olvidaba .
tenemos cincuenta ya;
dentro de otros cincuenta
volveremos a invitar.
ELOY PEREZ
. "Cuando éramos niños veíamos muy elegantes a los mozalbetes peinados a "SOFOCO".