Nuestro blog: “San Román de Hornija en el tiempo” trata de establecer nexo
o conexión del pasado con el presente a
través de testimonios, unas veces orales y otras veces escritos, aunque siempre tales testimonios se basan en el
“recuerdo” que une el pasado con el presente. Este el motivo principal del
estudio que hoy realizamos sobre “los recuerdos”. Los recuerdos no son la clave para el pasado, sino para el
futuro.
Recuerdos son las imágenes o conjunto de hechos o
situaciones pasadas que quedan en la mente. Un recuerdo es
la memoria que se hace de algo que ya ha pasado o de lo que ya se habló.
El recuerdo, por lo tanto, está asociado a una función cerebral (que resulta de las conexiones sinápticas
entre las neuronas) y una facultad
psíquica (la capacidad para retener el pasado).
Gracias a la capacidad para contemplar el pasado, el ser humano está en
condiciones de planificar el futuro. Los recuerdos pueden estar vinculados
a la memoria a corto plazo o
a la memoria a largo plazo.
Cuando una persona tiene problemas para conservar los recuerdos,
se dice que sufre de alteraciones en la memoria. La ausencia de recuerdos, ya
sea temporal, permanente, parcial o total, recibe el nombre de “amnesia”.
De la misma manera, no podemos pasar por alto otra enfermedad que está muy
asociada a los recuerdos. Se trata del “Alzheimer”, una patología
neurodegenerativa que hace que las personas que la padecen vayan perdiendo la
memoria, debido a que las células nerviosas se van muriendo y, por tanto, se
produce lo que sería la atrofia de determinadas partes del cerebro. Así,
quienes tienen esta enfermedad no consiguen recordar cosas de su vida, no son
capaces de reconocer a sus familiares, se encuentran con el hecho de que no
saben realizar tareas del día a día que antes de estar enfermos sí hacían.
Podíamos decir que esta es la peor enfermedad de los mayores.
El ser humano, desde que cumple los 3 primeros años va grabando o
recopilando las imágenes o hechos (recuerdos) que le proporciona el entorno donde
vive; de 1 a 3 años graba imágenes muy difusas que pertenecen a la etapa
llamada “amnesia infantil”. Al parecer los
recuerdos más persistentes no son los producidos hace menos tiempo, sino los
vividos con mayor intensidad emocional. Los acontecimientos emocionalmente
perturbadores como un accidente, una agresión o la muerte de un ser querido se
imprimen en la memoria con un impacto superior a la de hechos cotidianos.
Los recuerdos pueden ser buenos o malos. La vida del ser humano encierra
momentos no deseados pero que irremediablemente tienen que existir, como el
fallecimiento de un familiar, momentos que podíamos encuadrarlo dentro de malos
recuerdos, aunque entrañables recuerdos; otras veces disfrutamos momentos de
felicidad que enmarcamos dentro de los buenos recuerdos, ejemplo: el día de
nuestra boda, el nacimiento de un hijo, etc. En una palabra que no podemos
evadirnos de los malos recuerdos que nos impactan y sellan nuestra personalidad,
Si el hombre sólo tuviera buenos recuerdos gozaría de una felicidad absoluta y
eso es imposible.
Otras veces nuestros
comportamientos o actitudes realizados con ligereza nos han traído, como
consecuencia, malos recuerdos de los que no podemos evadirnos y que quisiéramos
olvidar. ¿Quién no tiene, a su pesar, como imperfectos que somos, malos
recuerdos de aquellas actitudes o comportamientos que nunca debimos realizar y
que siempre hemos lamentado que ocurrieran? Sin embargo, tales fracasos, nos han
servido para rectificar y no volver a caer en dichos errores. A veces, nos
acordamos de una mala experiencia y a pesar de ello recordamos también la parte
buena y minimizamos los malos momentos. Nuestro cerebro intenta protegernos
para que seamos más felices. La naturaleza es sabia.
El recuerdo, es la
capacidad del ser humano para contemplar el pasado. Los recuerdos que
provocaron alguna emoción influyen en la personalidad y perduran nítidamente en
nuestra memoria durante mucho más tiempo. Por eso son las emociones las que
estructuran nuestra memoria, seleccionando recuerdos y dándoles forma.
Los recuerdos no solo surgen en el presente, sino que
también son vividos en él. En el momento que aparece un recuerdo, ya no existe
en el pasado, sino que se convierte en una parte de nuestras vivencias
actuales. El recuerdo es el lugar en el que se encuentran el pasado y el
presente.
Si se borraran los
recuerdos de nuestra vida, perderíamos una gran parte de lo que somos, y al fin
y al cabo, es más importante que el lugar donde estamos, el camino que
recorrimos para llegar. “El recuerdo en todo ser humano es su literatura
privada”
Este blog: "San Román
de Hornija en el tiempo", como reza en nuestros objetivos situados en la
cabecera de la página de inicio: “Trata de recopilar vivencias, cultura y
anécdotas relacionadas con nuestro pueblo”. En
esta recopilación un factor muy influyente es el recuerdo del ser humano Todos
sabemos que muchos recuerdos de nuestros mayores, ya fallecidos, y relacionados
con nuestro pueblo, fueron llevados con ellos a su tumba provocando su total
desaparición y olvido; es por lo que siempre me he ofrecido a dejar constancia
en este blog, “de todos”, del que me
considero un moderador o gestor, de tales vivencias o hechos antes que se
pierdan. Sigo ofertando y animando, como muchas veces lo he hecho, toda
colaboración para la consecución de los objetivos ya mencionados. Este blog
está al alcance de todos para su lectura o impresión a papel de toda la
información que se ha publicado, hasta ahora en sus 86 artículos de contenido,
al día de hoy. Sé que hay gente de nuestro pueblo, a las que respeto,
poseedores de vivencias y recuerdos relacionados con nuestro pueblo, que prefieren
no compartirlas con los demás. Desde aquí les vuelvo a animar y pedir
colaboración por el bien de la historia de nuestro pueblo. Dichas historia, así
como las vivencias, estamos obligados a transmitirlas, con los mejores
recuerdos, a futuras generaciones.