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jueves, 15 de junio de 2023

El cierre de las tiendas del mundo rural.

 

La carencia comercial



El cierre de tiendas en los pueblos puede tener un impacto negativo en la calidad de vida de las personas que allí viven. especialmente para aquellos que no tienen acceso a un medio de transporte confiable, así como, pueden tener dificultades para acceder a alimentos frescos y de calidad,

Para abordar este problema, algunas iniciativas han surgido en España. Por ejemplo, algunos gobiernos locales han implantado políticas para atraer a pequeñas empresas y emprendedores a las áreas rurales, y algunas empresas han comenzado a ofrecer servicios de entrega a domicilio para los residentes rurales. También hay organizaciones que trabajan para promover el consumo de productos locales y de temporada, lo que puede ayudar a apoyar a los pequeños comerciantes locales.

El cierre de tiendas en la España vaciada tiene implicaciones tanto económicas como sociales. Económicamente, puede tener efecto en la pérdida de empleos y en la disminución de los ingresos de las comunidades rurales, lo que a su vez puede tener un impacto negativo en la calidad de vida de los residentes y en la sostenibilidad económica de la zona. Socialmente, puede contribuir a la despoblación de las áreas rurales. Desde la popularización del automóvil, la gente del mundo rural se acercaba con más asiduidad a los supermercados de la gran ciudad, buscando ofertas o precios  más económicos y, como consecuencia, esto fue otra de las causas del cierre de esas tiendas rurales. 

Mi pueblo, San Román de Hornija, también sufre esta carencia comercial. Últimamente había una tienda de comestibles y carnicería que regentaban el Sr. Marcelino y su esposa, pero desgraciadamente hemos quedado sin tienda de ninguna clase por cierre de sus propietarios. Llevamos, más de un año, sin tienda de alimentación y nadie proyecta abrirla.  Aún nos queda en el recuerdo las tiendas que existían en nuestro pueblo entre los años 1940 a 1970:

    Tiendas de comestibles regentadas por:

-       Sr. Melitón y la Sra. Brígida

-       Sr. Victorino Casas.

-       Sr. Eutiquio.

-   Más tarde abrieron otras dos, regentadas por dos hijos del Sr. Victorino Casas: La de Abel y, más tarde, la de Luis Casas.

 

Carnicerías y chacinerías: estas vendían carne de cerdo y de ovino, aunque en las fiestas vendían carne de vacuno. Las regentaban:

-       Sr. Sebastián Torres.

-     Honorino Torres, hijo del anterior, en el local adyacente a la tienda de comestibles del Sr. Melitón (su suegro).

-       Victorino Casas.

-       Gerardo Casas.

-       Hermanos Sanz (Telmo y Paco).

 

    Sin olvidarnos de las Huertas: Principalmente había 3 huertas que abastecían productos hortícolas al pueblo y a pueblos próximos,  que hoy han desaparecido:

   - La huerta de los Villares.

 - La huerta de las hermanas Aparicio y sus respectivos esposos: Jerónimo y Manolo.

   -  La huerta de los Mazas. Ésta se encontraba en un paraje próximo al río Bajoz, en su vertiente izquierda, algo más alejada del pueblo que las dos primeras. Las anteriores se encontraban prácticamente en el mismo casco urbano.

    Panaderías: Había 5 hornos de cocción del pan regentadas por: el  Sr. Gregorio, Sr. Cándido, Sra. Dominica, Sra. Teresa y la de la Sra.  Benedicta.

    También había una tienda de telas de Melitón Gómez (hijo), y otras ambulantes como la del Sr. Prili, que vendían determinados días de la semana de puerta en puerta.

     Concurrían en la plaza vendedores ambulantes que, tras el pregón del alguacil, exponían la mercancía en el suelo: loza, vasos, jarras de cristal, pucheros y cazuelas de barro o de porcelana. Casi todos admitían el trueque por hierro viejo.

     Deambulaban por las calles personas que iban de pueblo en pueblo a los que llamábamos "quinquilleros". Estos marginados arreglaban paraguas y estañaban objetos de porcelana o chapa: cazuelas y pucheros, candiles, faroles, carburos, etc. Sin olvidarnos de las gitanas, que vendían, también por las calles, recipientes de mimbre: cestas, pereros etc., casi siempre cambiándolo por tocino u otra parte del cerdo, trueque que las permitía sobrevivir.

En conclusión, el cierre de tiendas en el mundo rural de España es un problema que requiere involucrar tanto a los gobiernos locales como a las empresas y organizaciones. Es importante trabajar juntos para apoyar a los pequeños comerciantes locales y garantizar que las comunidades rurales tengan acceso a los productos y servicios que necesitan para prosperar. Incluir políticas de apoyo a la economía rural, como incentivos fiscales para los pequeños negocios, inversión en infraestructuras y servicios básicos, así como promoción del turismo rural. Esto podría incluir la mejora de las carreteras y los servicios de transporte público, el acceso a internet de alta velocidad y la mejora de los servicios de atención médica y educación.



Antigua tienda de la Sra. Brígida con su familia (1955)


miércoles, 15 de marzo de 2023

La epidemia silenciosa de la soledad

 

 

La soledad no deseada

 

    No es lo mismo la soledad deseada por nosotros mismos, que la soledad que las circunstancias de la vida y la sociedad nos impone. Esa soledad elegida resulta enriquecedora y favorable para nuestro desarrollo personal, para meditar, en silencio, sobre nuestros comportamientos con los demás, así como las decisiones a tomar.

       Hoy, vamos a tratar de esa soledad no elegida por nosotros que la edad y la sociedad nos la impone irremediablemente. Esta soledad impuesta es considerada y denominada como “La epidemia del siglo XXI”, En cualquier caso y situación, la soledad no deseada tiene graves consecuencias para la salud. Además de afectar al bienestar psicológico de las personas, se asocia con peores niveles de salud, tanto física como mental, y mayor riesgo de mortalidad, lo que, en las etapas finales de vida, implica una peor calidad de vida, haciendo mella en la gente mayor, entre los que me incluyo.

Este fenómeno creciente en esta época está provocado, sobre todo, por el aumento de hogares unipersonales y nuevos tipos de familias, pero nunca es por una sola causa y por eso intervienen otra serie de circunstancias como pueden ser el descenso de la natalidad, la tendencia a relaciones personales cada vez menos duraderas, matrimonios rotos, el paro o la precariedad en el empleo y hasta la frenética vida en las grandes ciudades. El declive de la familia, auténtica unidad esencial de la sociedad, tiene mucho que ver con la epidemia de la soledad. Cada vez hay más divorcios, familias desestructuradas, cuyo final pasa a convertirse en hogares unipersonales.

  La soledad no deseada ya era un tema recurrente en los medios de comunicación, y de forma diaria, muchos de los artículos consultados reflejan, además, el impacto que ha tenido la pandemia del COVID-19 en este terreno, que ha puesto de manifiesto la vulnerabilidad de las personas mayores. Precisamente, para mantenerlas a salvo, se las aisló y privó de la compañía, del contacto con otras personas, de socializar… Nuestra cultura se rige por la convivencia física, y la carencia de esta se ha convertido en un aumento del riesgo.

   Para hacer frente a este problema sería necesario buscar soluciones por parte de instituciones públicas, ya sea a base de psicólogos que reconforten tales sentimientos etc. Hay países en que los gobiernos de turno, como el caso de Reino Unido que, preocupados por tal epidemia, han establecido o creado un ministerio de “Soledad y Familia”. La sociedad actual está marcada por las nuevas tecnologías, que, a veces, nos aíslan, y los individualismos deben virar hacia el cuidado a los demás. Hay que concienciar e involucrar al resto de la sociedad, incluyendo a los convecinos de su entorno. Atajar el problema es una responsabilidad conjunta. El resto de las personas también tenemos que ser un poco responsables de esta soledad que sufren muchos ancianos, a los que, a veces, marginamos por razón de su avanzada edad.

 ¿Qué podemos hacer ante la soledad rural?

      Hay muchas y diversas actuaciones que pueden realizarse para prevenir y reducir los sentimientos de soledad en el ámbito rural. Por un lado, estarían todas las actuaciones que podríamos englobar en la prevención de la despoblación de zonas rurales (políticas, de empleo, mejorar la fiscalidad, accesibilidad, transporte y conectividad), sin personas disponibles físicamente es muy complicado establecer o crear relaciones,  fomentar el asociacionismo y aumentar los recursos comunitarios que favorezcan el encuentro y la participación social (clubs sociales, comercios, zonas de recreo, etc.). Los bares en el mundo rural, aunque no todos los pueblos tienen, son los lugares de contacto, ocio y convivencia de la mayoría de sus habitantes. Allí, aparte de tomar un vino, cerveza, café o refresco, también se juega a las cartas (tute, mus etc.) A la hora de emprender una partida de cartas no se debe marginar a los ancianos, que acudan allí, aunque manifiesten pequeñas limitaciones en su mente. No ignorarlos, participando y compartiendo con ellos esos juegos lúdicos. Creo que una actitud de rechazo fomenta el aislamiento, la frustración y a la postre la soledad de ellos.

 El miedo a la soledad:

Todo el mundo tiene miedos, y es importante tenerlos, a medida que crecemos nuestros temores cambian y el miedo a la soledad que siente un adulto es el miedo al abandono que siente un niño, en diferentes escalas, pero en los dos casos tiene que ver con una angustia provocada por algo imaginario. Si no aprendemos a controlar ese miedo, lo hacemos nuestro, nos invade, y ello trae tristeza, depresión, baja autoestima, desmotivación, incertidumbre y ansiedad, que influye en nuestro día a día, nos frena en la toma de decisiones y en el disfrute de pequeños placeres, nos distorsiona creándonos un constante y perdurable malestar.


domingo, 15 de enero de 2023

De los anteriores asilos a las actuales residencias geriátricas

 

Asilos y residencias


Antes, las personas mayores envejecían en sus casas cuidadas por sus hijos. Siempre eran las mujeres las que afrontaban esos cometidos. La sociedad daba a las mujeres en exclusividad las siguientes tareas: el cuidado y limpieza de la casa, confeccionar ropa, el cuidado, en el mundo rural, de los animales domésticos que allí convivían y atender y cuidar de los ascendientes mayores de una y otra parte ¡Como si los hombres no tuvieran manos y sentimientos para tal actividad! Llevaban éstas en el reverso del carnet de identidad las siglas S.L. que las marcaba a sus labores, labores muy amplias como atributo de su condición femenina. Deberes que la costumbre y la sesgada educación imperante les imponían. Sus Labores que en sentido más amplio y sincero debería haber dicho: sus multilabores.

       En aquellos tiempos había centros benéficos llamados asilos para acoger a pobres de solemnidad, así como aquellos mayores que no tenían familia, o si la tenían no querían saber nada de ellos. Si unos hijos optaban por ingresar en tales instituciones a sus padres, la sociedad les tachaba de malos hijos por abandono de sus ascendientes en esa última etapa.

Los tiempos, afortunadamente, han cambiado. ya la mujer no tiene por exclusividad S.L. ya que desempeña un puesto de trabajo en esta sociedad igual que el hombre.

Ahora que la mujer ha entrado en el campo laboral, los trabajos domésticos han dejado de ser exclusividad de ella, repartiéndose con cierta equidad por ambos partes. El problema se presenta cuando uno de los ascendientes que, por razón de su edad, no es autosuficiente y requiere cuidados intensivos durante todo el día. Al trabajar marido y mujer fuera del hogar no le pueden atender, ni tampoco su economía les permite contratar asalariados para tal cometido. Esta es la causa principal del nacimiento de otros internamientos para nuestros mayores, que ahora llamamos Residencias. La palabra suena mejor que asilo, y esta sociedad, tan hipócrita y crítica en épocas anteriores, aprueba y asimila tal novedad.

Hemos de resaltar otra opción, que es mantener a los mayores en su hábitat natural, es decir en su domicilio bajo la tutela y ayuda de cuidadoras. Un considerable número de cuidadoras, casi todas inmigrantes, han encontrado trabajo atendiendo a personas mayores, personal español raramente se encuentra para ello; es por lo que los gobiernos de turno deberían premiar a tales cuidadoras con la concesión inmediata de la nacionalidad española, dada la dura tarea que desempeñan velando por nuestros mayores.

Las buenas residencias de mayores ofrecen ciertos atractivos a los residentes como: atención médica personalizada, envejecimiento activo, cuidado personal, entornos seguros, mejora de las relaciones sociales, alimentación adecuada, control de la medicación, prevención de enfermedades patológicas etc. Creo que todo es interesante, aunque dichas residencias carecen de esa sustitución del entorno familiar y afectivo que antes gozaba el actual residente.

martes, 15 de noviembre de 2022

La vejez que nos toca vivir

 

Hablemos de la vejez


Nos preocupa esa etapa de la vida llamada vejez, en la que estamos inmersos una buena parte de ciudadanos, entre los que me incluyo. Por otra parte, hemos sido más afortunados que esos otros amigos y compañeros que conocimos y que no la han podrán disfrutar por haber quedado en ese camino que no pudieron recorrer. Sé que la longevidad del ser humano actual es mucho mayor que la correspondiente al siglo pasado; entre las causas principales podíamos señalar: los cuidados que, en la actualidad, la geriatría desarrolla en esta etapa llamada “vejez”, otra podría ser el desarrollo e implantación de las jubilaciones, que antes no existían, y cuando una persona dejaba de trabajar, por razón de su edad, se encontraba económicamente a merced de la ayuda o caridad que les ofrecieran sus hijos y nueras. En una palabra, la vejez ha mejorado en calidad de vida.,

       ¿Qué es la vejez?

La vejez es un proceso fisiológico común a todos los seres humanos, y en ella se producen cambios físicos, psicológicos y sociales. La sociedad considera que la vejez, o tercera edad, empieza a los 65 años. Es en este momento donde las personas sufren un punto de decadencia en sus vidas. Los cambios en la vejez no son iguales en todas las personas, y no todo el mundo se enfrenta de la misma manera a ellos. Hay mayores que disfrutan de una buena calidad de vida, y otras no, por no disponen, estos últimos, de una buena salud tanto física como mental para enfrentarse a esta nueva etapa.

Cada persona somos un mundo. Por ello, en función de las capacidades y experiencias de vida de cada uno, se desarrollan unos cambios u otros. Esta etapa está caracterizada por ser el momento donde llega la jubilación, o ser abuelo, que sigue a la etapa de la madurez.

La calidad de vida en la vejez es posible mejorarla pero requiere un pequeño esfuerzo por parte de los mayores. Es importante realizar una actividad física moderada, así como mental, para estimular y mantener activas dichas capacidades y así evitar un deterioro temprano.

Cuando llega esta etapa los cambios no se producen de golpe. El envejecimiento puede ser un proceso largo, y a medida que va avanzando se producen unos cambios u otros. Podemos considerar tres etapas de la vejez.

La prevejez que comprende desde los 55 a los 65 años. Los cambios aún son leves, pero las funciones ya pueden experimentar algunas alteraciones. Pueden aparecer cambios en el sueño, la digestión o la masa muscular. Asimismo, las mujeres experimentan cambios hormonales, como la llegada de la menopausia.

Vejez, propiamente dicha, creemos que esta segunda etapa comprende entre los 65 y los 79 años. En este momento los huesos empiezan a volverse más frágiles, se deteriora la capacidad de aprender y asimilar, los esfuerzos físicos cada vez cuestan más, y empiezan a aparecer problemas digestivos, auditivos o de visión, aunque aún se es capaz de llevar una vida “normal”, con o sin ayuda.

 

La ancianidad, creemos que esta última etapa da comienzo a los 80 años. Puede producirse pérdida ósea y muscular, por lo que la autonomía empieza a verse afectada. Así mismo, pueden aparecer patologías más graves, como el Alzheimer o el ictus. En este momento, la integración y la capacidad de mantener las relaciones sociales es muy importante. Esto ayuda a evitar el aislamiento y la soledad, mejorando la autoestima de la persona.

Cuidados en la vejez

Para llegar sanos a la vejez y poder disfrutar de la tercera edad, es necesario impulsar y fomentar un envejecimiento activo, así como llevar una vida sana y equilibrada. Los cuidados en la vejez dependen de cada persona. No obstante, existen unas pautas que pueden ayudar a mantener un buen estado de salud: 

Buena alimentación

Llevar una dieta equilibrada es muy importante. Se deben evitar las grasas y el azúcar y aumentar las raciones de frutas y verduras, así como beber suficiente agua para mantener hidratado el cuerpo y la piel.

Actividad física moderada

Realizar ejercicio físico es muy importante para mantener activo y saludable el cuerpo. Es cierto que en la vejez el ejercicio físico cada vez cuesta más, pero los paseos diarios son una buena manera de mantenerse activo.

Revisiones médicas

Cuidar de la salud es esencial para mantenerse joven. Realizarse chequeos habitualmente es muy importante, de cara a prevenir enfermedades que puedan aparecer en un futuro.

Cuidado del cuerpo

Verse bien, cuidado y aseado es muy importante para el bienestar del mayor. Cuidarse la piel, el pelo o acudir al podólogo son algunas de las actividades que el mayor puede realizar para un buen envejecimiento activo.

Cuidado de la mente

Igual que se debe mantener activo el cuerpo, es necesario mantener activa la mente. A través de diferentes actividades, como la lectura, la escritura, etc., el mayor puede desarrollar y mantener unas buenas capacidades mentales que ayuden en la prevención de posibles demencias.

Participación social

Para una buena salud mental, es importante relacionarse con amigos, familia, antiguos compañeros de trabajo, etc. Esto ayudará a mantener una actitud activa y positiva ante la vida, además ayuda a evitar la soledad.

Evitar malos hábitos

Es necesario evitar el tabaco y el consumo abusivo de alcohol, así como otras drogas, si se quiere llevar un buen envejecimiento activo y mantenerse sano. 

Adaptar la casa

En la tercera edad pueden producirse problemas de movilidad por lo que es necesario adaptar los baños, las escaleras y todo aquello que pueda suponer un problema. Además, esto ayudará a mantener la independencia del mayor durante más tiempo.

Aceptar y aprender del envejecimiento 

Aceptar el envejecimiento ayuda a disfrutar más de esta etapa. Ayudar al mayor a entender las limitaciones, dándole herramientas para disfrutar. La vejez es solo una etapa más, por lo que hay muchas actividades y planes para disfrutar, solo o en compañía.

Por último, ha revolucionado un sector de las ciencia sobre la posibilidad de transformar células adultas a otras de etapas anteriores y tempranas; no obstante, esos mismos científicos avisan de que nunca seremos inmortales, el objetivo es alargar la calidad de vida..



Cuidados geriátricos

Evolución de la vida



miércoles, 15 de junio de 2022

La visión órgano esencial del cuerpo humano



 Ver y no ver 



La gallinita ciega

  

Llegan hacia mí memoria pinceladas de aquel juego de mi niñez: “la gallinita ciega”. Consistía en que uno de los componentes del juego vendaba los ojos al que hacía de ciego. Se le tapaban los ojos con una bufanda u otra prenda que estuviera a nuestro alcance. El encargado de taparle le daba varias vueltas en todas las direcciones para despistarlo.  El invidente, para liberarse intentaba tocar a alguno del corro y ceder la venda al tocado. Estos procuraban esquivarlo. El pintor Francisco de Goya inmortalizó en una de sus cuadros el juego de “La gallinita ciega”

Un amigo y yo, de niños, nos montábamos en un burro. Uno iba delante conduciendo el animal y el otro iba, con los ojos tapados, detrás de la albarda.  Dábamos varias vueltas por el pueblo y, al final de cada trayecto, el que no podía ver tenía que averiguar en qué lugar nos encontrábamos.

Dos niños, sentados una frente al otro y ambos vendados sus ojos intentan darse de comer, el uno al otro, galletas remojadas en chocolate. La juerga y risas era excitante para la concurrencia.

Otro juego consistía, con los ojos tapados, en averiguar mediante el tacto de qué objeto o persona se trataba. O también reconocer, sólo por la voz, las personas que la emiten.

Había más juegos en los que la privación de la visión era el elemento determinante. Producían risa algunos, sorpresa otros y siempre ayudaban a valorar la importancia de la visión como elemento identificativo, así como revelar el desarrollo de la función de los otros sentidos en ausencia de esta. La complacencia mayor se producía cuando, despojados de la venda, se volvía a ver.

Para valorar mejor lo que es vivir sin este sentido basta con cerrar los ojos e intentar hacer los hábitos cotidianos diarios: movernos por casa, elegir la ropa que nos vamos a poner, encontrar los interruptores que usamos a diario o hacerte el desayuno. Es una manera de valorar las dificultades con las que se encuentran cada día los ciegos y la meritoria labor de organizaciones como la ONCE. 


Por los demás sentidos percibimos las distintas sensaciones que necesita el ser humano. Así, por el tacto percibimos: la dureza y forma de los objetos, las caricias, la temperatura que nos rodea, el viento fresco o cálido.  Por el olfato distinguimos los olores y aromas. Por medio de los oídos distinguimos las voces de familiares y amigos y el tono con el que nos hablan. Por el del gusto percibimos los distintos sabores que encierran los alimentos, así podemos distinguir los siguientes sabores: dulce, salado, amargo, acido, picante y estos tres últimos descubiertos recientemente: astringente, adiposo y umami; pero ninguno es tan importante como el de la vista.

El pasado doce de marzo se celebró el día del Glaucoma. Ocasión para concienciarnos de esta sombra silenciosa que va cerrando lentamente las cortinas a la luz. Afecta a más de un tres por ciento de la población y es, junto a la diabetes y la degeneración macular la principal causa de ceguera en España. Puede prevenirse el glaucoma, si se sabe que se padece, controlando la tensión ocular que es la causa que lo provoca. Su medición es indolora y rápida y así se evitan sorpresas desagradables ya que el tiempo corre en contra. La diabetes, o azúcar en nuestra sangre, se corrige con una alimentación adecuada. No así, la degeneración macular, que si es húmeda o sangrante es irreversible y ocasiona gran pérdida de visión en el ojo afectado.

jueves, 14 de abril de 2022

La violación de las leyes internacionales sobre fronteras

 

 La insensatez de un mandatario poderoso


Para recordar lo insignificantes que somos nada mejor que mirar al cielo en una noche estrellada. Es una buena terapia para doblegar soberbias y achicar orgullos, reconsiderar el valor que le damos a ciertas cosas y hacernos preguntas del por qué esta agresividad que manifestamos hacia nuestros semejantes aquí en nuestro planeta Tierra.

Nuestro sistema solar está en un brazo de la espiral de la Vía Láctea. Para llegar a la estrella más cercana, aparte del sol, tardaríamos más de cuatro años viajando a 300.000 kilómetros por segundo; en una palabra, distancias o magnitudes astronómicas.

La Vía Láctea tiene un diámetro de cerca de 200 mil años luz y consta de entre 200 y 400 mil millones de estrellas. Hay tantas galaxias que aún no se sabe su número con exactitud. Los últimos estudios calculan que puede haber más de dos billones. Tampoco podemos saber si existe vida en alguna que otra de esas galaxias, a esa luz que generan, fuente de vida, solo les hace falta oxígeno para que haya vida en otra de las tantas galaxias. ¿Por qué nuestro planeta, enclavado en la galaxia solar, solamente iba a ser el privilegiado de vida humana dentro del infinito universo galáctico?

El grandioso espectáculo del cielo nocturno solo es posible contemplarlo si nos alejamos de la bóveda o cielo de luces artificiales que envuelve a las ciudades.             

Recuerdo que, hace ya bastantes años, cuando yo era un mozalbete, en verano y en la época de aventar los cereales en la era, una vez trillados, era costumbre custodiar ese grano por la noche para evitar su robo. Los jóvenes, después de cenar, y con manta al hombro realizábamos el cometido de dormir al raso y próximos al muelo esas noches, como allí se decía “de limpia”. Aún recuerdo la ilusión que me hizo la primera vez que dormí en la era al raso, dicho cometido legitimaba que ya era mayor. Me gustaba mirar al cielo, una vez tumbado boca arriba, y distinguir el paso de los aviones con sus luces intermitentes y los satélites artificiales que daban vueltas alrededor de la tierra.  Pero lo que más me asombraba era contemplar la Vía Láctea, el camino de Santiago, impresionante franja con su acumulación de estrellas de distintas intensidades.  Su brillo llegaba hasta mi tras un viaje de millones de años, teniendo en cuenta que la luz viaja a una velocidad de 300.000 km por segundo.

De las constelaciones solo distinguía entonces al “carro mayor” y el “carro menor”, que era como llamábamos a la Osa Mayor y la Menor. Mi imaginación formaba otras figuras enlazando otros puntos luminosos.

Ya cerca del amanecer, después de un sueño ligero, comprobaba que las posiciones de las estrellas había cambiado. “El viento de la noche gira en el cielo y entona una armonía constante de esos viajes silenciosos.

El universo, con los únicos límites que imponen el tiempo y el espacio, sigue su evolución por los siglos de los siglos. Los humanos en este rincón minúsculo, nos revolvemos en el barrizal de nuestras miserias. Delimitamos la tierra y los mares a base de guerras. Las fronteras están acotadas con la sangre de quienes las defendieron o atacaron y ocuparon por la fuerza, así como la de los que intentan escapar de ellas por causa de las guerras. ¿Cómo es posible que en pleno siglo XXI pueda haber países que con su potencial bélico traten de ocupar y apoderarse de otros países limítrofes y más débiles, a través de guerras?

Viene esto a cuento de la guerra de Ucrania. En pleno siglo XXI, el mandatario actual de Rusia llamado Vladimir Putin, poderoso en armamento y de nuestra minúscula galaxia, considerándose el rey del universo viola todas las leyes internacionales sobre fronteras y ocupa atacando a un país limítrofe llamado Ucrania con afán de imperialismo. Justifica tal acción con el objetivo de no dejar asociarse a Ucrania al tratado del Atlántico Norte, llamada OTAN. Desconocemos el alcance que tendrá esta insensatez y locura de dicho mandatario. Las consecuencias son impredecibles: muerte de seres humanos, arrasamiento de edificios, huida de millones de refugiados por tal horror a otras naciones europeas, abandonando sus tierras, casas, familias etc. Atacando personal civil, así como centros sanitarios, viviendas, centros escolares, y violando masivamente los derechos humanos. El temor, aun peor, es que este loco mandatario emplee armas nucleares, que posee, afectando con su poder mortífero a gran parte de Europa.

Las guerras son un sinsentido, un crimen contra la humanidad, un drama y una prueba más de que aún no hemos salido de la prehistoria.