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viernes, 21 de febrero de 2014

Personajes Ilustres - 3 - D. Bernardo Barbajero Deán de la Catedral de Madrid





D. Bernardo Barbajero García



    Hace tiempo que deseaba publicar un artículo sobre este personaje tan carismático, altruista y gran benefactor, ya que siempre hemos sabido que la Escuela Católicas de nuestro pueblo fueron costeadas por nuestro paisano, Deán de la Catedral de Madrid, Diócesis Madrid-Alcalá; sin embargo desconocíamos los demás datos biográficos de su vida.

    Hemos podido recopilar algo, en nuestro afán de investigación, en los archivos que la Iglesia posee en Madrid: Archivo Diocesano Histórico, situado en la calle de la Pasa,3, y archivo de la actual Catedral de “la Almudena”. La Colegiata de San Isidro, sita en Calle de Toledo, 37, (única Catedral que existía en aquella época, lugar donde regentó los oficios de Deán), no posee archivos de personal.
    Para incrementar datos sobre su vida hemos rastreado por internet en busca de hemerotecas y allí hemos encontrado algunos eventos, que reflejan algo del quehacer de este personaje tan ignorado para sus paisanos.


    El Dr. D. Bernardo Barbajero García, nace en San Román de Hornija el 3 de Febrero de 1843 y fallece en Madrid el 19 de Noviembre de 1927. Larga longevidad para esa época: 84 años.
Padres: Francisco Barbajero (1802-1856) y Joaquina García
Sus padres contraen matrimonio el año 1824.
Sus abuelos eran:
Maternos: Alonso García y Escolástica Ravancho.
Paternos: Ignacio Barbajero y Ana Villar.
 
    Tiene la familia Barbajero una gran atracción vocacional al sacerdocio: Nos constan los siguientes familiares eclesiásticos: Clemente, Joaquín, Justo, Antolín, Bernardo, Joaquín y Martín. Parece ser que esta continuidad es fruto de que los tíos, ya sacerdotes, eligen al sobrino con más valía y vocación para ofrecerle y costearle dichos estudios. Creemos que Bernardo tuvo la protección de su tío Joaquín, al que ya nos hemos referido en otro artículo y que fue obispo de León. Nos lo demuestra el inicio de sus estudios en el seminario de León.

Clérigos de la familia Barbajero, según su antigüedad:
 

Clemente Barbajero García (1784- ¿? ) - Hijo de: Gerónimo Barbajero y Rita García – Catedrático Universidad de Alcalá.
Joaquín Barbajero Villar (1792) – 1863) Hijo de: Ignacio Barbajero y Ana Villar – (Sobrino de Clemente) – Obispo de león
Justo Barbajero Villar (1811 – 1881) Hijo de: Ignacio Barbajero y Ana Villar – (Sobrino de Clemente y hermano de Joaquín) – Profesor Universidad de Alcalá y escritor. 
Antolín Barbajero Mozo (1834 - 1915) Hijo de: Luis Barbajero y Marciana Mozo. (Sobrino de Joaquín y Justo) - Maestrescuela de la Catedral de Toledo.
Bernardo Barbajero García ( 1843 – 1927) Hijo de: Francisco Barbajero y Joaquina García. (Sobrino de Joaquín y Justo) – Deán de la Catedral de Madrid. 
Joaquín Barbajero Gallego (1880 - 1962) Hijo de Antolín Barbajero y Juliana Gallego – (sobrino de Bernardo) – Sacerdote en Madrid y enterrado en San Román donde pasó sus últimos años.
Martín del Palacio Barbajero (1924-1962) Hijo de Martín del Palacio y Juana Barbajero. (Sobrino del anterior Joaquín) – Dr. en Teología por la Universidad Gregoriana de Roma - Regento su corta vida sacerdotal en Zamora y está enterrado en San Román. Con él se termina la vocación sacerdotal de esta familia

Comenzamos a dar testimonio de algunas pinceladas de la vida de D. Bernardo Barbajero:
 

1._ Obtenidas de Archivos religiosos:

- ARCHIVO HISTÓRICO DIOCESANO:
Nombramientos y cargos:
- Ordenado sacerdote el 15 de Junio de 1867
- Estudiante de Derecho y Teología en la universidad de Alcalá.
- Párroco de la Iglesia de Santiago de Madrid, que regenta durante 14 años.
- Arcipreste de la Catedral de Madrid.
- Deán de la Catedral de Madrid. Desde el 11 de Febrero de 2011 hasta su fallecimiento el 19 de noviembre de 1927
- Cargos relativos a su cargo Deán: Consejero de Administración diocesana y Presidente de Reparación de Templos. No podemos constatar el cargo de confesor de la reina, que apareció recientemente en otra publicación, nuestros datos no pueden dar fe de tal cargo.






 Petición al Sr. Obispo, como Arcipreste, de la toma de posesión del cargo de Deán:

  

   Confirmación del Sr Obispo del cargo de Deán





    El 7 de Junio de 1909. Se le comunica del Ministerio de Estado Eclesiástico, el nombramiento a formar parte del tribunal para proveer una plaza de capellán de número de la Iglesia de Santiago y santa María de Montserrat en Roma.
 
 - MUSEO DE LA CATEDRAL DE LA ALMUDENA:
 

    He de agradecer al sacerdote: D. Jesús Junquera Prats, encargado del Templo y Conservador del Patrimonio Artístico, por las atenciones que tuvo conmigo, principalmente al regalarme un libro catálogo de la exposición de tesoros litúrgicos de la Catedral, de 377 páginas, muy bien encuadernado. Me cuenta este sacerdote entusiasta por los archivos, que dada la corta existencia de esta Catedral, hace gestiones para conseguir un auténtico archivo de personal, obteniendo documentos del Archivo Diocesano.
La sorpresa es que en el libro catálogo que me regala me señala la página 249, donde puedo comprobar un cáliz de oro y brillantes donado por Dª María Escuza y Olabarri a la santa Catedral de Madrid, por mediación del Dr. Bernardo Barbajero el año 1901, entonces Arcipreste. Imagen que insertamos a continuación:








2._ Obtenidas de hemerotecas:

    LA COLECCIÓN DE TESIS DOCTORALES DE DERECHO
EN LA UNIVERSIDAD CENTRAL: 1869-1883.
Barbajero y García, Bernardo. 10 de diciembre de 1872
Expediente académico de Bernardo Barbajero García, alumno de la Facultad de Derecho de la Universidad Central. Natural de San Román de Hornija (Valladolid). Doctor en Derecho Civil y Canónico.
    Tema de su tesis: Noticia histórica del Concilio de Trento. Principales reformas que introdujo en la disciplina de la Iglesia.
Sección de Derecho Civil y Canónico.

    27 de Diciembre de 1911 (ABC de Madrid)
   El pasado miércoles se verificó el reparto de prendas de abrigo entre los niños de ambos sexos de las Escuelas Católicas de la institución Viertola. El acto fue presidido por el Deán de la catedral de Madrid D. Bernardo Barbajero y por el consejero del Banco D. Eleuterio Adrada. Al finalizar el solemne acto, el niño José Villanueva dio las gracias en nombre de todos sus compañeros.

    16 de mayo de 1914 (ABC de Madrid)
    Ayer festividad de San Isidro se celebró en la catedral de Madrid solemne función religiosa, oficiando el obispo de Madrid-Alcalá y ocupando la sagrada cátedra el Deán e ilustre orador D. Bernardo Barbajero.

    4 de Junio de 1914 (ABC de Madrid)
  En el paseo de coches del Retiro se celebró ayer mañana la ceremonia de bendición de automóviles de los congregantes de San Cristóbal, patrón de los deportes, cuya festividad se celebraba. Después del oficio divino dio la bendición a los automóviles, más de 400, el deán de la Catedral, D. Bernardo Barbajero.

    24 de Junio de 1914 – (ABC Madrid)
    En el sudexpreso de esta noche sale para Paris y Roma el obispo Sr. Barrera. Durante la ausencia del señor obispo queda encargado del gobierno eclesiástico el deán de Madrid, señor Barbajero.

    8 de Septiembre de 1917 – (La Vanguardia de Barcelona)
    Muchos periódicos de Madrid han publicado estos días la noticia de que se ha terminado ya la testamentaría de D. Eduardo de Romaguera (q. e. p. d.) y que los señores obispos de Madrid, Barcelona y Buenos Aires han entrado en posesión de cantidades muy importantes que han de repartir, conforme á la voluntad del testador, en obras de beneficencia y enseñanza. Autorizados por el gobernador eclesiástico de esta diócesis, D. Bernardo Barbagero*, podemos asegurar á nuestros lectores que el señor obispo de Madrid-Alcalá tiene en esta testamentaría, además de su representación propia, la de los señores obispos de Barcelona y de Buenos Aires, y que siendo, por lo mismo, el que ha de percibir lo que se les" adjudique, aún no ha recibido más que algunos valores públicos, con cuyo importe ha atendido al pago de los derechos reales de esta partida y las de algunos legados hechos á entidades de esta diócesis que carecían de bienes para abonarlos, y que después lo reintegrarán, así como al pago del letrado.
    No es probable que, al menos por lo referente a los prelados, se termine la testamentaría de modo que llegue, en seguida á su poder lo que se les adjudique, ya por las varias incidencias que hay todavía pendientes, va porque la mayor parte de los bienes del finado son fincas que radican en diferentes naciones de Europa y América, ya también por la dificultad que, con motivo de la guerra europea, hay ahora para euajenar dichas fincas y trasladar á España su importe.

    28 de Marzo de 1917 - (ABC de Madrid)
    Mañana a las once de la mañana, tomará posesión de la diócesis el doctor D. Prudencio Melo, obispo preconizado de Madrid-Alcalá. Tomará posesión del cargo, en nombre del Sr. Melo, el Deán y gobernador eclesiástico Dr. D. Bernardo Barbajero, que para este acto ha sido nombrado procurador, con las facultades necesarias, por el obispo electo.
    7 de Febrero de 1919 - (ABC Madrid) 
    Debajo de una fotografía, de poca calidad, de las Escuelas Católicas de San Román, dice: UNA MEJORA IMPORTANTE: Edificio para Escuelas Católicas costeado por el Deán de la catedral de Madrid D. Bernardo Barbajero para el pueblo del Hornija – Valladolid (Foto Parra).
    D. Bernardo Barbajero se reserva el derecho del patronazgo de tal institución mientras viviese, con derecho a nombrar los maestros y solucionar las cuestiones que pudieran surgir, pasando después dicha delegación al Sr, obispo de Zamora D. Álvaro Ballano y a sus sucesores a esa diócesis. El nombre de tal institución es: "Escuelas Católicas Gratuitas"
    Tal patronazgo lleva el nombre de su fundador y éste erige en memoria de sus padres y tíos fray Clemente Barbajero, catedrático de la universidad de Alcalá de Henares, D. Joaquín Barbajero, obispo de León y D. Justo Barbajero, también catedrático de la universidad antes citada.






    17 de Noviembre de 1927 - (ABC de Madrid)
Ha sido viaticado el deán de la catedral de Madrid doctor don Bernardo Barbajero. Muy de veras suplicamos a nuestros lectores pidan a Dios Nuestro Señor por la salud de tan insigne enfermo.

    23 de Noviembre de 1927- (ABC de Madrid)
    EL DEAN DE MADRID
    La grave enfermedad que aquejaba al ilustre señor Don Bernardo Barbajero, deán de la S. I. C. de Madrid, y de la que oportunamente dimos cuenta a nuestros lectores, ha tenido un triste desenlacé.
El virtuoso sacerdote entregó su alma a Dios, después de haber recibido la: Extremaunción y la bendición de Su Santidad. Al acto del entierro asistió el Cabildo Catedral, presidido por el obispo de la diócesis, el clero de la parroquia a que pertenecía el finado, otros numerosos sacerdotes y seglares.
    Desde la casa mortuoria se trasladó el cadáver a la Santa Iglesia Catedral, en la que se rezó un responso, formándose después la comitiva que acompañó los restos mortales del deán hasta la Sacramental de San Justo, en donde fueron inhumados.
La muerte del señor Barbajero ha sido muy sentida en Madrid.
D. E. P.
 

Publicación bibliográfica del Dr. B. Barbajero:
Título:  La educación de los hijos por los padres
Autor: D. Bernardo Barbajero - Año 1912


 (*) Se observa que el apellido Barbajero aparece mayoritariamente con (j) pero otras, las menos, con (g).

miércoles, 7 de enero de 2009

Personajes Ilustres (2) - D. Aurelio Viñas Navarro

Personajes Ilustres.2 - D. Aurelio Viñas Navarro

Hoy recogemos, en “San Román de Hornija en el tiempo”, unos cuadernos de viaje que en 1989 escribió Bernardo Víctor Carande, visitando San Román en busca de testimonios de nuestro ilustre paisano: Aurelio Viñas Navarro, profesor de la Universidad de Valladolid y más tarde también profesor de la “Sorbona” de París. Es el eterno desconocido en San Román pero fue una gran figura de la Historia, Filosofía y de las letras. Escribió muchos libros entre los que destacamos: “Lecturas Históricas españolas” con su gran amigo Sánchez Albornoz. Hacemos compromiso de publicar aquí en su día su biografía. Agradecemos la colaboración de Manuel Torres que nos manda este artículo. Nos consta, que Manolo, como testimonio del amor que profesa a su pueblo, recopila todo que se publica de San Román y llega a sus manos. Ese cariño hacía su pueblo se acrecienta poniéndolo al alcance y compartiéndolo con los demás en este humilde “blog” ¡Gracias! ¡Ya no hay quien les olvide! 

BERNARDO VICTOR CARANDE A ellos (Aurelio Viñas, Blas Ramos Sobrino, Galo Sánchez..…), porque están olvidados, pasa el tiempo, y los que los pudieran recordar ya no existen. Un poco así como a sorprender este olvido he llegado hasta el Duero y he subido al Carrión, pues lo que queda, casi -pese a todos los desmanes, o pese a ellos- es el paisaje. Antes de comer en 4 Calzadas ya tarde -¿cuatro calzadas a dónde?- sobre la cresta de la meseta, tras Fresno Alhándiga y Beleña, despedí temprano, al salir de casa, al manquito matutino, al manquito jubilado que todas las mañanas sale a orearse de su pueblo, La Albuera, y se cruza conmigo. Hoy voy más lejos; "Subo a los orígenes. También crucé el Pantano de Alcántara sequísimo, y hasta estuve en Hervás. Las cosechadoras -estamos ya en mayo -descienden hacia el Sur. En Cuatro Calzadas, “Restaurant” hay mucha carne. El castellano se bajó de la cornisa, a donde lo replegaron los moros, hambriento. Todavía no ha empezado el viaje para mí. A la altura de Alaejos tomaré hacia Toro para llegar a San Román de Hornija. ¿Cómo será la patria de Aurelio Viñas? El no estará, pero ya estoy acostumbrado. Ni la bibliotecaria de Hervás (palentina ella) ni el delegado municipal de Cultura (que me pidió un original) estaban. Tampoco logro hablar por teléfono con el Archivo de Simancas, que Simancas está lejísimo... de Hervás, ni con el Bar Chinarro del muelle de Barcarrota. ¿A quién se le ocurre llamar por teléfono, éstos tiempos, de Extremadura a Extremadura? Hay paso, por el Duero, de Castronuño a San Román, me dicen en aquel pueblo que no engaña, primero -seguro- fue castro (romano, cartaginés, íbero, celta, hacia atrás...), por su situación estratégica, sobre el Duero aquí, en la curva amplia, majestuoso y plácido... y luego de Nuño, Don Nuño, el cristiano, felón o no. Que se dedicó, tras la reconquista precisa, a la vid. Es pueblo minado de bodegas que, como tantos de Castilla, se quedó sin viñas, «pero el vino se trae; lo que no se puede mudar es la bodega ...», me explica un amable interlocutor, regador él con manguera (y agua del padre Duero) de un mirador ajardinado sobre el acantilado fluvial. A la delantera de la iglesia de hoy, la que limpian las señoras del pueblo que el domingo hay comuniones, que ayer sólo era ermita. La iglesia -los datos tienen la misma procedencia- estaba donde la escuela (que tampoco es nueva, tiene por lo menos 40 años) pero la terminaron, por lo vieja que estaba, de derruir. «Si -me reconoce- se puede ir a San Román de Hornija (de donde también viene vino, que aún quedan viñas) por ahí -y me señala el puente de la presa- y por un camino, no bueno, pero hacedero... que llegará usted a San Román, si no se sale». Si no se sale. No se me van sus palabras. Estos castellanos son cómo son. Prudencia. Me tomo un té en «El Triángulo» (de Castronuño). A su puerta los pensionistas de inerte tertulia. El sol calienta atormentado. Se hacen y deshacen nubarrones. Un tractor Same Mercury 85 a la puerta, y dos coches alemanes, el uno con matrícula de Valladolid, el otro de Badajoz -dejé atrás Salamanca hace ya tiempo- y una fila de chalets adosados en construcción. Como unos 1.400 habitantes y ahora -mayo aún- muchas casas vacías, que se habitarán al verano. Pasé como dije, por la ermita-iglesia, guiado por una señora local y afectiva, me tutea, «por ahí no llegarás, da la vuelta... hasta luego». Tiene, lo único, los dientes feos. Y en la ermita aseo, fregona y escoba en mano, como conté. Bajo una nube de polen que no abandonará del Duero al Carrión, proveniente, a la fecha, del chopo canadiense. La presa, que existe, represa. No sólo agua, de ahí la magnificencia fluvial anterior, también porquería (que la presa funciona) y peces, que la porquería debe ser muy buena para ellos. Hay muchos pescadores y existe el camino, al igual de asfaltado que bacheado (o sea, por bachear) hasta San Román. Encinas por la vega, pinos, riegos y hasta toros bravos. San Román, no es Castronuño. Estoy parado ante la iglesia, también en parte) románica. A su lado un caserón de adobe y mirador, antiguo convento. Seguro que allí se celebraban, si no lanzas, capeas. Se hunde. Un niño ha salido de la iglesia y se sienta a la puerta. En lá fachada los aros de baloncesto. En San Román a quien conocen es a don Bernardo Barbajero, deán que fue de la Catedral de Madrid (1918), a cuyo nombre están las «Escuelas católicas gratuitas». Lo de Aurelio -Aurelio Viñas Navarro- les suena, pero poco. Acaso quede algún Navarro. Me informan, poco pero amabilísimamente, una señora transeúnte con su bastón, que malluguea algo, y el panadero. El panadero, helo aquí, vende diariamente -mañana lo comprobaré- sus panes y dulces en Palencia. En la nueva plaza de abastos -no en la metálica que inauguró ni abuelo don Manuel cuando era teniente de alcalde-, Avenida de Santander, 26. Los toros que he visto son de un salamanquino, de Aldeanueva, que arrendó pastos al Ayuntamiento. También se queja, y amargamente, el panadero, de la sequía, «unos trigos que tengo... yo también siembro...». San Román está por los 540 habitantes, pero va para adelante, «nadie se va...» Y, por cierto, en la iglesia hay dos piedras que un arqueólogo sevillano vino desde Sevilla, nada menos, por lo importantes que eran, a verlas. Voy a entrar. No puedo. La iglesia está cerrada y no quiero volver a molestar, dado que es el mismo panadero -a lo mejor resulta que también es el alcalde- quien tiene la llave, según me indica un niño rubio -Aurelio Viñas de niño- con pulcritud y castellanía. Así que me voy a Toro. Las tormentas a la derecha. Son las siete de la tarde. En Toro, a donde llego no como don Nuño y sus mesnadas, sino por un inapropiado bacié, hay una estatua a Fray Diego de Deza, una fundación cultural González Allende, otra, Villachica, y un ciclo de cine de aventuras. Eso de lo moderno que de lo antiguo lo mejor, no se podría contar, es irlo a ver. Y está, cuando vuelvo al coche, como queriéndose poner a llover. Desde la cabina, antes, le conté el casó (Castronuño, Viñas, San Román, .Toro ...) a mi madre. A Sevilla.

domingo, 4 de enero de 2009

Personajes ilustres de San Román de Hornija 1. D. Joaquín Barbajero Villar



"D. Joaquín Barbajero Villar fue Obispo de León"



D. Joaquín Barbajero Villar
Siempre he tenido una gran predilección por el apellido Barbajero, donde destacaron ilustres personajes eclesiásticos. Puede ser por la donación altruista de otro miembro: D. Bernardo Barbajero (Dean de la catedral de Madrid) a su pueblo de unas escuelas llamadas “católicas” donde aprendí a leer y escribir los primeros trazos (Agradecimiento y recuerdo a aquel gran y humilde maestro D. Bernardo Asensio); o también por ser residente en Alcalá de Henares desde el año 1975, Universidad donde estudiaron él y sus familiares: Francisco, Benito, Clemente,  Justo, Bernardo etc.. y donde su huella aun perdura. Hoy, para “San Román en el tiempo” publicamos la biografía y testamento de nuestro paisano D. Joaquín Barbajero que fue Obispo de León.





Catedral de león

PERSONAJES LUSTRES.1
Biografía de Don Joaquín Barbajero y Villar (1792-1863)

El Excmo. e Ilmo. Sr. Don Joaquín Barbajero, Obispo de León desde 1848 hasta 1863, nació en un pueblo vallisoletano llamado San Román de Hornija el 18 de agosto del año 1792 y murió ejerciendo su estado de Obispo el 26 de Febrero de 1863, en la ciudad de León. Era hijo de Don Ignacio Barbajero y de Doña Ana del Villar, vecinos ambos del citado y mencionado San Román.
La trayectoria de la vida de Don Joaquín Barbajero es verdaderamente enaltecedora, la cual quiero exponer con la mayor objetividad posible.
El tío de Don Joaquín, el Dr. P. Barbajero, tenía su cargo en la prestigiosa, por entonces, Universidad de Alcalá de Henares. Éste, al ver las estimables cualidades de su sobrino Joaquín, decidió llevarlo consigo para que realizase sus estudios junto a él. Joaquín consiguió una beca de gracia en el Monasterio de San Benito de Valladolid, y allí, luego que terminó los primeros rudimentos de leer y escribir, fue a estudiar gramática latina, que terminó con singular aprovechamiento.
El tío entonces lo llevó a su lado a la Universidad de Alcalá, donde se hallaba a la sazón de Catedrático, y en sus aulas cursó filosofía, leyes y cánones.
Por entonces las fuerzas napoleónicas se remplazan en San Quintín, el virtuoso Joaquín, como buen hijo de su pueblo español, decidió cambiar los estudios por la espada. Seis años de combates y batallas pusieron a prueba su heroísmo y su valor.
Volviendo a su Universidad bien pronto obtuvo el grado de Bachiller en las tres facultades, y el de Licenciado y Doctor en ambos Derechos. Después se le confirió el desempeño de varias Cátedras, a cuya propiedad hizo oposición después con brillantes ejercicios, pero no las obtuvo, sino que fue nombrado Rector del Colegio de los Verdes, cuyo cargo desempeñó con general aplauso.
Ordenado en 1818 de Presbítero fue nombrado poco después Fiscal Eclesiástico, luego Teniente Vicario y Examinador Sinodal de Ciudad Real; en, 1819 le ascendieron a Fiscal de la Visita Eclesiástica de Madrid; en 1820 de la Vicaría y en 1823 Teniente Vicario, cuyo cargo renunció en 1824, siendo inmediatamente nombrado Visitador Eclesiástico del partido de Illescas y Catedrático de disciplina del Colegio Imperial de Padres Jesuitas.
Más tarde hizo oposición a la Doctoral de Sigüenza, y el clero de Madrid vio partir a su hijo más ilustre, donde ascendió por los espinosos cargos de Provisor (que obtuvo interinamente), Subcolector de Espolios y Vacantes y Juez subdecano, singularizándose en todas sus altas misiones por su ardiente celo evangélico y la claridad de su admirable inteligencia.
Ascendido a la Silla episcopal de León, se propuso no desmerecer el renombre de sus gloriosos antepasados. A él le debe hoy el clero leonés la instalación de las Conferencias de San Vicente de Paul, la instalación de los P.P. Jesuitas en el de San Marcos, la erección de la Archicofradía del Inmaculado Corazón de María, la de la Guardia y Vela del Santísimo Sacramento, la Obra de la Santa Infancia, las misiones en diferentes épocas, los ejercicios religiosos del Clero, las Conferencias morales del mismo, las importantísimas mejoras del Seminario Conciliar, la instalación de las Hermanas de la Caridad en el Santo Hospital, en el Hospicio y en el Asilo de Beneficencia.
Un rasgo que caracterizó a este Prelado fue el desprendimiento, así cuando el valiente ejército español emprendió la campaña de África, viendo el Excmo. e Ilmo. Sr. Barbajero que en aquella guerra se interesaban la religión y la gloria de la Patria, dispuso que el Clero de la Diócesis se suscribiese por la cantidad de doce mil duros entregada de presente por vía de donativo, donativo extraordinario que sorprendió agradablemente a la Reina y a su Gobierno, pues sabían bien la pobreza del clero de León. La misma Soberana dio al ilustre Prelado diferentes testimonios de su real aprecio, entre otros el regalo de un precioso cáliz guarnecido de piedras de mucho valor, y la condecoración de la Gran Cruz de la Real Orden de Isabel la Católica en 9 de Marzo de 1858.
Don Joaquín murió el día 26 de Febrero de 1863 a la edad de 71 años a causa de una afección pulmonar. El día primero de Marzo sería enterrado en la actual Capilla de la Virgen Blanca, sita en el Altar Mayor de la S. I. Catedral de León.


TESTAMENTO DE DON JOAQUIN BARBAJERO, OBISPO DE LEÓN:

Sea notorio por esta escritura pública como yo, Joaquín Barbajero indigno Obispo de León, a presencia del escribano y testigos infraescritos, hallándome en mi sano y pleno juicio, pero temeroso de la muerte, que cuando menos piense, me ha de sobrevenir; ordeno formo mi testamento y última voluntad en la forma siguiente:
Creo con [...] firmísimo y confino con todo mi corazón todos y cada uno de los Misterios [...] Madre y Maestra de la Verdad, y en esta santa Fe he vivido siempre, protesto vivir y espero y deseo morir. Con la mayor humildad posible pido perdón a Dios nuestro Señor de todos los pecados gravísimos que he cometido en el discurso de mi vida; confiando como confío en que se habrá dignado perdonármelos por los méritos de la Pasión y muerte de Nuestro Señor Jesucristo, por la intersección de María Santísima, refugio seguro de los pobres pecadores, del Santo Ángel de mi Guarda, del glorioso Patriarca San José, del Santo de mi nombre, de los Santos Patronos de este Obispado, San Isidoro y San Froilán, y demás santos de mi devoción, cuya protección y amparo imploro desde ahora y siempre para el momento terrible de mi muerte. Pido también perdón a todas a aquellas personas a quienes haya hecho alguna ofensa o causado algún escándalo; así como perdono de todo corazón a los que a mí me hayan ofendido. Acepto con la mayor posible resignación todos los dolores, angustias y agonía de mi muerte, y la muerte misma, y desde ahora para entonces encomiendo mi alma a Dios y quiero [...] que sea, se entregue mi cuerpo al polvo de que fue formado, y amortajado que sea con las vestiduras correspondientes sea enterrado en la Capilla o sitio de mi Santa Iglesia Catedral que designe su Ilmo. Cabildo, y si falleciere fuera de esta Ciudad, en el sitio de la Iglesia más contiguo al altar de Nuestra Señora del Rosario.
Quiero que asistan a mi entierro la Archicofradía del Inmaculado Corazón de María Santísima, erigida con mi autoridad; otras cuatro Cofradías que designen mis testamentarios, abonándoles los derechos acostumbrados; veinticuatro pobres de los acogidos en el asilo de Mendicidad con hachas encendidas, dándose a cada uno Veinte Reales, y los niños del Hospicio, dándose dos mil Reales al establecimiento.
Encargo a mis testamentarios y a mi Secretario de Cámara que avisen de mi fallecimiento a los Sres. Arzobispos y Obispos Socios de la Congregación de Sufragios Mutuos, y a los Cabildos de las Santas Iglesias de Burgos y Sigüenza para la aplicación de las misas de hermandad.
Quiero que se celebren por el bien de mi alma y mis obligaciones, mil misas rezadas, con el honorario de seis Reales cada una, celebrándose las que se pueda en los días de mi entierro, exequias y honras.
Lego para la conservación de los Santos Lugares de Jerusalén y demás mandas pías forzosas, los derechos acostumbrados. Aunque los ornamentos pontificales que uso son de mi exclusiva pertenencia, por haberlas costeado a mis expensas, quiero que se reserven para mi sucesión los siguientes: Las capas pluviales, casullas con sus estolas, manípulos, bolsas de corporales, y paños de los cálices de las colores blanco, encarnado, y morado; las [...1, cáligas, sandalias de los mismos colores; las dos gremial, blanco y encarnado, una alba, un amito, y un cíngulo, una mitra preciosa, el bástulo de plata, el pectoral y anillo de amatistas, y un misal forrado el tafilete con broche de plata.
Siendo también de mi pertenencia los ornamentos sacerdotales que tengo en mi oratorio, quiero y es mi voluntad que la capa pluvial blanca y todas las casullas, a excepción de la de color negro con la que sea amortajado mi cadáver, con sus estolas, manípulos, paños de cáliz y bolsas de corporales se destinen para el servicio de culto en la Parroquia de mi pueblo San Román de Hornija, con más cuatro albas comunes, cuatro amitos, cuatro juegos de corporales, ocho purificadores, dos sabanillas de altar, las Sacras, Cruz y vinajeras de plata blanca y un copón de plata.
Declaro que todos los muebles y efectos, tanto sagrados como profanos, contentes en el Palacio Episcopal son de mi pertenencia, a excepción del altar portátil, las sacras que hay en el altar del Oratorio interior, un crucifijo grande que hay en mi cuarto de estudio, dos cuadros con reliquias que hay en ese dicho oratorio, mi sillón, los almohadones y paños de Sitial que sirven para el pontifical
Mando a mi Santa Iglesia Catedral el cáliz precioso que me regaló S.M. la Reina nuestra señora con la caja en que se custodia, y un misal forrado en terciopelo con broches, [...], y cantoneras de plata.
Mando a la Archicofradía del Inmaculado Corazón de María Santísima, sita en la Iglesia del Convento de Religiosas de la Concepción de esta ciudad, un cáliz y su juego de vinajeras de plata sobredorada con la caja en que se custodian, y la cruz y candeleros de metal blanco que hay en mi oratorio para el servicio del altar en que se venera la imagen de la patrona de dicha Archicofradía.
Mando diez mil Reales para el sostenimiento de la Casa de Misericordia o Asilo de Mendicidad de esta ciudad.
Mando cuatro mil Reales a la Conferencia de San Vicente Paul de hombres, y otros cuatro mil a la de mujeres establecidas en esta ciudad para los fines piadosos de su instituto.
Mando una onza de oro a cada una de las comunidades religiosas de esta diócesis y Abadía de Sahagún con el encargo de que manden celebrar una misa solemne con vigilia por el bien de mi alma. Mando cuatro mil reales a mi hermana Benita; dos mil reales a cada una de mis hermanas, María y Florentina; y quinientos reales a cada uno de mis sobrinos carnales casados. En el caso de que alguna de dichas hermanas o sobrinos fallecieren antes que yo, su manda respectiva debiera acrecer a mi herencia.
Mando a mi hermano Don Justo una docena de cubiertos de plata con sus cuchillos y mi reloj de bolsillo.
Mando a mi sobrina Bernarda otra docena de cubiertos de plata con sus cuchillos.
Mando a mis sobrinos Antolín y Andrés mi librería por partes iguales en lo posible, eligiendo con preferencia la suyo, el primero. Mando mil reales a Pedro Arcos, mi ayudante de cámara que ha sido; y quinientos a cada uno de los criados de mi servicio que lo fueren a mi fallecimiento.
Declaro que por disposición testamentaria de mis dos tíos Don Fr. Clemente Barbajero y Don Fr. Ildefonso Fernández, bajo la cual fallecieron, quedé por su único y universal heredero fiduciario y testamentario, y aunque ya está cumplida su última voluntad con la inversión de sus respectivas herencias en los objetos piadosos a que fueron destinadas, según recibo de la cuenta que he llevado, por si acaso después de mi fallecimiento hubiere algún residuo que recaudar y distribuir de la herencia de alguno de ellos, transmito mi derecho y acción al heredero mío que dejaré nombrado. Si entre mis papeles se encontrare alguna memoria testamentaria escrita de mi mano o ajena, firmada por mí con fecha o sin ella, es mi voluntad que se tenga por parte integrante de este mi testamento y se cumpla lo que en ella dispusiere.
Para cumplir lo piadoso de este mi testamento y lo que en dicha memoria ordenare, nombro por mis albaceas testamentarios a los señores Don Manuel Garrido y Don Mariano Brezmes, Arcipreste y canónigo penitenciario de mi Santa Iglesia Catedral; al Licenciado
Don Segundo Valfuesta, pro visor y vicario general, o al que lo fuere a mi fallecimiento; a mis actuales Secretario de cámara u Mayordomo Don Miguel Zorita Arias y Don Antonio González, o a los que fueren a mi fallecimiento; a todos juntos y a cada uno insolidum para que de los bienes que dejare iumplanto que dejo dispuesto o dispusiere, cuyo encargo les dure por el término legal y demás necesario, pues se lo prorrogo.
Y en el remanente de todos mis bienes habidos y por haber, créditos, derechos y acciones, instituyo y nombro por mi única y universal heredera, a mi hermana Andrea Barbajero, para que los haya y herede con la bendición de Dios y la mía, y en el caso de que yo sobreviviere a dicha mi hermana, instituyo y nombro por mis herederos fiduciarios a los relacionados mis albaceas y testamentarios, a todos juntos y a cada uno insolidum, encargándoles que formalizado el oportuno inventario de todos mis bienes, muebles, efectos y alhajas por [...] sin intervención alguna de la justicia, procedan a su venta como mejor les parezca y su importe le distribuyan en tres partes iguales; una para mis sobrinos Andrés y Bernardo, o el que de ellos me sobreviva; otra para el socorro de pobres y obras de Misericordia a su prudente juicio y dirección; y la tercera restante se invierta en misas y sufragios por el bien de mi alma y las de mis obligaciones sin que nadie pueda pedirles cuenta, pues lo prohíbo abiertamente.
Y por el presente revoco y doy por nulos y de ningún valor los testamentos que tengo otorgados, sin hacer de ellos mención específica, que quiero que queden sin efecto ni valor legal, y que únicamente se le tenga pleno y cumplido el presente, por el cual así lo otorgo y firmante el infraescrito escribano en la ciudad de León, a veinticuatro de Marzo de mil ochocientos cincuenta y nueve; siendo testigos llamados y rogados Don Baltasar Rodríguez, Cura Párroco de San Juan de Regla; Don Diego Hernández, Coadjutor de San Martín; y Don Venancio Ruiz, Vicario de San Lorenzo; y vecinos de esta ciudad; y el Excmo. e Ilmo. Señor Otorgante a quien doy fe conozco lo firmo, puesto con los testigos a mayor [...] y firme // entre renglones // Obispo de León // Valga //"

BIBLIOGRAFÍA CONSULTADA:
-
"Índice de los Colegiales del Mayor de San Ildefonso y menores de Alcalá "
(AUTOR: Dr. José de Rújula y de Ochotorena (Marques de Ciadoncha)
- Universidad Complutense
- EDITORIAL: C. S. I. C. (Consejo Superior de Investigaciones Científicas)
- Archivo Histórico Municipal de Alcalá de Henares.
- Archivo Catedralicio de León.
- Archivo Histórico Diocesano de León.

= Alfio Seco Mozo =