miércoles, 22 de junio de 2016

Los Archivos como fuente de información de nuestro pasado.



San Román en los Archivos Históricos



    Ya en el año 2009 publiqué un artículo sobre este tema en este blog. No cabe duda de que, si los objetivos de este blog de “San Román de Hornija en el tiempo” son los de recopilar vivencias y cultura de nuestros ancestros, hemos de acudir a la gran fuente para ello que está en los Archivos Españoles, tanto nacionales, provinciales, diocesanos y municipales, donde se encuentre algo relacionado con nuestro pueblo. Hoy trato de completar y ampliar dichos documentos con el ánimo de prestar ayuda a todo aquel que se sienta con inquietudes de investigar lo relativo a nuestro pueblo. Hay que recordar que las leyes amparan al ciudadano para la consulta en Archivos de casi toda la documentación, salvo la reservada por la Ley de Secretos Oficiales y la que afecta a la intimidad, honor, o aquella que contiene datos de carácter personal. Antiguamente se necesitaba carnet de investigador para tener acceso a los Archivos Españoles, hoy, sin embargo, todo ciudadano tiene acceso a ellos mediante la presentación del D.N. I.
    Lo que publicamos a continuación, a modo de índice, son los títulos o temas que se archivan sobre San Román y que es necesario conocer si queremos que el Archivo nos facilite su contenido o desarrollo. A veces un tema, especialmente los relativos a pleitos, se componen de una o más cajas y de cientos de folios. El investigador puede reproducir mediante fotocopiado los documentos que considere oportunos.
     Nos llama la atención lo proclives o tendentes que eran nuestros ancestros a pleitos; así mismo observamos la existencia de unos apellidos hoy desaparecidos de San Román, ejemplo: Zarapico, Cazo. Cantarera, Aguado, Troncoso, Virúes, Mudarra, Silbona, Zazo, Herragudo, Mazo, Garzón, Villegas y muchos más, tal vez como efecto de la carencia de hijos varones en el matrimonio.  

TÍTULO: Es el tema que queremos investigar.
SIGNATURA: Son códigos que hacen referencia a la situación dentro del archivo para su mejor localización en cajas etc.
FECHA DE CREACIÓN: Es la fecha en que se produjo tal hecho. En los pleitos existen dos fechas, la del inicio y la de su terminación.

    “El estudio del pasado es esencial para ubicar a las personas en el tiempo; necesitamos saber de dónde venimos, para saber a dónde vamos. Conocer la historia es esencial para comprender la condición del ser humano, esto le permite construir, avanzar y si es necesario cambiar”


ARCHIVO DE LA REAL CHANCILLERÍA DE VALLADOLID ( Chancillería, 4 – Valladolid)
  TÍTULO
SIGNATURA  
FECHA  CREACIÓN
PL CIVILES,PÉREZ ALONSO (F),CAJA 3580,1
1783 / 1797  
PL CIVILES,PÉREZ ALONSO (F),CAJA 923,2
1569 / 1571  
PL CIVILES,FERNANDO ALONSO (F),CAJA 1393,1
1562 / 1568  
PERGAMINOS, CAJA,55,10
1507-11-13  
REGISTRO DE EJECUTORIAS, CAJA 601,38
1545-2-27  
REGISTRO DE EJECUTORIAS, CAJA 328,45
1518-6-19  
REGISTRO DE EJECUTORIAS, CAJA 84,14
1495-5-6  
REGISTRO DE EJECUTORIAS, CAJA 1134,65
1568-2-27  
REGISTRO DE EJECUTORIAS, CAJA 960,39
1559-10-9  
REGISTRO DE EJECUTORIAS, CAJA 1062,29
1564-7-8  
REGISTRO DE EJECUTORIAS, CAJA 613,26
1545-9-15  
REGISTRO DE EJECUTORIAS, CAJA 495,60
1537-11-20  
REGISTRO DE EJECUTORIAS, CAJA 1172,54
1570-2-28  
REGISTRO DE EJECUTORIAS, CAJA 1717,31
1592-6-26  
REGISTRO DE EJECUTORIAS, CAJA 1081,31
1565-6-5  
REGISTRO DE EJECUTORIAS, CAJA 715,74
1550-9-20  
REGISTRO DE EJECUTORIAS, CAJA 160,41
1501-7-1  
REGISTRO DE EJECUTORIAS, CAJA 1102,36
1566-8-30  
REGISTRO DE EJECUTORIAS, CAJA 1267,29
1573-4-11  
REGISTRO DE EJECUTORIAS, CAJA 875,12
1556-11-10  
REGISTRO DE EJECUTORIAS, CAJA 335,18
1519-2-23  
REGISTRO DE EJECUTORIAS, CAJA 1527,13
1585-5-30  
REGISTRO DE EJECUTORIAS, CAJA 981,35
1560-9-5  
REGISTRO DE EJECUTORIAS, CAJA 1199,22
1571-2-24  
REGISTRO DE EJECUTORIAS, CAJA 1539,30
1585-10-22  
REGISTRO DE EJECUTORIAS, CAJA 287,3
1513-8-26  
REGISTRO DE EJECUTORIAS, CAJA 298,26
1514-9-12  
REGISTRO DE EJECUTORIAS, CAJA 598,10
1544-11-15  
REGISTRO DE EJECUTORIAS, CAJA 967,5
1560-1-13  
REGISTRO DE EJECUTORIAS, CAJA 993,27
1561-1-9  
REGISTRO DE EJECUTORIAS, CAJA 992,22
1560-12-4  
REGISTRO DE EJECUTORIAS, CAJA 1211,13
1571-7-14  
REGISTRO DE EJECUTORIAS, CAJA 1019,13
1562-3-13  
REGISTRO DE EJECUTORIAS, CAJA 1008,55
1561-10-20  
REGISTRO DE EJECUTORIAS, CAJA 1100,19
1566-7-15  
REGISTRO DE EJECUTORIAS, CAJA 288,27
1513-9-3  
REGISTRO DE EJECUTORIAS, CAJA 1937,8
1602  
REGISTRO DE EJECUTORIAS, CAJA 220,12
1507-12-20  
REGISTRO DE EJECUTORIAS, CAJA 797,29
1554-1-27  
REGISTRO DE EJECUTORIAS, CAJA 1470,51
1582-9-22  
REGISTRO DE EJECUTORIAS, CAJA 1191,22
1570-10-27  
REGISTRO DE EJECUTORIAS, CAJA 99,32
1496-5-6  
REGISTRO DE EJECUTORIAS, CAJA 157,8
1501-4-3  
REGISTRO DE EJECUTORIAS, CAJA 288,26
1513-9-3  
REGISTRO DE EJECUTORIAS, CAJA 1486,32
1583-5-24  
REGISTRO DE EJECUTORIAS, CAJA 1926,114
1601-10-27  
REGISTRO DE EJECUTORIAS, CAJA 284,57
1513-5-27  
Pleito de Francisco González Vara, Abogado de los Reales Consejos, vecino de la ciudad de Toro (Zamora), comisionado por la Real Sala del Crimen de la Real Audiencia y Chancillería de la ciudad de Valladolid para averiguar los sucesos ocurridos en la villa de San Román de Hornija (Valladolid), con motivo de la función de novillos que permitió su justicia, el 16-8-1807, festividad de San Roque, y perfeccionar o formalizar el sumario que de los mismos han formado las justicias locales. CONTRA Los vecinos de la citada villa y los de la de Castronuño (Valladolid) y Morales (Zamora), los del lugar de Cubillas (Valladolid) y los de la ciudad de Toro (Zamora) que resultasen culpables de sobre Desorden público, golpes, riñas, heridos, desobediencia a la autoridad y daños que se produjeron (entre otros la quema de un medero de centeno en rama en la era de Luis Alonso, propiedad suya y de los hijos de don Pablo Gago y de doña Inés Barbajero de quien era curador)
SALAS DE LO CRIMINAL,CAJA 212,1/213,1
1807/1813 
SALA DE HIJOSDALGO, CAJA 252,1
1673/1675 
PL CIVILES,PÉREZ ALONSO (F),CAJA 3288,3
1771 / 1772  
SALA DE HIJOSDALGO, CAJA 57,5
1528  
PL CIVILES,PÉREZ ALONSO (OLV),CAJA 1081,6
1830 / 1832  
SALA DE HIJOSDALGO, CAJA 1134,54
1768 
PL CIVILES,ALONSO RODRÍGUEZ (F),CAJA 3119,1
1697 / 1697  
SALA DE HIJOSDALGO, CAJA 223,2
1605  
PL CIVILES,ZARANDONA Y BALBOA (OLV),CAJA 1983,2

PL CIVILES,ZARANDONA Y BALBOA (OLV),CAJA 1226,2

PL CIVILES,ZARANDONA Y BALBOA (OLV),CAJA 894,3

PL CIVILES,ZARANDONA Y BALBOA (OLV),CAJA 2214,1

PL CIVILES,ZARANDONA Y BALBOA (OLV),CAJA 824,5

PL CIVILES,ZARANDONA Y BALBOA (OLV),CAJA 1704,3

PL CIVILES,ZARANDONA Y BALBOA (OLV),CAJA 1146,2

PL CIVILES,PÉREZ ALONSO (F),CAJA 1267,2
1600 / 1601  
PL CIVILES,ZARANDONA Y BALBOA (OLV),CAJA 2467,7

PL CIVILES,FERNANDO ALONSO (F),CAJA 1293,3
1524 / 1526  
SALA DE VIZCAYA,CAJA 3757,2
1797 / 1797  
SALA DE HIJOSDALGO, CAJA 1610,1
1580  
SALA DE HIJOSDALGO, CAJA 1534,4
1528  
SALA DE HIJOSDALGO, CAJA 1134,19
1713 
SALA DE HIJOSDALGO, CAJA 699,10
1543  
PL CIVILES,ZARANDONA Y BALBOA (OLV),CAJA 521,1

SALA DE HIJOSDALGO, CAJA 473,4
1549  
SALA DE HIJOSDALGO, CAJA 148,2
1565  
SALA DE HIJOSDALGO, CAJA 722,8
1569  
PL CIVILES,FERNANDO ALONSO (F),CAJA 1034,5
1560 / 1561  
SALA DE HIJOSDALGO, CAJA 771,18
1558  
PL CIVILES,ZARANDONA Y BALBOA (OLV),CAJA 559,5

SALA DE HIJOSDALGO, CAJA 542,2
1549  
SALAS DE LO CRIMINAL,CAJA 79,3
 1796
SALAS DE LO CRIMINAL,CAJA 409,6
1814 / 1816  
PL CIVILES,ZARANDONA Y BALBOA (OLV),CAJA 168,1

SALA DE HIJOSDALGO, CAJA 319,9
1580  
PL CIVILES,MORENO (OLV),CAJA 638,4
1620  
PL CIVILES,PÉREZ ALONSO (F),CAJA 2376,1
1649 / 1650  
PL CIVILES,PÉREZ ALONSO (F),CAJA 3596,4
1780 / 1798  
SALA DE HIJOSDALGO, CAJA 1264,7
1719  
SALA DE HIJOSDALGO, CAJA 212,3
1614  
PL CIVILES,PÉREZ ALONSO (OLV),CAJA 1019,6
1827 / 1827  
PL CIVILES,ZARANDONA Y BALBOA (OLV),CAJA 2214,1

SALA DE HIJOSDALGO, CAJA 1141,4

PL CIVILES,ZARANDONA Y BALBOA (OLV),CAJA 2213,1

PL CIVILES,ZARANDONA Y BALBOA (OLV),CAJA 2213,1

PL CIVILES,MORENO (OLV),CAJA 529,5
1635  
PL CIVILES,MORENO (OLV),CAJA 755,2
1627  
SALA DE HIJOSDALGO, CAJA 205,10
1620  
PL CIVILES,ZARANDONA Y BALBOA (OLV),CAJA 2488,6

PL CIVILES,ZARANDONA Y BALBOA (OLV),CAJA 2423,7

PL CIVILES,PÉREZ ALONSO (OLV),CAJA 129,2
1734 / 1736  
SALAS DE LO CRIMINAL,CAJA 190,1/193,1
 1816/1825
SALA DE HIJOSDALGO, CAJA 625,49
1557  
Principio del formulario


Digitalizados:

REGISTRO DE EJECUTORIAS, CAJA 1744,38
1593-8-31  

REGISTRO DE EJECUTORIAS, CAJA 2978,30
1675-12-25  

REGISTRO DE EJECUTORIAS, CAJA 3812,23
1811-10  

REGISTRO DE EJECUTORIAS, CAJA 1901,23
1600-5-31  
REGISTRO DE EJECUTORIAS, CAJA 2987,68
1677-2  
REGISTRO DE EJECUTORIAS, CAJA 1925,69
1601-10-12  
REGISTRO DE EJECUTORIAS, CAJA 2260,25
1619-2-25  
REGISTRO DE EJECUTORIAS, CAJA 1956,47
1603-6  
REGISTRO DE EJECUTORIAS, CAJA 3427,11
1778-6  
REGISTRO DE EJECUTORIAS, CAJA 2415,49
1625-3-3  
REGISTRO DE EJECUTORIAS, CAJA 2554,8
1631-3-18  
REGISTRO DE EJECUTORIAS, CAJA 2620,10
1635-10  
REGISTRO DE EJECUTORIAS, CAJA 2571,41
1632-7-21  
REGISTRO DE EJECUTORIAS, CAJA 2586,43
1633-10-6  
REGISTRO DE EJECUTORIAS, CAJA 2395,12
1624-7-6  
REGISTRO DE EJECUTORIAS, CAJA 3659,12
1795-10  
REGISTRO DE EJECUTORIAS, CAJA 2845,56
1659-8  
REGISTRO DE EJECUTORIAS, CAJA 2235,10
1618-1-27  
REGISTRO DE EJECUTORIAS, CAJA 2718,11
1642-6  
REGISTRO DE EJECUTORIAS, CAJA 3381,3
1774-10  
REGISTRO DE EJECUTORIAS, CAJA 3619,17
1792-11  
REGISTRO DE EJECUTORIAS,CAJA 1320,42
1575-11-26  

REGISTRO DE EJECUTORIAS, CAJA 2380,44
1624-12-22  
REGISTRO DE EJECUTORIAS, CAJA 3428,29
1778-6  
REGISTRO DE EJECUTORIAS, CAJA 704,51
1550-3-18  
REGISTRO DE EJECUTORIAS, CAJA 3328,47
1768-5  
REGISTRO DE EJECUTORIAS, CAJA 3511,4
1784-8  
REGISTRO DE EJECUTORIAS, CAJA 3698,6
1799-4  
REGISTRO DE EJECUTORIAS, CAJA 3262,39
1759-11  
REGISTRO DE EJECUTORIAS,CAJA 1301,28
1574-10-6  
REGISTRO DE EJECUTORIAS, CAJA 3133,91
1713-4  
REGISTRO DE EJECUTORIAS, CAJA 2139,57
1613-8-13  
REGISTRO DE EJECUTORIAS, CAJA 2350,29
1622-11  
REGISTRO DE EJECUTORIAS, CAJA 1912,77
1600-12-20  
REGISTRO DE EJECUTORIAS, CAJA 3683,1
1797-12  

REGISTRO DE EJECUTORIAS, CAJA 2592,28
1634-3  
REGISTRO DE EJECUTORIAS, CAJA 2348,4
1622-10  
REGISTRO DE EJECUTORIAS, CAJA 1893,27
1599-12-22  
REGISTRO DE EJECUTORIAS, CAJA 2041,63
1608-6-21  
REGISTRO DE EJECUTORIAS, CAJA 3229,58
1754-1-30  
Final del formulario


Cancillería . Registro de la Corte.
Principio del formulario

RGS,LEG,150109,27
1501-9-2  
RGS,LEG,149409,313
1494-9-9  
RGS,LEG,149010,77
1490-10-28  
RGS,LEG,149406,7
1494-6-17  
RGS,LEG,149110,230
1491-10-13  
Final del formulario




miércoles, 18 de mayo de 2016

Los adobes en la antigua construcción de San Román.



La construcción con tierra cruda


    Repasando mis recuerdos, hoy trato de evocar el adobe, aquel material de construcción tan propio y genuino de tierras castellanas y muy empleado en otros tiempos en nuestro pueblo: San Román de Hornija. Era una arquitectura tan popular y tan nuestra que bien merece un rincón en este blog.
    Al carecer de piedra de canteras en esta tierra -lo máximo que hay son cantos, algunos de buenas proporciones en algunos pagos de nuestro término, muy aptos para la cimentación- el adobe se convirtió en la necesaria solución para la construcción de la vivienda rural y sus dependencias: corrales, cuadras, pocilgas, pajares etc.. El adobe frágil y humilde posee algunas cualidades que no se deben despreciar y que carecen los modernos materiales.
    El empleo del barro en la construcción data de tiempos prehistóricos, bien en forma de tapial o en forma de adobe. Con la llegada de los españoles a América también llevaron consigo la costumbre de construir con “tierra cruda” Sin embargo, esta técnica constructiva ya había sido empleada por lo nativos americanos desde mucho antes de la llegada de cualquier europeo. En ese sentido destacan los yacimientos arqueológicos prehispánicos de Paquimé y la cultura denominada Casa Grandes en Chihuahua (México) que utilizaban los adobes y el tapial.

El tapial y el adobe.
TAPIAL
    El tapial o tapia es un muro macizo constituido por barro apilado y prensado. Para darle la forma de muro al barro y evitar que este se desmorone, así como para facilitar el prensado, se empleaba una cajonera denominada tapial. Una vez colocado el tapial sobre el cimiento, se vertía el barro en su interior y se prensaba. Cuando estaba formado la tapia o muro se retiraba la cajonera y se dejaba secar al aire libre.


Pared de  adobes
     Los adobes son bloques de barro elaborados con un molde, de un tamaño un poco mayor al de un ladrillo. Para conformar muros, se apilan los adobes de la misma forma como se hace con los ladrillos y para unirlos entre si se usa arcilla o cal y arena.
    El adobe tiene la ventaja sobre el tapial que, al ser más manejable, se puede manipular cómodamente en las construcciones de altura, es más fácil su utilización en el relleno de los entramados, y único para la fabricación de arcos, bóvedas, cúpulas, falsas cúpulas, etc. Yo he conocido el empleo del adobe en aquella construcción rural, sin embargo, nunca vi el empleo del tapial, aunque dan testimonio de tal construcción distintas tapias, locales y hasta viejas casas realizadas por tal procedimiento en nuestro pueblo.
    La elaboración de los adobes, actividad eminentemente artesanal, se hacía después de acabar las eras y antes de que llegara el invierno, para que pudieran secarse bien. Se elegía, casi siempre, la tierra de las orillas de nuestro arroyo Hornija, aprovechando la proximidad del agua como elemento principal en su elaboración. Una vez extraída la tierra se cavaba bien y se la dejaba lo más molida posible. A continuación se recogía la tierra en un montón y se hacía un pozo en el centro donde se echaba el agua necesaria para hacer la masa. Para que ésta compactara se le ponía paja trillada, a poder ser de centeno, y se amasaba bien con los pies hasta que estaba a punto para moldear.
El molde era de madera y se llamaba adobera. Era una especie de cajón alargado del que sobresalían un poco las tablas de dos lados para poder levantar la adobera y que saliera bien el adobe. Tenía aproximadamente unas medidas de 20 x 15 x 10 cm. Medidas que variaban de una región a otra de España. Para moldear se cogía la adobera y se la mojaba para que no se pegara la masa. Esta operación había que repetirla cada vez que se llenaba la adobera de barro. Para que el adobe saliera bien de la adobera, era necesario apretar con los puños por las cuatro esquinas.
Según se iban sacando los adobes de la adobera se iban tendiendo al sol para que se secaran. Se dejaban unos días y se les daba la vuelta para que se secaran también por el otro lado. Una vez secos, se apilaban y, si no se iban a emplear inmediatamente, se ponían haces de bardas o de espadaña encima con el fin de protegerlos del aire y, sobre todo, de la lluvia. En San Román se empleaba el adobe para todo tipo de construcción: casas, corrales, pajares etc. porque la piedra era más difícil de obtener.
Los segadores que habían terminado la siega y como no había paro en aquellos tiempos, se dedicaban, como una forma de llevar los garbanzos a casa, a la labor artesanal de hacer adobes; más tarde los vendían a quien los necesitaba. Podíamos decir que dicha actividad artesanal era eminentemente social, un recurso más de supervivencia.  

Ventajas de la construcción con “tierra cruda”
    La tierra cruda presenta una serie de importantes ventajas con respecto a los materiales de construcción de naturaleza industrial actuales, entre ellas destacamos:
    Gran capacidad como aislante térmico: El material del que está constituido el adobe y el tapial es un buen aislante térmico. El interior de una casa construida con este material requeriría un uso mucho menor de sistemas de climatización que en una convencional de materiales industriales. Las casas construidas con barro resultan frescas en verano y cálidas en invierno logrando fácilmente un agradable bienestar térmico.

    Gran capacidad como aislante sonoro: El adobe y el tapial resultan ser también muy buenos aislantes acústicos. Las viviendas construidas con tierra cruda quedan más aisladas de los ruidos exteriores, resultando más silenciosas que otras construidas con materiales industriales convencionales.

    Ahorro energético en climatización: La capacidad de aislante térmico del los muros construidos con tierra reduce o incluso evita el uso de sistemas de climatización, lo que supone un ahorro económico, energético y de emisiones de CO2. Una vivienda construida en adobe o tapial en países fríos y que contase con alguna técnica ecológica de climatización, como por ejemplo la energía solar pasiva, podría llegar a prescindir totalmente de sistemas de calefacción que consuman combustibles.

    Fabricación de bajo impacto ambiental: Para la fabricación y procesado de los adobes o para la conformación de los muros de tapia, se empleaba mucha menos energía que la necesaria para fabricar otros materiales actuales. Para la fabricación de ladrillos o de bloques de hormigón, así como de los cementos, se recurre a la quema de combustibles fósiles para obtener las altas temperaturas necesarias en su procesado industrial. En cambio, el adobe y el tapial se hacen a mano y con la ayuda del Sol.

    Reintegración a la naturaleza: El adobe y el tapial, por estar constituidos por materiales locales y presentes naturalmente en el medio, pueden tener una reintegración total a la naturaleza una vez que el edificio ya ha pasado su vida útil. En cambio el ladrillo, el hormigón y el cemento no se reintegran a la naturaleza una vez que el edificio ha perdido su función, quedando como escombros y provocando un impacto ambiental mucho mayor.

    Resistencia del material: Aunque la resistencia de estos materiales puede ser inferior a otros industriales existentes como el ladrillo, a escala humana resulta suficiente. Un edificio de adobe y tapial correctamente construido y mantenido puede llegar a superar fácilmente los 100 años de vida útil en buen estado. En teoría y con el mantenimiento adecuado, un edificio de adobe podría resistir de manera indefinida.

    Resistencia al fuego: Debido a su naturaleza físico-química, la tierra cruda presenta una gran estabilidad y resistencia al fuego, resultando ésta claramente superior a otros industriales como el acero, el ladrillo u otros materiales sintéticos e inflamables.

Desventajas del adobe y el tapial con respecto a otras técnicas constructivas:
    Limitación en altura: La construcción con tierra cruda, debido a la resistencia del material, limita a dos alturas el número de pisos con que se puede construir un edificio

    Vulnerabilidad ante el agua: El agua produce sobre el adobe y el tapial, un efecto erosivo similar al ejercido sobre el suelo sin vegetación. No obstante existen diversas técnicas que la cultura popular ha desarrollado en diferentes partes del mundo para solventar este problema. Para evitar el efecto negativo del agua de lluvia que se acumula en el suelo en momentos de precipitación intensa, los edificios construidos con tierra se sustentan sobre cimientos de piedra, o de cualquier otro material resistente al agua. Las paredes exteriores se las puede cubrir con modernos productos para conseguir gran capacidad de impermeabilización.

    Debilidad sísmica. Debido a la naturaleza mecánica del material, las estructuras de adobe y de tapial son más vulnerables al efecto de los temblores y de los terremotos.

Conclusiones:
    La construcción con este material, además de ser de sencilla y económica, presenta otras muchas ventajas que la hacen atractiva para lograr viviendas ambientalmente responsables. Se trata este de un material que se ha usado desde hace milenios (como poco desde entorno a los 8.000 años a. C.) en diversas partes del mundo donde se daban las condiciones para ello. Aún hoy día es muy usado en muchas partes del mundo.
    En las últimas décadas, este material ha sufrido un injusto descrédito ante la llegada de los materiales de construcción industrial pasando a considerarse como arcaico. Afortunadamente en la actualidad vuelve a renacer un interés por la técnica de la “tierra cruda”, formando parte de los estudios arquitectónicos más vanguardistas del Mundo, a raíz de sus magnificas propiedades para conseguir unas edificaciones medioambientalmente más responsables, complementando, y sin descartar totalmente, los nuevos materiales.

    Aprovechamos, desde aquí, para rendir un homenaje a aquellos antiguos albañiles y adoberos de nuestro pueblo, hoy desaparecidos, que hicieron de su vida y profesión un desarrollo de  aquella cultura de la “tierra cruda” 

sábado, 9 de abril de 2016

Adquisición de la Casa Prioral por el Ayuntamiento de San Román de Hornija - 5 -



Iniciativas para la restauración de la Casa Prioral


    
     Con gran satisfacción nos hacemos eco de la noticia que nos ha llegado recientemente: la adquisición por parte del Ayuntamiento de San Román de Hornija de la antigua casa Prioral. Desde aquí felicitamos al Sr Alcalde y a la Corporación Municipal por tal decisión. Es lamentable el estado de abandono que manifiesta tal monumento, en régimen de propiedad privada desde la desamortización de Mendizábal (siglo XIX).      




    Ya habíamos denunciado, varias veces desde este blog, tal atropello cultural que mantenía escépticos a todas las autoridades; hasta la fecha, ningún organismo con responsabilidad se ha interesado en frenar ese deterioro. De nada había servido aquel Decreto del Ministerio de Cultura 49/1999 de 11 de Marzo, en el que se declaró la iglesia de San Román de Hornija y el antiguo monasterio adjunto “bienes de interés cultural”.  

    La desprivatización puede dar curso a una restauración de la estructura, fachada, balconada, mantenimiento de sus 5 columnas y sus correspondientes capiteles de considerable valor artístico. El interior, sin premura,  se podría dedicar a algún servicio público o social, como podría ser un Tanatorio Municipal (consiguiendo, de una vez por todas, poder velar a nuestros familiares fallecidos en su propio pueblo), una Residencia Día para nuestros mayores, Biblioteca, etc.

    La historia de nuestro pueblo viene muy unida a este monumento. El Monasterio de San Román de Hornija, fue fundado en el siglo VII por San Fructuoso, gracias al mecenazgo del rey godo Chindasvinto y perteneció a la orden de San Benito hasta la desamortización de Mendizábal. A la sombra de este monasterio, como ocurrió en muchos otros de la geografía española, surgió y nació el pueblo, construyéndose casas como población de servicios alrededor a dicho monasterio. Posiblemente llegaron gentes de otros asentamientos, como los residentes en las cuevas no lejanas, hoy las actuales bodegas. Creo que podíamos afirmar que San Román nace gracias a la idea de Chindasvinto de construir dicho Monasterio, para enterramiento de él y de su esposa Reciberga. Esta es otra poderosa razón para mantener en pie nuestras raíces y nuestro patrimonio representado en este pórtico de aquella casa Prioral de aquel Monasterio.  

    Esperemos que esta iniciativa protagonizada por nuestro Ayuntamiento, encuentre, mediante un enfoque correcto las subvenciones oportunas para cumplir dichos objetivos, tanto de organismos provinciales, autonómicos o nacionales.   


jueves, 10 de marzo de 2016

LOS ENTIERROS Y LOS LUTOS EN MI NIÑEZ


Los entierros y el luto


    Tener que tocar este tema, en principio, me sobrecoge y entristece, pero nada más real que la muerte con todas las connotaciones que encierra dicha palabra. Todos somos conscientes de que el trance de la desaparición de este Mundo a todos nos afectará más pronto o más tarde, por tanto ¿por qué hemos de rehusar el hablar de ella? Todos los pueblos, desde la antigüedad, han tenido distintos comportamientos ante ésta. Yo sólo quiero recordar aquí las impresiones y recuerdos de la muerte y todo lo que conllevaba, vistas por un niño en los albores de su infancia, tiempos atrás, en su pueblo (San Román de Hornija).

    Recuerdo la cantidad de entierros de niños que había; era muy frecuente, la mayoría lactantes que morían ante el más mínimo problema infeccioso o por cualquier otra enfermedad o epidemia. Hemos de aclarar que aun no se utilizaba la “penicilina” en España y menos en aquel mundo rural. Su utilización fue el antídoto para la curación de todo proceso infeccioso en la etapa infantil. Me resultaba muy triste ver aquellos diminutos ataúdes blancos portados, casi siempre, por otros niños de 7 ó 8 años desde el domicilio, iglesia y el cementerio. El anuncio de tal fallecimiento se llevaba a cabo por medio de unas campanas diminutas que llamábamos “Pascualejas”, situadas y orientadas al sur de aquella torre campanario, que tañían un sonido menos grave y triste que las que anunciaban la muerte o desaparición de adultos. No terminaba de entender, como la desaparición de un niño podía ser menos triste que la de un adulto. A mí me afloraban sentimientos de pena el ver que una vida, recién iniciada, fuera sesgada irremediablemente a causa de sus pobres y pequeñas defensas.  

    El tiempo que el difunto permanece entre nosotros, antes de su entierro, lo llamamos velatorio. La finalidad del velatorio del difunto es acompañar y reconfortar a los más allegados de éste. Solía durar de 24 a 48 horas y, entonces en los pueblos no se llevaba a cabo en las salas especiales actuales que llamamos “tanatorios”; por el contrario, se realizaba en el domicilio donde había vivido el difunto. Acudir al velatorio era un acto importante e inexcusable ante los familiares del finado. Sólo la presencia ya era un gesto muy honrado y valorado. Allí se acostumbraba a dar el pésame y acompañar a la familia próxima del difunto. Su visita servía para reconfortar a la familia y acompañarla.

    Durante el velatorio, los hombres estaban separados de las mujeres. Las mujeres ocupaban la habitación donde permanecía la caja abierta conteniendo al finado, rodeando a éste las más allegadas y en actitud plañidera; es decir, exteriorizando los sentimientos de dolor mediante llantos, acompañados de frases de lamentación ante tal pérdida. Los hombres, por el contrario, permanecían en una habitación distinta y, sin exteriorizar tal dolor, daban rienda suelta a conversaciones sobre distintos temas que daba de sí la noche de velatorio. Ya entrada la madrugada sólo quedaban en la vivienda los más allegados.

    Dada la gran concurrencia de personas que acudían a cada velatorio, ¡asistía casi todo el pueblo! las vecinas, a modo de solidaridad, aportaban sillas y taburetes para conseguir que todo acompañante dispusiese de asiento ¿Qué casa podía disponer de tantos asientos para acoger tal concurrencia a dicho domicilio? Así mismo, dichas vecinas, traían algún caldo o café para reconfortar en calorías a la familia más afectada y cercana al difunto.

    Era costumbre que, al acompañamiento del cadáver hasta la iglesia y después al cementerio, sólo asistiesen los hombres. Las mujeres permanecían en casa del difunto rezando y suavizando los llantos.

    Al frente del cortejo fúnebre marchaba siempre un monaguillo portando una cruz. Otro acólito caminaba al lado del sacerdote llevando el hisopo de metal metido dentro de un recipiente con asa que contenía el agua bendita (creo se llamaba “acetre”). El sacerdote iba revestido con ornamentos negros. Les seguían el féretro a hombros de allegados jóvenes y en primera fila iba la familia más directa del finado, a continuación el resto de acompañantes. Al terminar la inhumación, todo el cortejo se dirigía a la puerta del finado para dar la mano a los familiares varones, en señal de pésame. En la actualidad el citado pésame se da en la Iglesia. Una vez oficiados los ritos religiosos, toda la familia directa al finado, incluidas mujeres, se sitúa a la altura del altar para recibir el pésame de los acompañantes; pero ahora con una nueva fórmula llamada vulgarmente “el cabeceo”; que consiste en desfilar, a una distancia prudencial, todos los acompañantes haciendo un gesto de cabeza que se interpreta como una afirmación de unión a la familia ante tal pérdida. Formula más rápida y llevadera que la anterior.

    Los enterramientos se hacían en tierra y cuando la fosa comenzaba a ser cubierta de tierra por el enterrador, era costumbre que, muchos de los asistentes al entierro se acercaran a echarle un puñado de tierra, previamente besada. Nunca supe el porqué, ni el origen de esta costumbre, pero pienso que esta actitud emana de aquella séptima “Obra de Misericordia Corporal”, que era la de “Enterrar a los muertos”. Encima de las respectivas fosas se ponía una losa y una cruz, o una cruz sola, aunque no en todas. La costumbre de los panteones familiares surgió mucho después en nuestro pueblo.


    Y después el luto… Luto según el diccionario de la Lengua: Es todo signo exterior de pena y duelo en ropas, adornos y otros objetos, por la muerte de una persona y que se manifiesta en el uso de ropa negra y determinados objetos y adornos. Los lutos se establecían también por categorías. Así pues, dependiendo de la edad del difunto y del grado de parentesco, el luto podía ser riguroso, o medio-luto. En ambos casos, para salir a la calle, era costumbre en las mujeres cubrirse la cabeza con un velo o pañuelo negro anudado al cuello; pero en los lutos rigurosos las mujeres aprovechaban para salir a la calle solo a deshora y en caso de muy extrema necesidad. 

    Así pues, era muy común ver siempre a las mujeres vestidas totalmente de negro, mientras que en los hombres se observaba el luto en la chaqueta, la cual ostentaba un galón negro de unos ocho centímetros, cosido y dándole la vuelta a una manga. Otros, en cambio, llevaban una chalina negra al cuello, una corbata negra o un botón en la solapa, por supuesto negro.

    Mientras duraba el luto se establecía una especie de cuaresma o penitencia entre los habitantes de la casa, hasta tal punto, que las salidas quedaban restringidas a sólo lo imprescindible, como también era norma de obligado cumplimiento el no acudir a las fiestas o lugares públicos de diversión como a bares, bailes, bodas, bautizos, o cualquier otro tipo de eventos o acontecimientos. Así mismo, el blanqueo de la casa “embarrado” quedaba pospuesto a la fecha en que se pasara al medio luto, cuando transcurrieran, al menos, dos o tres años. En las casas donde había radio se quitaba de la vista de las posibles visitas llevándola al sobrado o cámara y cubriéndola con un paño negro. Al paso de las procesiones o festejos la casa se cerraba, incluidas todas las puertas, ventanas y balcones, dando señal de que los deudos del difunto no estaban para celebraciones. Así mismo, se prescindía de macetas o tiestos que ornamentaran ventanas o balcones. Recuerdo ver talar un joven árbol que había en la portada de una casa por tales circunstancias. Estos comportamientos eran una lucha y oposición a todo aquello que pudiera reconfortar a los dolientes un ápice de alegría.   

    Afortunadamente, hemos superado aquella España en blanco y negro del luto. Esa rigurosidad del luto ha ido remitiendo y no por ello se sigue sintiendo menos dolor ante la pérdida de un ser querido, ya que el dolor es algo intrínseco en todo ser humano y que se manifiesta en sentimientos internos y no sólo en aquellas apariencias externas. El doliente actual ha ido rompiendo las formas y patrones que le vinculaban con aquel luto de antes, que muchas veces eran manifestaciones y comportamientos “cara a la galería” y al temor a aquella dura censura y reprobación de algunas gentes del pueblo.

lunes, 1 de febrero de 2016

Noches de invierno, chimenea y calor en aquellos hogares


Alrededor de la lumbre


    Todos los que estuvimos alrededor del calor de una lumbre en un hogar sabemos lo que esto significa, así como los recuerdos que nos trae aquella lumbre encendida. Toda la vida de los hogares, en el mundo rural, giraba en torno a la cocina y más concretamente de la lumbre. Recuerdos imborrables de las familias sentadas alrededor de la lumbre, contando historias, quizás algunas, mil veces recordadas. Recuerdo como los hombres, las mujeres entonces no fumaban, encendían los cigarrillos cogiendo con las tenazas un tizón incandescente, los “chisporroteos” que rápidamente se esfumaban, así como acercar las manos a la lumbre y retirarlas frotándolas vigorosamente para calentarlas.

    Aquella lumbre era el único recurso para combatir aquel frío intenso de entonces. Aun recuerdo, en tiempo de estudiante, aquellas vacaciones de Navidad pasadas con mi familia en San Román. Empezabas éstas con los chupetes de hielo que colgaban de los tejados, terminaba la Navidad y aun permanecían inflexibles acompañando a aquellos tejados casi siempre blancos de aquella época.  

    La cocina era el centro neurálgico de nuestra vida social y familiar en aquella época, con la lumbre en el suelo y una chimenea ennegrecida por el humo. Era el sitio más importante de la casa. Allí pasábamos mucho tiempo, se recibían las visitas, se jugaba a las cartas, se comía, se contaban atractivas historias y cuentos, y uno se olvidaba de que fuera de allí la vida transcurría. En torno a la lumbre se hablaba de las faenas del campo y de lo que pasaba por el pueblo. A veces oíamos el zumbido del viento soplar por la chimenea, un escalofrío por la espalda nos corría y rápidamente atizábamos la lumbre con las tenazas. En la lumbre, donde se quemaban manojos y cepas de vid, siempre había en un lado un pote de hierro lleno de agua que se calentaba para uso cotidiano de ésta en el hogar. Toda la familia se sentaba alrededor del fuego en escaños, sillas bajas y los niños en banquetas muy pequeñas que llamábamos tajuelas. Se procuraba dejar en los lugares preferentes a nuestros abuelos.

    En esa lumbre se cocían las alubias, los garbanzos, patatas etc. siempre en pucheros de barro y lentamente, lo que hacía que tales cocidos adquiriesen un sabor inigualable. Las trébedes” se colocaban encima de la llama para freír en sartenes lo que fuese. Colgado de algún clavo siempre se encontraba el fuelle” que servía para avivar el fuego, así mismo, algunas veces, colgaba de la chimenea alguna ristra de chorizos o algún jamón, quizás con el  objetivo de que ese ambiente de calor y humo acelerasen su curación. En la pared opuesta al fuego la “alacena” o “vasar”, rudimentarios armarios con anaqueles en el que se colocaban los cubiertos, los platos, fuentes y alguna jarra. Sobre la fregadera, pileta hecha generalmente de cemento, se asentaba un escurreplatos.

    Durante las largas noches de invierno los abuelos nos contaban leyendas o hechos que habían ocurrido en el pueblo o limítrofes y que se transmitían de generación en generación. Los niños, ante tales relatos, nos manteníamos absortos y con la mirada puesta en esa llama imaginaria y misteriosa que generaba la lumbre.

    Por las mañanas, para combatir el frío en la escuela, los niños llevábamos braserillas. Se trataba de unos recipientes pequeños que, a modo de brasero, portaban brasas con ceniza que nuestras madres extraían de la lumbre. Las “braserillas” de los niños eran muy rudimentarias ya que consistían en una lata grande de sardinas que nuestras madres pedían vacía en la tienda. Nuestros padres ponían un alambre, a modo de asa, cuyos extremos conectaban a dos agujeros realizados en la lata cilíndrica antes citada. Las de las niñas eran más sofisticadas, coquetas y elegantes, se las compraban en alguna ferretería de Toro. Eran de hierro y con forma de caja y con tapadera. Hay que hacer notar que los hijos cuyos padres trabajaban en el monte traían mejores “braserillas” que los hijos de los labradores, ya que los primeros tenían más a su alcance la encina, que producía mejor brasa que la de sarmiento o cepa de estos últimos.

    A modo de anécdota: al salir de la escuela y con la “braserilla” casi siempre apagada, la girábamos circularmente con ayuda del asa y, como consecuencia de esa velocidad circular que generábamos, no caíamos nada de su contenido. Tal experimento nos llenaba de gran satisfacción.

    Ahora, los inviernos ya no son tan fríos y disfrutamos de mejores y eficientes métodos de calefacción y cocción de los alimentos, sin embargo, añoramos aquella convivencia y calor familiar que se vivía en torno a la lumbre.

    Estrofas sobre la lumbre en un Poema de Federico García Lorca:
"En la amplia cocina, la lumbre"

 En la amplia cocina, la lumbre
pinta todas las cosas de oro.
— ¡Ay qué triste es el cuento, abuelito!

—Abuelito, ¿Cómo iba vestida
esa del cuento
hermosa madrina?

— Con el manto
del dolor tan solo,
que es un manto muy negro y muy feo.
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